Fin del cepo: una jornada con mucha incertidumbre
Son horas de preocupación y nerviosismo en el país. A pesar de que las entidades bancarias no venden, permiten sacar billetes de cuentas en dólares.
Una total incertidumbre y mucho nerviosismo se observaba esta mañana en las casas de cambio y bancos de Buenos Aires, donde permitían a los ahorristas retirar billetes de cuentas en dólares pero no vendían divisas al público.
Apenas 20 minutos duraron las pizarras de los bancos privados con un dólar inicial de 9,80 pesos (al que no se podía acceder) y luego fueron apagadas sin volver a funcionar al menos durante la primera hora de operaciones.
Los bancos públicos como el Ciudad, Nación y Provincia de Buenos Aires prendieron sus pizarras a las 11:30, pero mantenían bloqueadas las operaciones de compra y venta de divisas, por un plazo indeterminado.
Las principales casas de cambio, en tanto, decidieron no abrir la operatoria hasta que el valor del billete verde encontrara un punto de equilibrio inicial, tras el levantamiento del cepo cambiario anunciado ayer por el Gobierno de Mauricio Macri.
Euros a 16,40 pesos y dólares a 15 pesos fueron los primeros niveles a los que se ubicaron esos billetes al iniciar la rueda de venta al público en algunas casas de cambio, y luego comenzaron a recortar.
Así, el euro descendía hasta los 16,17 pesos y el dólar hasta los 14,20, de acuerdo con los valores de venta al público, que se mostraba nervioso y con una incertidumbre total sobre cómo era la operatoria y cuál era el valor de referencia.
«No estamos vendiendo porque esperamos un valor de equilibrio. Sí puede retirar sus dólares si tiene una caja de ahorro o cuenta corriente denominada en esa moneda», le contestó a NA un cajero del banco Santander Río en el microcentro porteño.
En una sucursal del Banco Francés solicitaban aún el número de referencia de autorización de compra de divisas que emitía hasta ayer la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y que, según el Gobierno, ya no hacía falta.
La confusión reinaba tanto entre los ahorristas e inversores como entre los empleados de bancos y casas de cambio, quienes expresaban que las operaciones congeladas se debía a «la actualización del sistema informático de comercialización».