La disputa interna entre la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ex presidente Mauricio Macri escaló contundentemente este jueves, cuando los militantes que responden a la funcionaria decidieron retirarse de la asamblea partidaria y le vaciaron el encuentro al macrismo.

Esta belicosidad entre ambos dirigentes data de tiempo atrás, sobre todo desde el momento en que Bullrich decidió respaldar abiertamente a Javier Milei en el último balotaje.

La actual ministra de Seguridad había anticipado este desenlace con un comunicado publicado en el transcurso de la mañana de este jueves, en donde aseguró que iba a «jugársela a fondo».

La decisión de la actual funcionaria de alejarse de su ex líder político responde a que este previamente había definido impulsar al diputado nacional Martín Yeza como presidente de la asamblea, lugar al que Bullrich aspiraba.

El movimiento de Macri fue interpretado como un castigo a las decisiones que tomó Bullrich para respaldar públicamente a Javier Milei en el último balotaje.

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«Fueron 6.200.000 personas las que me acompañaron en mi decisión de apoyar en el balotaje a Javier Milei. Fue un compromiso con los argentinos que creyeron en nuestra convicción de acompañar, con toda nuestra fuerza, a quien logró representar el cambio con más fuerza», recordó la ministra de Seguridad.

«Avanzamos con fuerza y ayudamos a un triunfo electoral para construir un cambio de verdad, sin medias tintas, y definitivo. Firmamos un contrato con la sociedad que no se puede romper. Es un contrato sólido e irrevocable. Por eso, el debate que quiero dar en el PRO no es un debate de cargos, es mucho más profundo: es un debate de rumbo», aseveró, a través de un comunicado publicado en sus redes sociales.

En este plano, Bullrich aseguró que no dará marcha atrás, sobre todo porque considera que los resultados de la gestión actual marcan que actuó de la manera más atinada.

Es en esta línea que hizo un llamado al resto de la militancia del partido para que se encolumne detrás de su postura, en contraste con la voluntad del ex presidente Mauricio Macri.

«No podemos quedarnos, una vez más, a mitad de camino. Por eso, yo me juego a fondo, como lo hice siempre, y cuento con ustedes», concluyó.

Bullrich firmó con su nombre y la siguiente definición: «Ministra de Seguridad de una Argentina que decidió ponerse de pie».

Bochornos, traiciones y alineamientos

En los acuerdos previos, ambas alas habían fijado que Mauricio Macri se quedaría con la presidencia del partido, pero Bullrich presidiría la Asamblea del PRO. Aun así, el ex mandatario decidió desconocer este pacto e impulsar la postulación de Martín Yeza como máxima autoridad asamblearia.

Esto generó que la cumbre del PRO se desarolle entre gritos y quejas. Un escándalo que quedó expuesto como una fractura que será difícil de suturar en el partido -si es que aparecen intensiones de hacerlo-.

Los hechos ocurridos en la zona del Abasto porteño declararon el estallido de un cúmulo de diferencias que el líder del PRO y el titular de La Libertad Avanza vienen incubando hace tiempo.

Así quedó demostrado en uno de los puntos que estuvo incluido en la orden del día de la asamblea, que además de elegir autoridades, rechazó la fusión con el partido de Milei.

«Somos el cambio. El PRO no se fusionará con otros partidos. Apoyamos al gobierno de Javier Milei y todas las iniciativas que acompañen el cambio que la Argentina votó», fue una de las conclusiones que salieron de la cumbre.

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