Sospechas de quiebre y falta de estrategias en la UCR tras la vuelta de la Ley Bases a Diputados

Legisladores radicales no consiguen votar por unanimidad en ninguna cámara y este jueves tendrán un nuevo desafío.

 

La vuelta de la Ley Bases a Diputados profundiza la interna de la UCR, que no consigue que sus funcionarios voten unificados en ninguna de las dos cámaras. La falta de una estrategia los dejó expuestos y ahora surgen nuevas internas por la ratificación del proyecto devuelto del Senado. Las especulaciones de cara a las elecciones de 2025 atraviesan la discusión y amenazan con un quiebre.

A través de su presidente de bloque, Rodrigo de Loredo, el radicalismo mostró sus cartas de cara a la vuelta a la Cámara de Diputados del proyecto de Ley de Bases y el paquete fiscal, iniciativas que se votarán en el recinto el próximo jueves.

Mediante una larga publicación en su cuenta pública de X, el cordobés que comanda una bancada de 34 integrantes anticipó que votará muy en línea con los deseos de la Casa Rosada, ratificando la mayor parte de la redacción original que salió con media sanción de la Cámara baja a fines de abril, y desconociendo cambios aplicados en el Senado.

Por ejemplo, en el caso de las privatizaciones, De Loredo adelantó que el grueso del bloque forzará la reincorporación de Aerolíneas Argentinas en el listado de empresas sujetas a privatización, pese a que en el Senado se había acordado dejar afuera a la aerolínea de bandera. Para el jefe del bloque radical, es «inconcebible que una empresa aérea que tiene un déficit diario de 1.400.000 dólares, sea sustentado por los sectores más humildes para que viajen los más pudientes con tarifas subsidiadas».

«Las rutas menos comerciales pueden ser cubiertas por las exigencias regulatorias por las empresas privadas. Son falsos los argumentos contrarios», esgrimió. Esta decisión le puede traer a De Loredo bastante ruido interno, especialmente con los senadores de la UCR que estaban en contra de la privatización de Aerolíneas.

Por otra parte, el fueguino Pablo Blanco se golpeaba el pecho jactándose de que gracias a él se había logrado blindar a la empresa estatal de cualquier intento de transferencia a manos privadas, y había justificado su voto a favor de las facultades delegadas para el presidente Javier Milei como una transacción legítima a cambio de «salvar a Aerolíneas».

Difícilmente ahora en el bloque de De Loredo puedan explicarle a Blanco que ese sacrificio fue absolutamente en vano, y que son sus propios correligionarios quienes están dispuestos a convertirse en los sepultureros de su «patriada».

Para mitigar este costo político interno, la conducción de la bancada radical le pide al Gobierno que se haga cargo de comunicar pública y claramente qué pretende hacer con Aerolíneas.

«Si contó con un acuerdo de senadores y el Gobierno, o si simplemente no obtuvo el número en el recinto. Nuestro bloque ya por una amplia mayoría se expresó al respecto», justificó De Loredo, explicando que el voto a favor de privatizar a Aerolíneas no debería sorprender a nadie, ya que así votaron la mayoría de los diputados radicales la vez anterior en que se consiguió la media sanción de la Ley Bases.

En este tema, como en los demás en que existen contrapuntos respecto de lo que se votó en cada cámara, hay un debate de tipo reglamentario que incomoda al radicalismo, ya que afirmar que cualquier rechazo del Senado puede ser revertido a posteriori por la cámara de origen, equivale a reconocer que nada de lo que haga la Cámara alta tiene sentido a menos que Diputados después lo convalide con su última palabra.

En relación a esta discusión de trámite parlamentario, De Loredo indicó que «una amplísima mayoría sostiene a las claras que la correcta interpretación constitucional faculta a la Cámara de Diputados a insistir con su proyecto original cuando se rechazó del texto legal una parte del mismo».

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