Solidaridad y coordinación es la respuesta social y política para dar una solución al Covid-19
Es la idea rectora que esbozó en su escrito el ex ministro de Salud y actual presidente de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación, Pablo Yedlin.
- Conclusión en Buenos Aires
- Jul 14, 2020
Por Pablo Yedlin (*)
En los últimos 6 meses el Mundo ha enfrentado la aparición de un nuevo Virus, en realidad nada que sea tan extraño después de todo. Los virus nos acompañan desde los inicios de nuestra historia, y la aparición de nuevas cepas es un fenómeno común y habitual. Es más, todos los años el mundo se prepara para la circulación de una “nueva”cepa de Gripe, e incluso cada tanto, además, esta preparación falla, como en el 2009, nos preparamos y el virus cambió más de lo esperado y nos dejó sin vacuna y expuestos a la Gripe A H1N1, lo que generó la pandemia anterior y la suma de 284.000 muertos en ese año.
Sin embargo, el fenómeno que nos toca vivir este año es distinto, para empezar este tipo de virus el Coronavirus, en sus variantes pandémicas es distinto al Gripal. Esta es la tercera vez que ocurren brotes mundiales en los últimos 20 años, en el 2002/2003 la variante SARS 1 generó una epidemia que se autolimitó después de producir unos miles de casos en Oriente y en casi 24 países del mundo, o el MERS un coronavirus que surgió 10 años después en Oriente medio y que también se autolimitó. En ninguna de estas oportunidades pudimos encontrar un tratamiento efectivo, ni elaboramos una vacuna.
En esta oportunidad algunas cosas han cambiado, por un lado a pesar de que parezca raro, una de las cosas que ha permitido al virus recorrer todo el mundo con mas 11 millones de casos se debe a su menor agresividad, el hecho de que el 80% de los infectados tengan apenas síntomas e inclusive que algunos pacientes sean totalmente asintomáticos ha permitido la diseminación masiva de la enfermedad y dificultado su contención. El problema está en que el 20 % (2 millones) que si se enferma en forma más severa, tiene un 25% de formas gravísimas, con requerimientos de alta complejidad para evitar un desenlace fatal. Cuando me refiero a alta complejidad me refiero a unidades de terapia intensiva con RRHH capacitado en gran número a disposición, respiradores, bombas de infusión, vías centrales, drogas para mantener la tensión arterial, monitoreo invasivo, tratamiento supletorio de la función renal, alimentación parenteral, estudios diagnósticos de alta complejidad, de laboratorio y de imágenes entre otras cosas, y que a pesar de todo esto, en el 50 % de las veces (es decir en un 2.5% del total de casos) genera la muerte.
El mundo se ha visto como pocas veces en la necesidad de dar una respuesta coordinada, y definitivamente podemos decir que con más de 500.000 muertos no parece haberlo conseguido. La Organización Mundial de la Salud tuvo la oportunidad de llevar adelante esta situación, y. A pesar que inicialmente y con la colaboración internacional, se tomaron medidas acertadas se conoció el Genoma Viral (su estructura íntima),en tiempo récord y gracias a ella, aparecieron los primeros test diagnósticos es menos cierto que la incertidumbre fue parte permanente en los primeros meses de la pandemia. Inicialmente la duda de que la transmisión entre humanos existía, luego una vez confirmada esta, la demora en la suspensión de vuelos internacionales que parecía «rara» cuando los vuelos “domésticos “en china ya se habían suspendido desde y hacia Wuhan. La discusión innecesaria sobre el uso o no del barbijos, considerados hoy como de extrema utilidad y era visto como innecesario incluso desaconsejados en etapas tempranas de la enfermedad, la discusión de la forma de transmisión, en forma aérea o por microgotas, la posibilidad de transmisión desde pacientes asintomáticos, la necesidad de equipos de protección especial diferentes según los procedimientos ha realizar sobre los pacientes. La falta de tests rápidos sensibles y específicos para ser usados en terreno, por los equipos de atención primaria.
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Los países, sin una coordinación internacional efectiva, se vieron en la necesidad de armar sus propias estrategias, con sus recursos muchas veces insuficientes. La cantidad de casos crecía en forma incontrolable ,las terapias intensivas colapsaban y la mortalidad adquiría valores dantescos. Distintas estrategias en distintos países eran también parte del descontrol. Lideres que llamaban a no entrar en cuarentena, lideres que enfermaban y cambiaban de opinión, países que conseguían resultados importantes, otros que decidían animarse a buscar inmunidad de rebaño generando miles de muertes en esa decisión.
