DOMINGO, 03 DE NOV

Uno de cada cuatro dólares exportados proviene de la soja, pero el sector denuncia problemas

Al analizar cómo se reparten las exportaciones, el monitor indica que el 72% proviene de las cadenas de granos, 13% de economías regionales, 8% carnes, 2% lácteos y 5% otros.

 

Uno de cada cuatro de los US$$ 38.176 millones exportados durante el primer semestre del año fueron producto de la soja y sus derivados, como el aceite, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En segundo lugar, se ubicó, con US$ 5.123 millones el rubro petrolero-petroquímico, con el 13,4%, fuertemente alentado por la explotación de Vaca Muerta. Tanto el sector automotriz como el maicero compartieron el tercer lugar, ambos con 9,8%, al vender ambos por US$ 3.700 millones.

Les siguieron las ventas de trigo, con fuerte componente estacional, ya que se exportan mayormente entre diciembre y marzo, con US$ 1.901 millones, y el 5% de lo exportado. Estos cinco rubros reunieron el 63,6% de las exportaciones acumuladas entre enero y junio.

Si se le suman las ventas de carne bovina; 4,6%; Oro y Plata, 4%, y Pesca 2,5%, se llegar al 74,7%, según los datos del Indec. En el primer semestre del año el intercambio comercial había dejado un superávit de US$ 10.708 millones, que revirtió la pérdida de US% 4.493 millones de enero-junio del año pasado, fuertemente influenciado por la sequía que afectó las exportaciones agrícolas.

De los diez principales complejos exportadores, los que más crecieron durante el semestre fueron: triguero (149,6%), petrolero-petroquímico (25,8%), soja (25,7%) y maicero (18,8%).

Las exportaciones alcanzaron los US$ 38.176 millones, con una suba interanual de 14 %. Este primer semestre se caracterizó por un descenso de precios, cuyo índice disminuyó 7,7%, y un incremento del 23,5% en las cantidades, siempre respecto a los primeros seis meses del año anterior.

Al analizar cómo se reparten las exportaciones, el monitor indica que el 72% proviene de las cadenas de granos, 13% de economías regionales, 8% carnes, 2% lácteos y 5% otros.

“Estamos en el primer puesto mundial como exportadores de jugo y aceite de limón y de aceite de soja. Somos segundos en maní, porotos y yerba y terceros maíz y harina de soja Nuestra carne vacuna es muy bien recibida en el mundo. Sin embargo, el panorama dista de ser 100% positivo porque también hay sombras: «Detectamos muchas trabas para seguir creciendo, lo que genera poco incentivo para que haya más inversiones, se genere más empleo y entren más dólares”, adelanta Nicolle Pisani Claro, Economista y jefe de FADA, Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina.

Desde FADA identifican al menos 4 inconvenientes para lograr un mejor posicionamiento en los mercados del mundo, entre ellas:

1) Falta de acuerdos internacionales,

2) Excesiva cantidad de trámites administrativos,

3) Derechos de exportación y

4) Atraso cambiario para lograr el negocio.

1) “Uno de los factores que analizamos en el monitoreo es la inserción internacional, es decir, cuánto llegamos a diferentes países con nuestros productos. Detectamos que Argentina viene de un estancamiento de muchos años respecto a la cantidad de países con los que comercializa”, señala Natalia Ariño, Economista de FADA. Los acuerdos comerciales entre países pueden darse de muchas formas, pero el principal objetivo es reducir barreras, como las sanitarias o los impuestos a los productos que otros países importan desde Argentina y así fomentar el comercio internacional.

2) También señalaron la excesiva cantidad de trámites administrativos y burocracias que tiene que enfrentar quienes quieren vender sus bienes y servicios ya sea dentro o fuera del país genera un freno para la producción. Es necesario agilizar el proceso para que la economía crezca, un camino que se ha comenzado a recorrer.

3) Sin dudas la presencia de los Derechos de Exportación o “retenciones” aumenta aún más la presión impositiva sobre este sector que exporta.

Las retenciones generan gran cantidad de efectos negativos: “Capaz es algo que se desconoce, pero son contados con una mano los países que tienen este tipo de impuesto, somos un caso muy atípico”, agregó Ariño.

4) El atraso cambiario se produce porque el tipo de cambio oficial evoluciona por detrás de la inflación. «Eso provoca desincentivo a las exportaciones ya que se vuelven menos competitivas y lleva a que se importen productos porque resultan más baratos», señalaron desde la fundación.

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