Con una dolarización, los salarios podrían perder más del 85% de poder adquisitivo
El Centro de Economía Política Argentina realizó un informe en el cual analizó las consecuencias de dolarizar la economía argentina. El estudio estimó que, en base a las reservas del Banco Central, un dólar debería costar más de $3.000, lo que provocaría una fuerte devaluación.
- Economía
- Ago 28, 2023
En el último tiempo –y en buena medida gracias a las propuestas del candidato a presidente de La Libertad Avanza, Javier Milei– mucho se habló de dolarizar la economía argentina. A pesar de que el actual diputado nacional aseguró que este es un camino fácil de recorrer, un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) enumeró las dificultades que el país tendría para dejar de usar el peso, trayendo como principal consecuencia una significativa pérdida salarial para los trabajadores.
En principio, el organismo detalló que dolarizar implica “reemplazar los pesos existentes por dólares, es decir, que no circulen más pesos”. Aquí se presenta el primer problema: Argentina tiene escasez de dólares y, por lo tanto, dolarizar la economía implicaría una “mega devaluación y un mayor nivel de endeudamiento externo”.
Sobre este último punto, el organismo precisó que “la dolarización sólo cierra tomando más deuda”, porque resulta “inviable con los valores de los activos del Banco Central de la República Argentina (BCRA)”. En este sentido, desde el CEPA indicaron que a mayor devaluación, menor será la deuda externa requerida; mientras que a menor devaluación, más endeudamiento se necesitará.
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Tomados correctamente los activos del BCRA, arrojan un total de 6.400 millones de dólares, mientras que los pasivos en pesos ascienden a $ 23,48 billones, por lo que el tipo de cambio de conversión sería de alrededor de $3.670.
En su estudio, el CEPA analizó tres escenarios donde se estimó qué tipo de cambio y qué nivel de endeudamiento se requeriría. El primer panorama supone una devaluación a $3.000 y deuda equivalente a un nuevo FMI; el segundo escenario plantea una devaluación a $5.000 y una colocación de deuda nominal a 39.700 millones de dólares; mientras que la tercera posibilidad es un tipo de cambio a $800, que necesitaría dos deudas con el FMI.
“La dolarización no resuelve la raíz estructural de los desequilibrios macroeconómicos en Argentina, sino que elimina la moneda propia, ajusta drásticamente el déficit fiscal (con lógico impacto en partidas sociales), licúa salarios e incrementa el endeudamiento, abandonando la opción productiva. Es un cambio de ordenamiento profundo para virar hacia una economía para unos pocos”, apuntó el informe.
¿Qué pasará con los salarios?
La conversión de pesos por dólares supone un gran ajuste en los salarios e ingresos de la población. “La pérdida de poder adquisitivo en dólares se ubicaría entre 86% y el 93%. La perspectiva es de lisa y llana licuación salarial”, advirtió el informe.
Un salario bruto –es decir, sin descuentos como aportes jubilatorios u obra social, entre otros– promedio del sector privado asciende, aproximadamente, a $375.000 en agosto, lo que equivale a $312.000 netos, es decir, lo que llega al bolsillo de trabajador. Al suponer tres tipos de cambio diferentes, se observa que los salarios se reducirían drásticamente:
• Dólar de $350: salario de USD 891 (actual)
• Dólar de $998,86: salario de USD 312 (-65,0%)
• Dólar de $3.670: salario de USD 85 (-90,5%)
En relación a los precios –y teniendo en cuenta lo que ocurrió tras las devaluaciones recientes– el CEPA indicó que con un dólar a $3.000, el kilo de pan podría costar hasta $5.800, y el kilo de asado de hasta $14.700. Todo ello sin una compensación de ingresos mediante, sino todo lo contrario.
Dolarización en Ecuador: un caso difícil de reivindicar
Desde 1980 hasta la dolarización en el año 2000, Ecuador perdió casi 60% de su salario mínimo en términos reales. La dolarización, a su vez, significó una fuerte devaluación, con un dólar multiplicándose cinco veces, que pulverizó los ahorros, los salarios y las jubilaciones, como corolario de una caída pronunciada a lo largo de varios años previos.
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En los años siguientes la mejora salarial no logró recuperar lo perdido desde 1980, sino la mitad. Aunque se produjo una recuperación del salario mínimo desde el año 2000, el valor al que ascendió en 2011 se ubicó 30 puntos por debajo de 1980. Incluso en 2021, el salario mínimo se sostenía en 12 puntos por debajo de 1980.
Dicho de otro modo, en Ecuador la dolarización consolidó la erosión salarial y solidificó un estado de situación de distribución desigual del ingreso que no pudo revertirse en los años posteriores.
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