El oficialismo cerró una semana negra en el Congreso, que expuso su minoría y amenaza a las alianzas

El Gobierno Nacional atravesó una semana de malas noticias en el ámbito legislativo. Tanto la Cámara de Diputados como el Senado aprobaron proyectos que aumentan los fondos destinados a universidades públicas y sistemas jubilatorios, lo cual, a entender del oficialismo, pone en riesgo el tan defendido equilibrio fiscal. Además, los libertarios perdieron presencia en comisiones estratégicas, como la que analizará las acciones de los servicios de inteligencia.

La primera “piedra en el zapato” fue la aprobación en Diputados de la ley de actualización presupuestaria para universidades públicas, que incluye una recomposición salarial automática para docentes y no docentes, y el rechazo al DNU que aumentaba los fondos reservados para la Secretaría de Inteligencia de Estado (Side).

La segunda estocada ocurrió el martes, cuando el senador radical Martín Lousteau se convirtió en presidente de la comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia. En la tarde de este jueves, en tanto, llegó otra pálida para la Casa Rosada con la aprobación en el Senado de una nueva fórmula jubilatoria.

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Pero más allá de lo que se votó, hay otro dato que preocupa al Gobierno: tanto en Diputados como en el Senado se alcanzaron, en esta semana, los dos tercios para aprobar o rechazar determinados proyectos. Esto significa que el poder de veto del presidente podría estar opacado por una mayor oposición del Congreso.

Lousteau versus Santiago Caputo

La designación de Lousteau fue un duro revés para el oficialismo, especialmente para Santiago Caputo, el hombre fuerte detrás del sistema de inteligencia. El asesor presidencial no pudo colocar como presidente de la bicameral Edgardo Kueider, un aliado peronista.

Tampoco la vicepresidenta Victoria Villarruel pudo imponer al senador del PRO Martín Goerling. Las apetencias de unos y otros se neutralizaron entre sí y bloquearon un hipotético acuerdo con la UCR.

Con esta integración de la bicameral, los principales partidos opositores podrán utilizar el cuerpo para investigar las actividades que desarrolla la resucitada Side, en medio de la sospecha de que los engordados gastos de este organismo se están usando para espiar a funcionarios, tal como pasó en la época de Mauricio Macri con el organismo conducido por Sergio Arribas y Silvia Majdalani.

Sin presupuesto millonario para inteligencia

Otro cachetazo para el oficialismo fue el scrum opositor en el recinto de la Cámara de Diputados del miércoles pasado, que rechazó el decreto 656 de ampliación presupuestaria para la Side. Fueron 156 votos en rechazo de esta medida, con el dato político de que en esa cosecha había una veintena de votos del PRO, que se posicionaron de esa forma con la venia de Macri.

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El hecho refleja un punto de quiebre respecto de la alianza que formaban La Libertad Avanza con el PRO en el Congreso, o dicho en otros términos: el quiebre de la alianza entre Milei y Macri.

Fórmula jubilatoria: entre el veto y la ratificación del Congreso

El otro sablazo que sufrió el Gobierno fue la aprobación en el Senado del proyecto que establece una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, con una recomposición parcial de los haberes.

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Milei presentó esta maniobra opositora como una obra con firma de los “degenerados fiscales” que quieren desdibujar el plan económico. La mayoría de los senadores del PRO se sumaron a la jugada por pedido de Macri, quien luego buscó borrar sus huellas con un comunicado.

Grietas internas

La bomba que hizo implosionar a La Libertad Avanza desde adentro fueron las derivaciones del escándalo que se generó a partir de la visita de diputados libertarios a represores presos en Ezeiza.

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El miércoles pasado, un grupo de diputados libertarios increpó a la legisladora mendocina Lourdes Arrieta por poner al desnudo las diferencias internas, y por seguir dándole cuerda a un tema que La Libertad Avanza necesitaba ponerle un cierre.

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Las críticas soliviantaron a Arrieta, quien a los gritos y en llanto empezó a increpar a Menem por no haberla defendido y por no hacerse responsable del conflicto desatado, al tiempo que repitió su versión de que el diputado Beltrán Benedit, el organizador del tour a la cárcel de los genocidas, le había hecho “una cama”.