“Las bolsas del súper no deben pagarla los consumidores”
Así lo expresó el concejal radical Jorge Boasso y agregó por el contrario, que “debe tener un impuesto abonado por el empresario”. Propuso entonces una “tasa ecológica” para evitar que el cliente afronte gastos extra.
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- Ago 23, 2015
Esta semana la comisión de Ecología aprobó un proyecto que indica que los supermercados entregarán hasta cuatro bolsas de plástico por compra, y a partir de ahí el cliente deberá pagar por ellas en caso de necesitar usar más cantidad.
Frente a esta iniciativa, que ahora pasa a tratamiento en la comisión de Gobierno, el edil radical Jorge Boasso impulsó un proyecto de Ecotasa o Tasa Ecológica para gravar con un impuesto sobre los ingresos brutos a los comercios que utilicen y entreguen bolsitas de polietileno a sus clientes. “El que crea el daño ecológico es quien debe pagar”, sentenció el edil radical.
Para confrontar esta problemática y lograr la sustitución de las bolsitas de plástico por otras de material biodegradable, en algunos lugares como Irlanda, Alemania, Suecia y Hong Kong, las bolsitas de plástico tienen un impuesto.
Tomando estas experiencias Boasso propone la Ecotasa para comercios que utilicen estas bolsitas de polietileno. En el caso de quienes, a pesar de utilizarlas, las combinen con bolsas de materiales biodegradables, podrán descontar el costo de estas últimas, del pago de la tasa, aclaró Boasso y reforzó: “Lo recaudado deberá ser utilizado exclusivamente para mejorar el sistema de recolección y tratamiento de las bolsitas de plástico; incluyendo la realización de campañas de concientización tendientes al consumo responsable, reutilización, reciclado y adecuada disposición de las mismas, mediante difusión de mensajes y distribución gratuita de bolsas reutilizables”.
Todos sabemos lo práctico, fácil y económico que nos resulta cargar nuestras compras del supermercado en decenas de bolsitas de plástico, pero no todos estamos al tanto del irreversible impacto ambiental que ocasionan. “Las bolsas de polietileno en baja densidad tardan entre 100 y 400 años en degradarse”, explicó Boasso.
Las mismas se reparten en grandes cantidades, es mínima la proporción que se reutiliza, y no se reciclan. Su elaboración produce contaminantes que contribuyen al calentamiento global. Todas son desechadas, ya sea como contenedor de basura o como parte del contenido. Son livianas y fácilmente transportadas por el viento y el agua.
Sería razonable, concluyó Boasso, que antes del dictado de cualquier ordenanza, analicemos el tema en profundidad y derivemos las cargas de las responsabilidades a quienes correspondan según sus comportamientos y participación en la problemática del medio ambiente.