Por Manuel Parola

La declaración de independencia argentina (1816) fue una victoria definitiva contra España que se tardó 6 años desde la Revolución de Mayo (1810). Y un año antes de eso, la provincia de Santa Fe, dirigida por el brigadier Estanislao López, ya había declarado la independencia acompañando un proyecto libertador de la mano de José Gervasio Artigas.

Dos siglos, seis dictaduras, un muro de Berlín, la llegada de las triple W, un estallido social en 2001 y una victoria anarcocapitalista más tarde, la globalización y el libertinaje hicieron carne de un territorio que nunca se explotó correctamente desde las cúpulas del poder político. Aparecieron los desastres.

A pocos días de sancionar una ley que habilita a los capitales internacionales a implantarse en el país sin dejar un ápice de su ganancia en territorio nacional, Argentina festejará sus 208 años de declarar la independencia del reino de España. Pablo Garello, flamante secretario general de la Juventud Peronista (JP) de la provincia de Santa Fe, sostuvo que en estos días, “la disyuntiva es Patria o corporaciones”.

Garello apuntó en diálogo con Conclusión que, a partir del avance de los intereses foraneos en el territorio, por caso la visita de la líder del Comando Sur de los Estados Unidos para la inauguración de una base norteamericana en Tierra del Fuego o la declinación del interés nacional en pos de la activación de los créditos con la República Popular China, «el ser nacional, la reivindicación de lo propio surge en parte como una actitud defensiva de poder cuidar nuestras riquezas y al mismo tiempo plantear un proyecto que sea realmente igualador y distributivo».

Pablo es uno de los fundadores de la tribuna de pensamiento y reflexión nacionalista y peronista “Rosca y Tinto”, y esgrimió que la idea de nacionalismo “ha estado muy tachada en algún punto, o fue un concepto quizás criticado por considerarse que pueda tener algún ribete de exclusión o facistoide en algún punto, pero el nacionalismo argentino es un nacionalismo de amor”. Amén de esto, el militante sostuvo que “si uno observa las medidas de Juan Domingo Perón, que era un militar de la Nación profundamente nacionalista, observa la nacionalización de los ferrocarriles y del comercio exterior, la reafirmación de los derechos soberanos sobre (las islas) Malvinas, el Plan Antártico, son todas medidas que pasan por reforzar el poder nacional y por ende son nacionalistas. Hay que recuperar esta palabra”.

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Muy por el contrario de lo que los congresales que firmaron en el acta de Independencia 208 años atrás, Garello afirmó que actualmente «tenemos más que nunca las cadenas de, principalmente, norteamérica. Lo que tiene que ver con la emancipación y con la bandera de soberanía política y de independencia económica que levantaba el peronismo está totalmente pisoteada en la Argentina actual, con un alineamiento hasta burdo en términos de política internacional”

Según el fundador de “Rosca y Tinto”, “Milei se está alineando al hegemón que actualmente se muestra en decadencia, no sólo en términos políticos materiales, sino también en términos culturales, sociales, de un individualismo exacerbado, una cantidad de consumos de la pérdida de todos los valores que hacen a la dignidad humana”, sin mencionar una enorme cantidad de indicadores económicos que se muestran a la baja.

 

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«El ordenamiento geopolítico actual implica una embestida por parte de las grandes potencias por sobre un territorio sumamente rico. Estamos hablando del octavo país más grande del mundo, que tiene minerales estratégicos para la transición energética como el litio, el cobre; que tiene tierras raras como el coltán y que al mismo tiempo tiene una gran cantidad de alimentos y energía que son quizás los activos geopolíticos más importantes de esta época histórica», señaló Garello.

Al ser consultado sobre los espacios de debate y de construcción de identidad política, el militante sostuvo que «el territorio de las redes sociales es un territorio más. Si uno se pone a pensar el tiempo que pasa con el celular o con la computadora y el tiempo que conversa quizás con amigos o con familia, podemos decir que sean horas similares. Cada vez pasamos más tiempo con los dispositivos tecnológicos ¿Cómo ése no va a ser un territorio de disputa? Quedó demostrado con la elección de Milei en donde gran parte de sus (videos en la aplicación) TikToks superaban 78 millones de reproducciones y donde yo no dudo de un montón de gente lo vota al tipo porque le queda algo que vio en algún vídeo”. No obstante, el líder de la JP santafesina subrayó que “esto no quiere decir que hay que dejar de hacer la política tradicional comunitaria en el barrio, poniendo el cuerpo o en la fábrica o en la universidad, pero quiere decir que hay otro campo de disputa al cual también hay que prestarle atención”.

“Hay una sumisión total a los grandes bloques occidentales, a las grandes corporaciones que rompe con una tradición soberanista en este país, que históricamente la ha sostenido el peronismo pero que también ha venido de la mano de otros dirigentes como puede ser Hipólito Irigoyen. Hay que reivindicar la soberanía, reivindicar la independencia, luchar por el nacionalismo, hay que volver a poner la agenda en estos temas y disputar más que nunca el sentido contra la ofensiva liberal, justamente, para una auténtica liberación nacional«, sentenció Garello.