La producción de leche en el primer semestre alcanzó el peor registro en 17 años

Así se desprende de un informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA). La explicación de tamaña debacle hay que buscarla en la ejecución del programa de ajuste de La Libertad Avanza (LLA).

 

La producción agropecuaria está en crisis y no solo por la baja de los precios internacionales de los principales productos exportables, como la soja. La caída de la producción de leche acumulada al primer semestre del año fue de 12,6%, el peor registro en los últimos 17 años.

Así se desprende de un informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA). La explicación de tamaña debacle hay que buscarla en la ejecución del programa de ajuste de La Libertad Avanza (LLA).

En la actualidad, cientos de miles de familias dejaron de consumir estos alimentos, incluido más de un millón de niños que deben saltearse una comida al día. La destrucción del mercado interno ocurre al mismo tiempo en que aumentan las exportaciones de carne y leche. Así y todo, ingresaron menos divisas como consecuencia de la baja de los precios internacionales.

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MALA LECHE

El Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) elaboró una serie de informes sobre la producción ganadera, de productos lácteos y sobre la industrialización del maíz. Los trabajos fueron coordinados por Javier Preciado Patiño, titular de RIA Consultora y José María “Cacho” Romero, ex secretario de carnes en la última gestión de Julián Domínguez (FdT).

Un punto de comparación para dimensionar la crisis productiva del sector debería ser la sequía del año pasado. En junio de 2023 se habían producido 906,2 millones de litros de leche contra los 841,5 millones de este año. La caída de la producción interanual para el sexto mes del año fue de 7,7%. En el acumulado semestral, salieron de los tambos 4.567 millones de litros contra los 5.223 millones de litros de 2023, una merma de 12,6%.

El modelo de Milei se basa en la destrucción del mercado interno para liberar a las fuerzas productivas exportadoras. Una reprimarización absoluta de la economía local. Las ventas al exterior aumentaron un 13%. Así y todo, el ministro Luis Caputo sigue enfrentándose al mismo dilema: la falta de divisas. El contexto internacional empujó todos los precios agrícolas a la baja. Según destacó IDAA, las divisas ingresadas por ventas al exterior de los productos lácteos cayeron un 2,4% en el primer semestre.

«Los argentinos van a sufrir», había vaticinado Caputo al inicio de su gestión. Las familias dejaron de comprar productos lácteos ante la licuación de sus ingresos. El hambre como política de Estado.

El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) registró, en el primer semestre del año, una caída de las ventas de las leches no refrigeradas en el orden del 18,5%; las ventas en leches refrigeradas cayeron otro 12,2%; mientras que las ventas de leche en polvo entera o semidescremada se derrumbaron un 38%.

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IDEOLOGÍA

El Gobierno nacional apuesta a que toda la producción agropecuaria tenga destino de exportación sin importarle demasiado la suerte del mercado interno, ni las millones de personas que ya dejaron de comer carne o tomar un vaso de leche.

Por su parte, la dirigencia rural nucleada en la Mesa de Enlace exhibe su exceso de ideología, tal como se apreció en la última exposición ganadera organizada por la Sociedad Rural.

En ese sentido, no tienen problemas en aplaudir un rumbo económico que, más temprano que tarde, también dejará del otro lado del alambrado a miles de productores de todo el país, tal como ocurrió en la década menemista.

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