La Justicia de Catamarca respalda el accionar de los pulpos mineros
De espaldas al pueblo y desoyendo su voluntad, la Corte catamarqueña ofició de ariete para que el extractivismo pueda avanzar pese a no contar con licencia social. “Es un acto de violencia y abuso de poder, de un plumazo derriban la ordenanza antiminera que fue votada por unanimidad por todos los concejales”, dijo a Conclusión Silvina Reguera, de la Asamblea el Algarrobo.
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- Dic 26, 2020
Foto gentileza Catamarca Actual.
Por Alejandro Maidana
Acaban de poner en juego el orden democrático en Andalgalá. Una vez más el poder judicial se separa de la Justicia, un accionar corporativo que conoce a la perfección como sostener los privilegios en pocas manos. La médula extractivista de una Argentina expoliada sigue su deshumanizante profundización, ante la impertérrita mirada de quienes prefieren eludir un debate imprescindible en lugar de proyectar un futuro menos desigual que pueda despegarse del hiriente presente.
El contexto pandémico llegó para desnudarlo todo, en un país con más de 18 millones de pobres, aquellas actividades comerciales consideradas <esenciales> que incluyeron a la minería y al modelo agroexportador, demostraron con creces, una vez más, que no pueden ser referenciadas como la salida económica a los problemas estructurales, que ellas mismas generan.
Es menester recordar las palabras del expresidente Carlos Saúl Menem en el Teatro Catamarca, allá por octubre de 1993, el riojano no dudaría en afirmar en aquel momento que se iniciaba «el despegue definitivo de esta provincia tan postergada». Flanqueado por Ángel Maza, Arnoldo Castillo, y un empresario que no hablaba castellano pero que por lo visto se entendía muy bien con los funcionarios, se daba por iniciado el proyecto «Bajo La Alumbrera».
Este pulpo minero -que utilizaba por mes el explosivo que el país utiliza en un año-, supo mover 340 toneladas de roca por día y utilizar 66 mil litros de agua por minuto. Su facturación llegó a la friolera de 680 millones de dólares por año y 14 millones de “regalías al pueblo”, lo que significaría después de 22 años algo así como 336 millones. Migajas, ante tamaño saqueo.
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Si bien el pueblo catamarqueño y en especial el andalgalense, nunca abandonó la lucha, estas corporaciones lejos están de ceder y abandonar su voracidad. Los «pueblos sacrificables» (como los definen las mineras), siguen resistiendo, como pueden, con la dignidad como estandarte, entendiendo que el agua vale más que el oro, algo ratificado recientemente por Wall Street.
Para el Estado, las actividades contaminantes y predatorias, no fueron motivo de preocupación, y si bien el extractivismo atenta contra la vida en todo su conjunto, la necesidad de hacerse de dólares sigue empujando a la consolidación y expansión de verdaderos laberintos, que solo pueden conducirnos a una salida tan lúgubre como apocalíptica.
La Corte y un fallo antipueblo
A solo horas de la Navidad, la Corte Suprema de Justicia catamarqueña, en un claro acto de abuso de poder, violatorio de los Derechos Humanos y Naturales de los andalgalenses, declaró la inconstitucionalidad de la ordenanza municipal que prohíbe la megaminería en el pueblo (Ordenanza 029/16). La misma se dictó como consecuencia del fallo del 2 de Marzo del 2016 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Desde hace once años la actividad minera en ese bello terruño de Catamarca no cuenta con licencia social, pero lejos de escuchar el clamor de la gente, vulneran sus derechos y el de todos los argentinos. Claramente se ha puesto en juego la paz social, es notable como tanto el gobierno, jueces y funcionarios, actúan en conjunto articulando estrategias para beneficiar solo a un puñado de personas, que cabe destacar, los incluye.
“Vecinos, esta vez, como tantas otras, debemos estar más unidos que nunca. Debemos demostrarle al poder político y económico, que cuando los de abajo se mueven, los de arriba se caen. Salir a la calle y ser miles. Hacemos un llamamiento masivo ante esta embestida criminal e injusta que afecta a nuestra agua, para proteger nuestro único recurso hídrico que es El Aconquija. Porque si avasallan nuestros derechos, no nos queda otra que la defensa propia y legítima que nos cabe a cada uno de los ciudadanos que es defender nuestros derechos fundamentales y sin agua no hay vida”, sostuvieron desde la Asamblea el Algorrobo de Andalgalá.
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Ese proyecto es inviable y sería el acta de defunción de Andalgalá, un pueblo bravo que siempre supo defender el agua, el vital elemento que no por casualidad ya cotiza en bolsa. La autodeterminación del pueblo es lo que ellos intentan denominar la licencia social, que no tienen. Quiénes crean que la guerra por el agua se dará con tanques y aviones, estarían incurriendo en un error grosero, ya que la batalla por la misma se libra a través de este tipo de proyectos, donde los recursos naturales los hipotecan los países «sacrificables» en favor de los dominantes.
