Durante un día presidido por el clima frío y el sol brillante, Javier Milei visitó Rosario en el marco de la celebración del Día de la Bandera.

En el contexto de una jornada marcada por fuertes operativos de seguridad en varios puntos de la ciudad, el primer mandatario arribó al Monumento Nacional a la Bandera, donde después de haber escuchado al intendente Pablo Javkin y al gobernador, Maximiliano Pullaro, ocupó casi todo su discurso con referencias históricas de la vida de Manuel Belgrano.

 

Lo más cercano de su alocución a la realidad del país, fue cuando aprovechó el acto conmemorativo para llamar a la firma del Pacto de Mayo el próximo 9 de julio en la ciudad de Tucumán, para que se empiece “juntos a dar vuelta la página de la historia”.

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Durante su discurso generoso en el relato histórico, Milei expuso: “Cuando Belgrano le escribió al Triunvirato para pedirles que ratificaran la bandera como símbolo oficial, el Gobierno de Buenos Aires la rechazó y le ordenó que no izara esa bandera sino otra porque la dirigencia política en Buenos Aires aún no hablaba de independencia, aún no hablaba de un país libre, sino que hablaba de un Gobierno autónomo de las autoridades virreinales”.

 

Más adelante, le hizo un guiño a la ciudad cuando exteriorizó: “Dicen que esa primera versión de nuestra insignia nacional, diseñada y pedida por Belgrano allá por 1812, fue cocida por rosarinas que querían hacer su aporte a la causa de la libertad”.

Enseguida, el presidente dijo que las autoridades porteñas “trataron de despojar al Ejército de un símbolo que gritaba independencia y así no autorizaron que el pueblo argentino se diera a sí mismo una primera bandera realmente propia”.

 

“Pero a Belgrano le importó un rábano las órdenes de las elites porteñas y llevó su insignia a las batallas subsiguientes en su camino hacia el alto Perú, no esperó la autorización de nadie e hizo lo que sabía correcto, algo que se ha convertido en una sana costumbre en el interior del país cuando las disposiciones y exigencias de los políticos de Buenos Aires son excesivas e infundadas”, manifestó al acentuar la rebeldía del prócer.

Después de valorar que “cuando fue vocal de la Primera Junta era el único que no cobraba” y que cuando recibió un premio por las batallas de Salta y Tucumán “lo donó entero para construir cuatro escuelas en el norte”, Milei asoció su relato histórico con el político, ese que expresa desde la campaña electoral al exponer que “él tuvo que enfrentarse a las porosas manos de los políticos”.

“Que este año sea recordado en la historia Argentina como el punto de inflexión en el que volvimos a empezar a ser grandes, que Dios bendiga a los argentinos que la fuerza del cielo nos acompañen”, señaló el primer mandatario antes de finalizar con su tradicional “viva la libertad carajo” y su novedoso grito de “viva la patria”.