SáBADO, 23 DE NOV

Provincia y Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, las que más empleo perdieron con Macri

El empleo, o mejor dicho la falta y precarización del mismo, han terminado por ser una constante de los últimos cuatro años, más profundamente desde hace un año y medio. Un informe de la Undav permite analizar la dinámica laboral del período, con datos elocuentes.

La magnitud de la crisis económica por la que atraviesa la Argentina puede analizarse desde distintas variables, casi siempre con resultado negativo, puesto que los indicadores macroeconómicos que dejó el gobierno de Mauricio Macri son realmente malos.

El empleo, o mejor dicho la falta y precarización del mismo, han terminado por ser una constante de los últimos cuatro años, más profundamente aún desde hace alrededor de un año y medio, con el corte del financiamiento externo y las consecuentes crisis cambiarias.

En las últimas mediciones antes de finalizar el mandato de Cambiemos, la desocupación alcanzó los dos dígitos y trepó al 10,6% por primera vez desde el año 2006, para después decrecer levemente hasta 9,7%.

Así, el desempleo subió 3,8 puntos porcentuales en relación a 2015 y 0,7 en relación al mismo periodo del 2018. Teniendo en cuenta que la población total rondaba hacia finales de 2019 las 44,4 millones de personas y que la tasa de actividad fue del 47,2%, se estima que hay más de 2 millones de desocupados en la Argentina, consignó un reciente informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), enfocado en la dinámica laboral del último período.

Por su parte, la ocupación demandante está en su nivel más alto desde el comienzo de la serie en el segundo trimestre de 2016. Subió 2,9% en relación a dicho periodo, es decir, que los ocupados necesitan mayor cantidad de horas de trabajo para poder alcanzar los ingresos salariales necesarios (en 2015 la ocupación demandante no se medía, solamente aquellos demandantes que estaban sub-ocupados).

En el análisis geográfico, en variaciones absolutas las provincias que más trabajo perdieron fueron la Provincia de Buenos Aires, donde se destruyeron más de 86.000 posiciones, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un volumen de 57.000 puestos en cuatro años, Córdoba con algo más de 14.000 puestos y Santa Fe, con más de 12.000 posiciones destruidas.

En tanto, en el último año y medio la principal provincia afectada ha sido Tierra del Fuego, que perdió el 24,1% de los puestos de trabajo del sector privado, unos 10.379 empleos, seguida por San Luis, donde se destruyó más del 16% de la masa laboral, equivalente a casi 10.000 empleos. Sigue en tercera posición Formosa, con un retroceso del 15,9%, lo cual representa una destrucción de 4.611 posiciones.

De esta manera, la dinámica de destrucción de puestos de trabajo se aceleró en el último año. Es así que por año se han evaporado unos 155.700 puestos de trabajo formales, lo que representa una caída de 12.975 por mes 2.987 por semana, 427 por día, y más de 18 por hora.

Diferencias

Por otro lado, el desempleo afecta de manera más aguda a ciertos grupos poblacionales, como a las mujeres y a los jóvenes. De hecho la tasa de desempleo está fuertemente explicada por el desempleo joven (menores de 30 años), aclara el documento de la Undav.

Si se observa la tasa de desempleo en este segmento se observa que en el caso de los varones jóvenes la desocupación alcanza el 17,9% y las mujeres del 22,6%. La brecha entre mujeres y varones en este caso es de 4,7 puntos porcentuales.

No obstante, en el tercer trimestre del 2017, la brecha era de 4%. Con lo cual, la crisis no hizo más que agudizar esta brecha entre jóvenes.

Por su parte, otro indicador de la gravedad de la crisis actual en materia de desempleo, surge de observar el desglose de la tasa de desocupación en función del tiempo que llevan los desempleados buscando trabajo.

Es así que se ha incrementado en un 32% la tasa de los que buscan empleo desde hace más de un año (+0,6), a diferencia de los que buscan desde hace menos de un año que se incrementó en un 9% (+0,1).

Esto implica que el mercado laboral empezó a reducir su tasa de rotación y los desocupados tardan más tiempo del habitual en conseguir un nuevo empleo, lo que implica una proliferación del inactivo por desánimo (sin quedar reflejado en la tasa de desocupación).

Al mismo tiempo se transparenta cómo los sectores de menor calificación son los que están sufriendo el desempleo de manera más aguda pero los de mayor calificación tampoco se quedan atrás.

La tasa de desempleo en los de baja calificación aumentó en 0,9 puntos porcentuales en dos años. En cambio, en los de alta calificación aumentó en 0,2. No obstante, comparativamente, en este último caso (+33,3%) es un aumento mayor en relación al primero (+15,8%).

El informe completo:

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