En los barrios rosarinos no alcanza para la comida: “La brecha entre los ingresos y el costo de vida no se achica”
La diputada provincial Lucila De Ponti realizó junto al Ceso un relevamiento en cuatro barrios populares rosarinos, en donde se advirtió que a pesar de que la inflación se desaceleró, los ingresos aún no logran recomponerse y, en algunos casos, no llegan a satisfacer ni la mitad de las necesidades alimentarias de una familia.
- Ciudad
- Jul 8, 2024
Una familia que vive en un barrio popular de Rosario debió destinar, en el mes de junio, más de $500.000 para comparar alimentos básicos. Si además se tienen en cuenta los gastos de vivienda, servicios y otras necesidades básicas, en el sexto mes del año se necesitaron $1.200.000. Si bien en el último tiempo se observó una desaceleración de precios, advierten que el principal problema es el atraso que tienen los ingresos.
Los datos se desprenden de un informe realizado en forma conjunta entre la diputada provincial Lucila De Ponti y el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso). Para elaborarlo, se relevó el consumo en los barrios Mangrullo, Casiano Casas, La Sexta y Bella Vista.
Si bien los números varían según cada barrio, como promedio puede decirse que en junio un adulto necesitó $161.920 para comprar alimentos básicos, una cifra que, extendida a toda la familia, asciende a $500.331. Si a esto se agregan los servicios, fueron necesarios $1.233.863 para no caer en la pobreza.
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En comparación con el primer trimestre del año, la canasta alimentaria de una familia aumentó un 18% en el período comprendido entre abril y junio. En la medición interanual, en tanto, el incremento es del 291%.
Al comparar con el segundo trimestre de año pasado, se observa que el precio del arroz aumentó 1.447%; los fideos secos 1.125%; la yerba 850%; los huevos 834%; los panificados 860%; la leche 772%; y las carnes 595%.
En diálogo con Conclusión, la diputada De Ponti expresó: “Medimos el costo del consumo en un sector social que destina la mayor parte de sus ingresos en bienes básicos, como alimentos, transporte y servicios. La inflación continuó en aumento y fue muy marcada la brecha que se generó con la evolución de los ingresos”.
El informe advierte que en junio el salario mínimo, vital y móvil fue de $234.315 y sólo llegó a cubrir el 47% de la canasta alimentaria de una familia. Hace un año atrás, alcanzaba para comprar el 69% de la comida que este grupo necesitaba.
La situación es aún más dramática para los jubilados que reciben el haber mínimo, que en junio fue de $206.931 y sólo alcanzó para cubrir el 41% de la canasta alimentaria. Un año atrás, la brecha era del 56%.
El aumento en el precio de los alimentos, sumado al deterioro de los ingresos, encuentra su contracara en la quita de financiamiento por parte del Gobierno nacional a comedores y merenderos. “Muchas veces las familias recibían de esos comedores productos secos, como arroz, fideos, legumbres, harina, yerba, y destinaban sus recursos para gastar en productos frescos, como verduras, carnes, leche, frutas. Ahora se debe reacomodar el consumo y eso es siempre para peor, incorporan productos que no son tan buenos y eso genera problemas nutricionales”, advirtió De Ponti.
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Además, esta situación agrava aún más la caída de actividad que registran los negocios. “Todos los comercios han reducido sus ventas. Algunos persisten porque la gente necesita comprar la comida, pero quizás se reduzca la cantidad de locales a disposición. Entre el primer trimestre y el segundo hay una desaceleración en la suba de precios. Parecería que va a seguir de esta manera. El problema es que la brecha entre los ingresos y el costo de vida nunca se achica ni se recupera”, cerró De Ponti.
¿Cuáles fueron los alimentos que más subieron en el tercer trimestre?
Los alimentos que registraron subas de dos dígitos entre el primer y el segundo trimestre del año fueron el tomate redondo (298%), las facturas (66%), la cebolla (34%), la mortadela (33%), la yerba (31%), el arroz (30%), el pan francés (27%), la carne picada común (21%), la leche entera (20%), la mayonesa (18%), la papa (16%), la nalga (16%), la sal fina (15%), las galletitas saladas (14%) y los huevos (12%).
Por el contrario, las galletitas dulces, (-2%), la harina (-2%), los fideos secos (-8%), la salsa de tomate (-3%), el azúcar (-19%), la mermelada (-2%), el pollo fresco (-9%), el chorizo parrillero (-15%), la naranja (-11%) y la banana (-16%) registraron caídas en sus precios.