DOMINGO, 17 DE NOV

Milei y la venta de órganos: «Es necesario aplicar un mecanismo de mercado»

Entrevistado en el programa "Somos buenos", del canal Todo Noticias, el diputado libertario se refirió a la "Ley Faustina" (en referencia a la Ley Justina de trasplante de órganos) "hay algo que no funciona" y aseguró que la mejor forma de resolver el déficit de donantes es aplicando la lógica del mercado.

El diputado nacional de La Libertad Avanza, también precandidato a presidente, Javier Milei volvió a dejar clara su postura en cuanto a la venta de órganos humanos al afirmar que, para solucionar la demora en los trasplantes, es necesario encontrar «un mecanismo de mercado» que permita resolver el desequilibrio de las personas que mueren en relación a las que se encuentran en espera de un órgano.

Lo cierto es que Javier Milei no dijo nada nuevo, ya en 2022 se había manifestado a favor de la venta de órganos por tratarse de «un mercado más». Ahora, volvió al tema en una entrevista en el canal Todo Noticias, que le realizaron este martes en el programa «Somos buenos» y, al ser consultado por el periodista Nicolás Wiñazki sobre, si estaba de acuerdo con la venta de órganos, respondió con los acostumbrados argumentos a favor de la libertad de mercado.

En su respuesta, en la que confundió el nombre de la Ley Justina (Ley 27.777 de trasplante de órganos) y la bautizó Faustina, Milei hechó mano del  habitual recurso de dar por ciertos números incomprobables y aseguró que todo se trata de un problema de «mercado».

«¿Cuántas personas mueren en la Argentina por año? Más de 350.000 que, por la Ley Faustina, son todos potenciales donantes. Hay 7.500 personas que están sufriendo y esperando trasplantes. Entonces hay algo que no está funcionando bien. Entonces lo que digo es revisemos el mecanismo y busquemos mecanismos de mercado para resolver estos problemas», agregó.

En ese punto, Milei rechazó la repregunta que contemplaba temas como la compatibilidad entre donante y receptor o que no todos los fallecidos pueden ser donantes, entre otros y aseguró que el único problema en esta cuestión es la interferencia de la «garra del Estado». En su línea de argumentación, dejó en claro que la venta de órganos no es la peor opción. Y enfatizó; «No hay peor solución que la que implica la garra del Estado. Siempre lo mejor es los individuos actuando libremente”.

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