La Agricultura Ancestral se planta y le contesta a las operaciones mediáticas
Luego de que el periódico La Nación pusiera nuevamente en discusión el rumbo del modelo productivo interpelando a la agroecología, las voces de quienes vienen resignificando la tierra se hicieron escuchar. “Este pasquín mitrista es coherente y consecuente con su historia e intereses”, le dijo a Conclusión Jeremías Chauque, campesino de Desvío a la Raíz Agricultura Ancestral.
- Info general
- Sep 3, 2020
Por Alejandro Maidana
“La Nación será una tribuna de doctrina”, un lema que no ha variado en los 150 años de vida que abraza este periódico que hoy cuenta no solo con el papel, sino también con su versión digital e incluso un canal de TV. Un derrotero que si de algo ha hecho un culto, es de su exuberante coherencia.
Un periódico creado para respaldar la consolidación de una clase dominante que no escatimó en el derramamiento de sangre en su nombre, ya que los privilegios solo se pueden construir en base a la opresión del más débil. De esta forma Bartolomé Mitre, un liberal conservador, iría abriéndole paso a los capitales ingleses, consolidando el latifundio y monopolizando la palabra con la pluma hegemónica.
Mitre también desarrolló una metódica construcción de una versión liberal y mentirosa de nuestra historia que presentaba a los caudillos federales como bandidos mientras que exaltaba a quienes como Rivadavia había iniciado el proceso de dependencia del imperialismo británico, además como alguien dijo con total acierto dejó un diario que se encargó de cuidarle las espaldas al general.
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La rancia oligarquía argentina siempre afín a los golpes y enemiga de los votos, a tal punto que no dudaron desde el mitrismo en denominar a la democracia como “la dictadura de los votos”. Por ello no extrañan sus viscerales y miserables operaciones mediáticas contra gobiernos populares que suelen interpelar en profundidad su prerrogativa a lo largo de la historia.
Papel Prensa, la comodidad brindada por los golpes, y la palabra <libertad> siempre presente en la verba liberal, cuando en realidad para ellos la libertad solo existe cuando gobierna la oligarquía. Una clara demostración que el interés mayúsculo pasa por abrazar el bienestar de sus familias (la minoría dominante) y así poder proteger el vínculo con sus socios extranjeros.
La tierra en pocas manos, la verdadera y única grieta que divide al país en partes desiguales
La discusión sobre qué modelo de producción necesitamos para zanjar definitivamente la enorme desigualdad que se acrecienta de manera constante, se profundiza generando importantes coletazos por parte del agronegocio y su furibundo lobby.
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Mientras que las economías mundiales son puestas de rodillas producto de un virus que viene haciendo estragos, en nuestro país, y gracias a la información brindada por la consultora Agripac, se pudo conocer que productores acumulan 40 millones de toneladas de acopio, imposibilitando el ingreso de 12 mil millones de dólares. Algo que significaría una importante inyección para la economía argenta, y traería cierto alivio a las arcas del Banco Nación.
Pero claro, esperar que un sector siempre tan afín a la especulación, y que no se fatiga a la hora de empujar devaluaciones, pueda aportar un alivio en un momento tan espinoso como angustiante, suena a utopía. En el mismo carril se siguen sucediendo las críticas al impulso que intenta darle el gobierno nacional a la agroecología, el poder real se muestra incómodo ante la posibilidad de un cambio de paradigma en la manera de producir.
El presente muestra la articulación de distintos espacios colectivos de agricultura campesina que vienen organizándose, interpelando políticas que profundicen la Soberanía Alimentaria. Pero claro, dicha disputa se da en un contexto donde dentro del gobierno si bien se plantean políticas de desarrollo agroecológico, también existen intereses que responden a las presiones y lobby del agronegocio como por ejemplo las megagranjas porcinas y el AgTech.
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Es preciso destacar que el gobierno nacional, a través de Desarrollo Social, buscará inyectar fondos para financiar el desarrollo de emprendimientos de la agricultura y huertas familiares, y cuya producción agroecológica no solo se pueda vender en ferias de alimentos sino a través de la comercialización de un modo directo entre el productor y el consumidor que emplee la Tarjeta AlimentAR, con una simple aplicación en el teléfono móvil. Algo que con seguridad, buscará ser frenado por los sectores más concentrados del poder económico.
Por ello, días atrás un artículo del diario La Nación titulado «Agroecología, doña Petrona y militancia», empujó el repudio de quiénes vienen resignificando la tierra produciendo alimentos saludables y de cercanía. Desde Desvío a la Raíz-Agricultura Ancestral, se contactaron con Conclusión para darle forma a una respuesta que busca hacer añicos el reduccionismo manifestado en un medio con llegada nacional.
Como hijo de la tierra y campesino, Jeremías Chauque sigue mostrando y consolidando el camino que abrazando un resiliente proceso, respeta los ciclos de la tierra fortaleciendo el derecho al acceso a alimentos sanos. “Cuando decimos Agricultura Ancestral, definimos social, cultural y políticamente nuestra labor como agricultoras y agricultores de soberanía y memoria. Es el puente, senda, es el idioma que nos permitió reencontrarnos en la palabra de un abuelo que nuevamente va preparando la tierra, la semilla en cada historia que vuelve a contar. Son las mujeres que iban a la isla a dar a luz y que nos dejan una respuesta vital: En este pueblo alguna vez hubo mujeres con la identidad, cultura, salud y soberanía suficiente para tomar la determinación de elegir como y donde traer a sus hijos al mundo, debemos volver al útero de esas historias. Es Ángel, el abuelo que hasta hace poco tiempo, era el borracho del pueblo porque en el universo transgénico del monocultivo y los agrotoxicos, los sabios del monte son una <maleza> más a eliminar. Ángel, hoy es una de las <buenezas> que tenemos en nuestra organización y volvió a ser ese fogón donde nos sentamos alrededor para escuchar cómo la luna influye en la semilla, en la agricultura.
