El consumo de carne vacuna cayó 12% en lo que va del año, el nivel más bajo en dos décadas
Esta realidad refleja como la recesión económica y la pérdida de poder adquisitivo de la clase media llevó al cambio en la dieta de los argentinos, dejando de consumir proteínas vitales para el desarrollo humano e incorporando mayor cantidad de carbohidratos, lo que lleva a déficit nutricionales que afectan la calidad de vida.
- Economía
- Oct 21, 2024
En Argentina, el consumo de carne vacuna disminuyó un 12% en los primeros nueve meses de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
El consumo aparente per cápita fue de 46,8 kilos al año, marcando una caída de 6,6 kg por persona respecto a 2023. Este descenso sitúa el consumo en su nivel más bajo en más de dos décadas.
El informe de CICCRA indica que el promedio móvil de consumo en septiembre fue de 47,5 kg per cápita al año, un 10,9% menos que en el mismo mes del año pasado, lo que implica una reducción de 5,8 kg por persona.
En términos absolutos, el consumo interno total de carne vacuna en los primeros nueve meses del año alcanzó 1,64 millones de toneladas res con hueso, un 11,3% menos que en 2023, representando una caída de 209,8 mil toneladas.
La producción de carne vacuna también experimentó una disminución, con 2,336 millones de toneladas res con hueso producidas entre enero y septiembre de 2024, un 6,4% menos que el año anterior.
Sin embargo, las exportaciones de la industria frigorífica aumentaron un 7,8%, alcanzando 689,8 mil toneladas en los mismos meses, lo que supone un incremento de 50 mil toneladas res con hueso respecto a 2023.
Esta realidad refleja como la recesión económica y la pérdida de poder adquisitivo de la clase media llevó al cambio en la dieta de los argentinos, dejando de consumir proteínas vitales para el desarrollo humano e incorporando mayor cantidad de carbohidratos, lo que lleva a déficit nutricionales.
Para poder cambiar esta realidad, urge recomponer los ingresos de los sectores más afectados, de manera de compensar los aumentos de los precios de los alimentos. Esto teniendo en cuenta que no existe más el funcionamiento de los hogares con dos comidas, mediodía y noche, con todos los integrantes de la familia presente. Ni que hablar de las recomendadas cuatro comidas diarias: un lujo en estos tiempos.