«Si no hay incentivos y sigue la importación de buques se destruirá la industria naval de Argentina»

El referente de los trabajadores navales, Juan Speroni, recordó que la industria naval. “fue declarada de importancia estratégica por su alto impacto en términos de ocupación de mano de obra calificada y desarrollo de toda la cadena de valor navalpartista"

Conclusión Buenos Aires – Aldo Battisacco

El secretario general del Sindicato Argentino de Obreros Navales, Juan Speroni explicó al término de su exposición en la reunión de la Comisión de Industria que la presencia de los trabajadores en el parlamento, tiene como objetivo «plantear las necesidades del sector» aclaró que no tienen «despidos o suspensiones, pero preocupa el escenario que impulsa el Gobierno en términos de expectativa para adelante».

El sindicalista, expresó a Conclusión que «un gobierno que propone importación de bienes de capital, plantea la ley Rigi o impulsa la desregulación que no se sabe como será, preocupa, no solo planteamos los problemas de coyuntura, también una agenda vinculada a las transformaciones a las redes troncales, que esta anexado a tener un canal soberano como el Canal Magdalena, de reconstruir una flota que esté al servicio del interés nacional y de un proceso logístico que sea complementario en términos de costo para el resto de las actividades industriales»-

Vinimos a promover un debate con ideas, con propuestas y proyectos para defender el trabajo argentino, de esto se trata, defender el mercado interno y la industria nacional

Consultado cuales son las amenazas que se ciernen sobre el sector, Speroni, respondió que «el régimen de importación de buques usados, que se da por no contar la industria naval de argentina con un régimen de promoción y financiamiento, como lo hace cualquier país del mundo, estamos desconectados de la realidad».

«Argentina no es un país mediterráneo, tiene salida al mar y tiene redes fluviales, somos vulnerables al régimen de importaciones que se promueven, si esto sigue se termina con la posibilidad de renovación de la flota pesquera, se termina con las iniciativas de producir en el offshore, por lo menos un 30 o 40 por ciento como lo hacen Noruega o Brasil, para que esos trabajos de valor agregado queden en Argentina,».

Speroni explicó que «se puede tener cualquier ideología, pero siendo lógicos y racionales, sin hablar de derechas o izquierda, hay que ver cual es el interés general para el país, tenemos una ley la 27.48 que promueve que todas las unidades que estén en capacidad los talleres astilleros públicos o privados, obliga a que los buques que  se puedan construir en Argentina, se deben hacer acá. Y los buques que Argentina no esté con la capacidad de construir y que por una cuestión estratégica fundamental para poner en valor aguas territoriales, se pueden importar».

Para le referente de los trabajadores navales:»Esta industria es una cadena que multiplica el empleo y necesita alta capacitación en donde se desarrolla la matriz de los trabajadores ya que hay multiplicidad de oficios”.

Argentina posee 10 mil trabajadores distribuidos en astilleros públicos, privados y en talleres navales y la cadena naval partista, Speroni pidió «el anclaje de un fondo de financiamiento y un bono que compense la asimetría para equilibrar los costos, además de que se incorpore a la industria naval como bienes de capital».

La condiciones de competitividad frente a Paraguay y Bolivia genera una pérdida de alrededor de USD 600 millones por flete solo en el río Paraná que sumado a los fletes marítimos, alcanza la suma de USD 3.000 a 5.000 millones de dólares por año

Según un documento elaborado por el Consejo para el Cambio Estructural del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, la industria naval argentina esta constituido por 300 empresas y emplea alrededor de 10.000 trabajadores. Esta actividad se localiza en muchas provincias del país, pero se concentra principalmente en la provincia de Buenos Aires, donde centraliza el 63% de las empresas y el 79% del empleo.

El proceso iniciado por la última dictadura cívico-militar, la inestabilidad y luego las políticas de los años 80-90, y si bien se inicio un proceso de recuperación,  la crisis desalentó la reconstrucción, es decir, se pasó de más de 50.000 empleos, a 2.000 en los 90, y alrededor de 10.000 en la actualidad

Otras actividades relacionadas que demandan la capacidad técnica de talleres y astilleros locales en este sector son la pesca, el turismo y el transporte de personas. En la pesca de los 400-500 buques pesqueros nacionales actuales se estima que el 70% deberán ser reemplazados por embarcaciones nuevas o de menor antigüedad.

El 95 por ciento de las exportaciones se realizan en transporte marítimo, el comercio mundial mueve el 80% de las cargas vía barcos. Además, en promedio, el 30% de gas y petróleo proviene del offshore, actividad que requiere de la industria naval.

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