La mitad de los niños de hasta 4 años no tienen cobertura de salud y no acceden a servicios básicos
Un informe de la Universidad Austral analizó las condiciones de hábitat, educación, salud, estímulos y disciplina que afrontaron los menores de entre 0 y 4 años durante el último trimestre del año pasado.
El Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral publicó un informe en donde analizó algunas condiciones –como hábitat, educación, salud, estimulación y formas de disciplina– que afrontaron los niños de entre 0 y 4 años durante el cuarto trimestre del año pasado. El estudio arrojó que un número considerable de menores vivía en condiciones precarias, que un tercio de ellos nunca había asistido a un establecimiento educativo, que la mitad dependía solamente del sistema de salud público y que un porcentaje significativo sufrió agresiones verbales o castigos físicos.
“Estos datos subrayan la necesidad de implementar políticas públicas integrales que aborden las múltiples dimensiones del desarrollo infantil. Es crucial mejorar las condiciones de vivienda, ampliar el acceso a la educación temprana, fortalecer los servicios de salud preventiva, promover la estimulación y la lectura en el hogar y educar a las familias sobre métodos de crianza positivos”, señaló el trabajo realizado por la magíster en Economía, María Sol González.
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Y añadió: “La inversión en la primera infancia no solo beneficia a los niños individualmente, sino que también contribuye a construir una sociedad más equitativa, saludable y próspera. Es fundamental que las políticas públicas y el apoyo a las familias se fortalezcan para garantizar un desarrollo óptimo en la primera infancia”.
Sin acceso a servicios
El informe estimó que, del total de la población de Argentina, el 5,5% tenía entre 0 y 4 años en los últimos tres meses el 2023. Dentro de este grupo, el 27,2% vivía en hogares con pisos interiores o techos precarios, construidos con ladrillos, chapas, cartón, paja o barro.
El 20,2% de los menores de cuatro años vivían en condiciones de hacinamiento –es decir, en hogares con tres o más personas por habitación o viviendas sin ambientes para dormir– y el 9,9% estuvo frente a una situación de hacinamiento crítico, en casas con más de tres personas por habitación.
En cuanto al acceso a servicios, la situación fue crítica: el 18,6% de los niños de entre 0 y 4 años vivían en hogares que no tenía acceso al agua potable; el 50,4% en casas sin conexión a la red de gas; y el 40,1% en viviendas sin desagües cloacales.
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De este dato se desprende que seis de cada diez menores de cuatro años vivían en hogares que no accedían a alguno de estos tres servicios básicos como son el agua, las cloacas o los baños con descargas.
Educación: tres de cada diez niños nunca fue al jardín
El informe estimó que el 65,2% de los niños de entre 3 y 4 años asiste a algún establecimiento educativo, mientras que el 34,8% restante nunca concurrió a estas instituciones.
En base a datos de Unicef, se estima que el 55,7% de los niños de entre 3 y 4 años asiste cuatro horas a la escuela. Asimismo, siete de cada diez menores comprendidos en este grupo etario concurren a establecimientos públicos.
Casi la mitad de los niños no tiene obra social
El estudio de la Universidad Austral también advirtió que, al finalizar el año pasado, el 53,7% de los niños de entre 0 y 4 años tenía obra social, prepaga o mutual, mientras que el 46,3% no tenía cobertura de salud y sólo contaba con el sistema público o los servicios de emergencia.
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En relación a los controles de salud, casi uno de cada diez menores de cuatro años no visitó al médico durante todo el 2023. En tanto, siete de cada diez niños no concurrieron al oculista y la mitad no fue al dentista.
En el 64,1% de los casos, no se realizaron visitas médicas porque las mismas no se consideraron necesarias. Otros motivos alegados fueron falta de tiempo (en el 10,5% de los casos), no entrega de turno (9,7%) o falta de dinero (3,2%).
¿Se estimula a los pequeños?
El 93,5% de los niños de entre 0 y 4 años tienen juguetes comprados, el 81,5% juega con objetos del hogar o cosas encontradas, el 71,9% tiene juguetes caseros y el 63,1% tiene al menos un libro infantil.
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“Mientras la mayoría de los niños tiene acceso a diversos tipos de juguetes, existe una brecha significativa en cuanto al acceso a libros infantiles. Además, se observa una combinación de recursos de juego, desde juguetes comerciales hasta objetos cotidianos adaptados para el juego, lo que sugiere creatividad en la estimulación infantil”, observaron desde la Universidad Austral.
Disciplina: prima el castigo no violento
El estudio relevó también cómo se disciplina a los menores: en el 79,1% de los casos se aplicaron formas no violentas, que consisten en quitar un privilegio o explicar el comportamiento erróneo.
En el 43,2% de los casos relevados hubo agresión verbal –como gritos o algún insulto–; en el 34,4% hubo castigo físico, como sacudidas, chirlos o palmadas; mientras que en el 7,4% de los casos hubo castigos físicos severos, donde los menores fueron golpeados con cintos u objetos similares o se les dio una paliza.