La Argentina miró la primera parte de esta película desde lejos, pero con aciertos innegables. A pesar de la incertidumbre del momento de la llegada del virus a la Argentina, y la sorpresa de su arribo anticipado, el sistema de salud se puso en marcha desde muy temprano. Ante la aparición de los primeros casos, el país actúo con determinación, generando cuarentenas en esos grupos de riesgo, y luego al detectarse la circulación comunitaria en AMBA suspendiendo los viajes interjuridiccionales y poniendo a todos en cuarentena obligatoria. Hoy muchos critican la precocidad de la medida, discuten con el diario del lunes que quizás se podría haber tomado más tarde, situación incomprobable y contrafáctica pero que merece un análisis .
El hecho de que hoy casi todas las provincias estén libres de circulación comunitaria es básicamente gracias a esas medidas. Países como Perú, España, Brasil que mantuvieron los viajes interjuridiccionales han tenido focos en múltiples ciudades, dificultando y encareciendo el control de la epidemia. Además en el mientras tanto nuestro sistema de salud tan criticado, por su fragmentación, por su ineficiencia, por su desfinanciación fue puesto en primer lugar en la agenda política nacional y provincial, generando ampliaciones de servicios de terapia intensiva y de centros de aislamiento, ademas de aumentando la capacidad de testeo y de provisión de equipos de protección personal.
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La ocupación de nuestras camas de terapia intensiva vienen por el momento soportando bien la cantidad de casos críticos. En las últimas semanas y por el aumento de casos en AMBA se decidió regresar por 2 semanas a una cuarentena más estricta, es probable que eso dé un respiro a las unidades críticas y quizás podamos desde ese momento empezar una progresiva salida hacia la Nueva Normalidad. Los resultados medidos en muertes por millón de habitantes son alentadores.
Es interesante ver lo que esta pasando con los tratamientos para esta enfermedad, por el momento salvo el tratamiento de sostén, casi ningún medicamento se ha mostrado muy útil, quizás hoy la Dexametasona, (un corticoide de uso habitual y económico) y el Remdesivir, un antiviral pensado para el Ébola (para nada económico) y que parece tener un resultado alentador en algunos pacientes. Nota de color es que los EEUU de América compraron al saberse de su «utilidad” toda la producción mundial de este antiviral, es decir «América first” en su máxima expresión. Esto debe poner en alerta a la comunidad internacional sobre que medidas se tomarán al aparecer la vacuna tan esperada. Será un todos contra todos para comprarla al mejor postor, o se priorizará a los grupos más expuestos (personas de mas de 65 años, personal de salud) de todo el mundo?.Veremos
Hace una semana hemos dado media sanción en la HCDN a una ley que promueve la donación de plasma de recuperados de Covid 19 para ser usado como alternativa terapéutica experimental en algunos ensayos en curso en el país. Nadie estará obligado a donar plasma, como nadie esta obligado a donar sangre, pero es interesante ver como cambia la opinión de algunos cuando necesitan de estos recursos para ellos o para sus familiares. Los declararemos ciudadanos solidarios destacados, será suficiente para aumentar el número de donantes? Volveremos a ver.
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La Comisión de salud que presido ha trabajo incansablemente en estos meses, además de la ley de plasma, hemos dado tratamiento a la Ley Silvio, que prioriza la protección personal a los equipos de salud, hemos dado media sanción a la ley de prescripción digital y teleasistencia, hemos recibido a los ministros del área, tanto de Desarrollo social como de Salud, hemos recibido cooperación internacional, hemos reactivado el Consejo federal de Legisladores de Salud, con la participación de los presidentes de las comisiones salud de todas las legislaturas provinciales, unificando criterios legislativos de la temática. Todos estos temas se han discutido con todos los representantes de los distintos bloques del Congreso, dejando las diferencias partidarias para otro momento.
Que nos habrá dejado la Pandemia de aprendizaje? Habremos aprendido que la solución menos dolorosa frente a estos desafíos es la solidaridad entre los pueblos? Por el contrario creeremos que el cierre de las fronteras es una alternativa válida? La solución para encarar el final de esta Pandemia será desfinanciar a la OMS por sus errores como propone el Presidente Trump, o por el contrario apostar a mejorar la calidad de respuesta de estos organismos internacionales?. Pondremos nuestros recursos al servicio del bien común o intentaremos salvarnos solos?
Mi opinión es que los argentinos en su gran mayoría hemos estado a la altura de las circunstancias, quizás mejor de lo que hubiéramos previsto. Los resultados por ahora así lo muestran.
(*) Presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Nación