La salud es lo último que te roba el agronegocio, porque antes te fumigó los saberes, te empobreció, desmontó el protagonismo que debe tener una familia campesina como guardianas de soberanía y memoria.
Una disputa que se da desde la tierra, una discusión con el poder real que tiene su anclaje en dos pilares fundamentales, en no entregar la lucha ni hipotecar la memoria. “La salud es lo último que te roba el agronegocio, porque antes te fumigó los saberes, te empobreció, desmontó el protagonismo que debe tener una familia campesina como guardianas de soberanía y memoria, y todo aquello que estalle en mil pedazos la cadena. No se dispersan y tienen claro que un pueblo con el cordón umbilical que te conecta al rio, a la tierra, a la cultura, en definitiva a tu historia, es altamente subversivo por ende, debe ser eliminado. Comprender al enemigo nos permitió definir que el avance debía ser colectivo, recuperar la identidad de Monte, desde lo minúsculo a lo máximo, y hacer el llamado al pueblo, a plantear el desafío de volver a ser lo que fuimos. Así nació en el 2007 <Desvío a la Raíz>, un juego de palabras entre el nombre del pueblo y el profundo desafío de volver a tener a semilla en la mano, de volver a ser lo que fuimos.
Un cordón frutihortícola que busca volver a recuperar los colores, olores y sabores que el campo que alimenta supo cobijar antes de la llegada de un paquete tecnológico que todo lo avasalló. “Vivimos en un pueblo donde en temporada de frutilla, se vestía de olor, de sabores, de colores a frutilla, era la identidad del pueblo. Hoy se cree que han extinguido a más de 4 variedades que se producían tradicionalmente acá, como la variedad Corondina. La frutilla que se produce actualmente es la que impuso el agronegocio, la que llega al mercado y a las casas con 30 agrotóxicos detectados y con familias campesinas explotadas. Entonces comprendimos que no es casual que la frutilla ya no tenga ni aroma ni sabor, ya que el olor también es subversivo, y el objetivo de la dictadura del agronegocio es secuestrar y desaparecer todo aquello que nos conecte y reconecte con la posibilidad de comprender qué nos está pasando y, por sobre todo, cómo modificarlo.
Si la Sociedad Rural, Grobocopatel, Aapresid, BASF, ya hablan de agroecología, ¿cuál va a ser el nuevo nombre que vamos a tener que inventar para volver a definir lo que fuimos?
Volver a recuperar la biodiversidad perdida, la necesaria rotación de cultivos, la semilla en mano para construir soberanía y no arrodillarse ante el inescrupuloso latifundio, es la estoica tarea que vienen desarrollando quiénes batallan para torcer el rumbo de una historia escrita con venenos. “En este desafío de labrar la memoria, de devolverle el protagonismo a los y las sabias del monte, nos pasa que, cuando hablamos de agroecología, los y las abuelas campesinas no saben qué es. Cuando recorremos comunidades Mapuche Aonikenk, Qom, Nozlamel, no la conocen ni la reconocen. Entonces nos preguntamos ¿Desde dónde, con quién, cómo, para quién estamos proponiendo generar un cambio? ¿Por qué la mayoría sabe quién es Basil Bensin o Bill Mollison, pero nunca escucharon la palabra de monte, de viento, de río, de mi papay Rosalia Ñancupe, o Nicolasa Quintremán? ¿Estamos dispuestos a descolonizarnos como principal labor labradora?”
El rol imprescindible de los pueblos preexistentes al Estado, parece haber quedado un tanto rezagado, una vez más, a la hora de la toma de decisiones en torno a la tan mencionada soberanía alimentaria. “La palabra puede tender mil caminos, es identidad, cimenta y forja sentido. Los pueblos originarios ¿fuimos parte de la construcción de este nombre? Si la Sociedad Rural, Grobocopatel, Aapresid, BASF, ya hablan de agroecología, ¿cuál va a ser el nuevo nombre que vamos a tener que inventar para volver a definir lo que fuimos? ¿Qué va a pasar cuando el agronegocio termine de cooptarla? ¿Soberanía o ecocapitalismo agroecológico? ¿Cambiará algo cuando el terrateniente sea ecoterrateniente agroecológico? ¿Le van a seguir dando a mis compañeras y compañeros $3 por kilo?
Este pasquín mitrista es coherente y consecuente con su historia e intereses, nos apunta su chorro transgénico de agrotoxicos, pero lo hace muy tarde, el monte está de nuestro lado.
Para concluir, y referenciando al tan mentado artículo de La Nación, Jeremías Chauque disparó: “Este pasquín mitrista es coherente y consecuente con su historia e intereses, nos apunta su chorro transgénico de agrotoxicos, pero lo hace muy tarde, el monte está de nuestro lado, tenemos la resistencia de la rama negra, somos el espíritu del Quebracho, la dignidad de Silverio Sánchez, Rafael Nawel iem y Ramona Bustamante , el corazón del humedal, la piel del Paraná, somos su peor maleza, la memoria y la soberanía brotándole por los cuatro costados”.