El Gobierno le asignó 100.000 millones de pesos a la Side: serán fondos reservados y no se detallará su uso

Una enorme billetera quedó a merced de uno de los asesores preferidos del presidente Javier Milei, quien tampoco deberá dar cuenta de los destinos de dichos recursos.

 

El Gobierno decidió asignar este martes cien mil millones de pesos a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que fue creada hace pocos días y no contaba el presupuesto correspondiente para poder funcionar. Según lo dispuesto, los fondos serán de carácter reservado, por lo que no se informará en detalle qué hará el organismo con esos recursos.

A través del decreto 656 de Necesidad y Urgencia que firmaron el presidente de la Nación, Javier Milei, y todos los ministros del Poder Ejecutivo, se dispuso la asignación de un presupuesto de 100.000.000.000 de pesos para el fortalecimiento del Sistema de Inteligencia Nacional.

Además, se estableció el «carácter reservado» de los fondos destinados a la Side y se dispuso que comunicará la decisión a la Comisión Bicameral de control de los DNU del Congreso Nacional.

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La norma fue firmada también por la canciller Diana Mondino, y los ministros de Defensa Luis Petri; de Economía, Luis Caputo; de Justicia, Mariano Cúneo Libarona; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Salud, Mario Russo; de Capital Humano, Sandra Pettovello; y de Desregulación, Federico Sturzenegger.

En los fundamentos del DNU se afirma que la decisión se base en que en la actualidad se maneja con un Presupuesto prorrogado de 2023, con lo cual la nueva estructura no tenía previsto estos recursos.

El texto señala que el decreto 614 dispuso una «una profunda Transformación del Sistema de Inteligencia Nacional con el objeto de crear los mecanismos necesarios para el funcionamiento coordinado entre los diferentes organismos de inteligencia con el fin de proteger la soberanía nacional, preservar el orden constitucional y formular apreciaciones útiles para la consecución de los objetivos nacionales».

El DNU además recuerda que días atrás se disolvió la AFI y se creó en su lugar la Side, ámbito dentro del que también funcionarán el Servicio de Inteligencia del Estado; la Agencia de Seguridad Nacional; la Agencia Federal de Ciberseguridad; y la División de Asuntos Internos.

Los fundamentos del decreto destacan que, por ese motivo, «resulta necesario asignar las partidas presupuestarias que permitan solventar, inicialmente, las acciones para la reorganización del Sistema de Inteligencia Nacional y el adecuado funcionamiento de los referidos organismos desconcentrados que lo integran».

Asimismo, el Ejecutivo que conduce Javier Milei argumentó que «en atención a la naturaleza del destino de los fondos asignados y que su publicidad afectaría el normal desarrollo de las tareas de los órganos que integran el citado sistema, corresponde establecer su carácter reservado».

Una billetera enorme, abierta para los movimientos de Caputo

Durante toda la campaña electoral, Javier Milei aseguró que la única billetera que se mantendría abierta sería la del Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello, a sabiendas de que el ajuste impactaría con crudeza sobre los sectores vulnerados de la población. No obstante, quien ostenta actualmente un mar de recursos a su merced es el asesor Santiago Caputo, un hombre que ni siquiera está nombrado oficialmente dentro del organigrama del Estado.

El asesor estrella del mandatario toma decisiones sentado en la mesa chica del Gobierno, pero no tiene cargo formal -razón por la que la Oficina Anticorrupción no dispone de su declaración jurada patrimonial-. Con su poder de influencia colocó a Sergio Neiffert, un hombre de su confianza, como director de la nueva Side. Un movimiento que, sumados a otros, lo terminó posicionando frente a un presupuesto de 100.000 millones de pesos de carácter reservado.

El aparto de inteligencia está en manos de un hombre que responde directamente a otro cuyo rol radica en jugar en las sombras. Que no haya una publicación en el Boletín Oficial designándolo de forma oficial es eso, legitima su lugar de operador. La reorganización del SIN se instrumentó sin pasar por un debate parlamentario, pero pocas voces salieron a confrontar con la medida.

Es que el poder de Caputo -a través de Neiffert y los fondos reservados- está expuesto en el propio decreto que reinstauró la Side. Según el DNU, el organismo puede «excepcionalmente y de manera fundada» auxiliar al Poder Judicial. Con los antecedentes que tiene un sector de la Justicia, esta posibilidad puede presentarse amenazante.

«Uno de los aspectos más regresivos de la reforma es que vuelve a abrir la posibilidad de que el Poder Judicial use a los organismos de inteligencia como sus auxiliares. El Poder Ejecutivo reinstala una práctica que había sido prohibida por las gravísimas irregularidades que habilitó. La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso AMIA condenó al Estado argentino por el fracaso de la investigación judicial, que estuvo determinado por haberla dejado en manos de la ex Side», advirtió el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) en un comunicado publicado la semana pasada.

«Esta habilitación -continuó el escrito- es acompañada, además, por la posibilidad de que la Side reincorpore personal retirado, como si los problemas de funcionamiento se resolvieran volviendo a lógicas pasadas. Durante estas décadas, los escándalos políticos derivados de operaciones de inteligencia y las irregularidades que resultaron en violaciones de derechos humanos llevaron a que se discuta la necesidad de reforzar los controles parlamentarios e independientes de las agencias de inteligencia. Esta reforma no promueve ninguno de ellos e incluso los debilita, por ejemplo al quitar el acuerdo del Senado para el nombramiento del titular».

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