Silvina Reguera integra la Asamblea el Algarrobo, y movilizada desde siempre contra los embates de las corporaciones mineras y la complicidad política, accedió a una necesaria charla con Conclusión para poder reflexionar en voz alta. “Lo primero que hizo Mauricio Macri apenas asumió, fue completar la Corte con dos jueces que pudieran fallar a su favor. Nosotros en ese momento estábamos finalizando nuestro segundo acampe en el Palacio de Justicia, desde adentro nos llegaban permanentes rumores que ese movimiento se llevó adelante para poder incidir en distintos fallos. En nuestra provincia el gobernador Jalil cuando llegó al poder hizo exactamente lo mismo, completó la Corte con dos personas laderas de su gobierno, para ver cómo podía avanzar contra la ordenanza minera que protege a Andalgalá”.
Buscan vulnerar de todas las maneras posibles a un pueblito que tiene mucho en las entrañas de sus montañas, y que ellos vienen saboreando hace más de once años.
La voracidad de las corporaciones mineras no descansa, sus adláteres tampoco. Tanto el poder político como judicial, siguen adelante fortaleciendo un furibundo lobby en una de las provincias más pobres de la Argentina. “En un acto de violencia y clarísimo abuso de poder, de un plumazo derriban la ordenanza antiminera que fue votada por unanimidad por todos los concejales. Esto me recuerda mucho a la Ley de Glaciares que también fue votada por unanimidad, y que al poco tiempo sería vetada por Cristina Kirchner en un rapto de soberbia encumbrado. Te voy relacionando todas las acciones que emparentan de sobremanera a todas las banderas políticas que ostentaron el poder en nuestro país. Buscan vulnerar de todas las maneras posibles a un pueblito que tiene mucho en las entrañas de sus montañas, y que ellos vienen saboreando hace más de once años. Ese es el tiempo que llevamos luchando para frenar el ataque al único reservorio de agua que tiene Andalgalá”.
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Ojo, no está dicha la última palabra, ya que detrás de todo esto hay un pueblo que resiste y que dejó en claro que no quiere ser rehén de estos pulpos mineros.
Los argumentos basados en el progreso y el despegue provincial, son tan vetustos como indignantes. Después de más de dos décadas de expoliación, el proyecto Bajo de la Alumbrera parece no haber incidido en poder quebrar un índice de desocupación que roza el 30% a nivel local ¿Por qué insistir? “Si vos miras la sentencia que dictó la Corte de Justicia de Catamarca, te queres morir, ya que es un verdadero arrebato de omnipotencia. Insisten en la falacia del desarrollo y los beneficios de la minería, cuando para muestra de la devastación y el saqueo, tenemos como referencia a La Alumbrera. Este movimiento de la Corte habla a las claras que no son otra cosa que empleados de las corporaciones mineras, son una mafia organizada, y para poder percatarse de esto basta con un poquito de sentido común. No se puede retroceder ante los derechos logrados, ningunearon el Acuerdo de Escazú (Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe). Esto ni siquiera tiene que ver con la violación de las muchas leyes que existen y son pisoteadas, esto representa un atropello mayúsculo”.
Los espejitos de colores de la conquista, convertidos en corporaciones mineras que todo lo arrasan y depredan. “Lo único que le falta es arremeter de prepo con las máquinas como lo supieron hacer el 15 de febrero, para darle marcha al emprendimiento bautizado como MARA. A esto hemos llegado para»celebrar» las fiestas en Andalgalá, donde con seguridad saldrán a darle las bendiciones saludando al pueblo haciendo gala de su nefasta hipocresía. Pero ojo, no está dicha la última palabra, ya que detrás de todo esto hay un pueblo que resiste y que dejó en claro que no quiere ser rehén de estos pulpos mineros”.
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Los argentinos ya hemos pasado la historia negra del «Nunca Más»; en los acuerdos mineros existen artículos que vienen de Martínez de Hoz, desde la Asamblea relacionamos la actividad minera con lo de facto.
Los pueblos sacrificables, la moneda de cambio de un país que prioriza el pago de la deuda externa, profundizando de sobremanera la interna. “Los argentinos ya hemos pasado la historia negra del «Nunca Más» que tiene íntima relación con los militares, en los acuerdos mineros existen artículos que vienen de Martínez de Hoz, es por ello que desde la Asamblea relacionamos la actividad minera con lo de facto. Bajo el proceso militar se desaparecían personas, y ahora en democracia buscan desaparecer pueblos, es por eso que Andalgalá está en pie de lucha, mientras que la gente esté en la calle, no pasarán. Se tiene que terminar la idea de pretender pagar una deuda eterna y fraudulenta como la externa con el sacrificio de nuestros recursos, acá la deuda eterna es con nosotros”.
La ordenanza municipal 029/16 que prohíbe la megaminería en Andalgalá, sigue vigente. Lo que hizo la Corte de Catamarca es poner solo una piedra más en el camino de una estoica lucha. Quien decidirá en definitiva serán los andalgalenses y la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el bravo pueblo de Andalgalá sabe que la única lucha que se pierde, es la que se abandona.