SáBADO, 09 DE NOV

Congeladas las negociaciones con el FMI, Caputo recurrirá a créditos de bancos para pagar deuda

El gobierno de Javier Milei, ya alineado con la potencia norteamericana, está a la expectativa del resultado de las elecciones del próximo 5 de noviembre, en donde la demócrata Kamala Harris y el empresario y expresidente Donald Trump se juegan cabeza a cabeza el voto.

 

Durante su visita a Estados Unidos, el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió poner en stand by las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en su lugar, apelar a préstamos en bancos internacionales para afrontar los vencimientos de la deuda.

El gobierno de Javier Milei, ya alineado con la potencia norteamericana, está a la expectativa del resultado de las elecciones del próximo 5 de noviembre, en donde la demócrata Kamala Harris y el empresario y expresidente Donald Trump se juegan cabeza a cabeza el voto. La esperanza está que un próximo mandato de Trump podría ser «beneficioso» en la toma de decisiones dentro del FMI.

Para la Argentina, los comicios estadounidenses tienen una relevancia clave no sólo por lo que significa Estados Unidos para el alineamiento adoptado por Milei con el «bloque occidental», sino también por un hecho bien práctico: se trata de la definición del nuevo gobierno en la primera potencia mundial, que tiene la principal participación en el directorio del FMI. Sin el visto bueno del gigante de América, el Fondo Monetario no puede tomar decisiones de importancia.

Así fue cuando el organismo multilateral decidió darle una suma multimillonaria de US$54.000 millones a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri en 2018, cuando Caputo también estuvo en el centro de la escena, para evitar una cesación de pagos. Aquel fue el préstamo más grande de la historia del Fondo.

El entonces gobierno de Trump fue determinante para liberar semejante suma, a tal punto que durante una cumbre realizada en Washington, en la que participó Macri, el republicano se hizo eco de la política argentina y arriesgó: “Ahora sí, no vuelven más”, en alusión a que el kirchnerismo no volvería al poder tras semejante respaldo, lo cual fue celebrado en su momento por el presidente argentino.

El encuentro con fondos de inversión y empresarios norteamericanos le permitió también a Caputo comprender que en este momento la Argentina está totalmente fuera del radar porque los dueños del dinero están mirando qué pasará con la inflación y la tasa de interés en un futuro gobierno de Trump o Harris. «La mirada que tienen en Estados Unidos es que una administración republicana podría preocuparse menos por el costo de vida que una demócrata, y que el republicano cerraría más la economía», aclararon.

Ante ese escenario, Caputo se terminó de convencer de que había que hacer «de la necesidad, virtud» y admitió que el acuerdo con el Fondo pasa para el año próximo -el nuevo gobierno norteamericano asume en enero-. En este contexto, desde Economía dispusieron que habrá que apelar a un préstamo de bancos internacionales para afrontar los vencimientos de deuda que la Argentina deberá pagar a principios del 2025, por unos U$S5.000 millones.

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LOS PRÉSTAMOS DE CAPUTO

El ministro de Economía confirmó que Argentina consiguió un préstamo de casi tres años con bancos privados, en formato REPO, para afrontar el pago de capital de deuda a bonistas en enero. Y adelantó que «si las tasas de interés lo permiten», buscará volver a los mercados internacionales de crédito para refinanciar el vencimiento de julio.

Caputo también sostuvo que la mayor parte de las obligaciones de deuda de Argentina en 2025 vencen en enero y junio, y que son casi 5.000 millones de dólares en intereses y pagos de capital a los tenedores de bonos en ambos meses.

Para enero, el Gobierno ya ha depositado efectivo en el Banco de Nueva York para pagar los intereses y conseguido un acuerdo de recompra de casi tres años con los bancos para pagar el capital.

Si bien Caputo no abordó el tema por ahora, en el mercado confirman que el FMI preferiría que la Argentina empiece a pensar en un tipo de cambio «más flexible», la unificación cambiaria y la salida del cepo.

El mundo de las finanzas se sigue preguntando si la Argentina tiene chances de abandonar su condición de «defaulteador serial». Para dar señales de tranquilidad, el ministro de Economía destacó que la Argentina ya está en “equilibrio fiscal” y disipó cualquier duda sobre los pagos de deuda del año próximo. Por lo pronto, Caputo ya se aseguró regresar de Washington con la confirmación de que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) liberará en los próximos meses unos U$S2.000 millones para la Argentina.

Mientras, no hay señales de un acuerdo con el FMI, más allá de los elogios. En el organismo multilateral de crédito dijeron esta semana estar sorprendidos gratamente por la profundidad del ajuste fiscal que logró el gobierno de Milei en menos de un año, y también por la velocidad a la que se acomodaron las cuentas públicas y se frenó la inflación.

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En este escenario, habrá que ver si el mercado coincide con Milei y Caputo en que la Argentina puede crecer en el 2025 aún si se mantiene el cepo cambiario.

Las proyecciones arrojan una mejora del Producto Bruto del 5% para el año próximo. En buena medida, eso será posible porque este año terminará con indicadores muy flojos, y en la comparación interanual será más sencillo que aparezcan las subas.

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