Arroyo agradeció el «compromiso y solidaridad» y abogó por la «reconstrucción» para 2021
El ministro de Desarrollo Social de la Nación, explicó que “hace cinco semanas que viene bajando la gente en los comedores, porque hay más changas de construcción y textil" y agregó que "hay un poquito de mejoras en los barrios".
- Conclusión en Buenos Aires
- Dic 25, 2020
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, agradeció hoy el «compromiso y la solidaridad» demostrada por «la gran red social» que tiene la Argentina en el contexto de pandemia, que acentuó la pobreza ya existente en el país, y abogó por un 2021 trabajando «en unidad» para la «reconstrucción»
«Esta Navidad quiero agradecer el compromiso y la solidaridad que ha mostrado en momentos tan difíciles la gran red social que tiene nuestro país», dijo Arroyo a través de su cuenta en la red social Twitter.
Agregó que desde su cartera seguirá trabajando «en unidad» para que el 2021 «sea el año de la reconstrucción».
«Vamos a seguir trabajando en unidad para que 2021 sea el año de la reconstrucción», publicó el Ministro con el hashtag ArgentinaUnida.
Hace pocos días, el funcionario manifestó que los argentinos «estamos cerrando un año durísimo. Arrancamos el año con un presupuesto de 84 mil millones de pesos y terminamos con 240 mil millones. Estamos terminando un año con mucha ayuda y mucha cobertura para mucha gente angustiada que la pasa mal”.
Además, expresó respecto de las deudas de la democracia que «la política tiene que mirar más a quienes lo pasan mal. Hay una deuda general de la política, no solo con la pobreza”.
En cuanto a la “actividad de la gestión”, el titular de la cartera de Desarrollo Social consideró que la misma «tiene que ver con una combinación de vida, garra, corazón y también estudio”, porque “sólo puede hacer política el que le duele el dolor del otro».
En la misma línea, Arroyo admitió no conocer «de Gabinetes, pero tengo claro que en un contexto recontra difícil hemos estado a la altura”.
Finalmente, reflexionó sobre 2020 y subrayó que “lo peor ha sido el dolor. El dolor de ver tanta gente angustiada. La gente en los centros de aislamiento estaba con la cabeza caída. No miraban a la cara, tenían los ojos caídos y daban la sensación de que no tenían ni pasado ni futuro“.