«Yo preguntaba por qué mi papá no venía a buscarme»
Las conmovedoras palabras de Tomás Labrador, miembro de HIJOS Rosario cuyo padre fue asesinado por "la patota de Feced", expuso durante la entrevista concedida a Conclusión el rostro más oprobioso de la dictadura.
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- Mar 24, 2016
Por Marcelo Chibotta
Tomás Labrador es miembro de la agrupación HIJOS de Rosario y ofreció una entrevista a Conclusión en la cual hizo referencia a los objetivos que persigue junto a su organización, a la visión que tiene de las razones por las cuales se produjo el golpe de Estado de 1976 y a la sensación de «profunda pérdida» luego de haberse enterado que su padre fue asesinado por «la patota de Feced», según explicó.
«Mi mamá me contaba que yo preguntaba qué pasaba y porque mi papá no me venía a buscar ya que estaban separados – respondió Tomás a la pregunta sobre sus primeros recuerdos – pero él siempre se tomaba su tiempo para pasarme a buscar a pesar de las dificultades de la época».
Más adelante, agregó que «el primer recuerdo fue sentir la pérdida, yo tenía casi tres años, era consciente de su presencia, tenía relación con él y después vino el hecho de tratar de asimilarlo. Con el tiempo entendí qué era lo que había pasado con mi papá, era un chico de unos 9 o 10 años».
En otro sentido, describió: «Desde muy chico acompañé a mi abuela Esperanza Labrador a las reuniones de Familiares que en esa época se reunía en la cortada Ricardone y por eso de alguna manera era consciente de esas cosas, pero no sabía las circunstancias del asesinato de mi papá».
«La noche del 10 de noviembre del ’76, la patota de la policía de Feced pasó por el taller de mi abuelo que tenía una fábrica de zapatos, ahí lo golpearon y le dijeron que habían matado a mi padre y se robaron todo», describió.
Enseguida, Tomás añadió: «Entonces mi abuelo lo que hizo fue ir a la casa de mi padre para ver qué pasaba y después de ello aparecen muertos mi abuelo, mi papá Palmiro y la pareja de mi papá de ese momento que era Graciela Koatz. Ésa es la historia».
«Además, tengo un tío desparecido, Miguel Ángel, que de los 4 hermanos que eran con mi papá había sido el único nacido en Argentina ya que los otros eran españoles como mi abuelo», relató.
Seguidamente, Labrador narró: «Todo el resto de la familia, es decir mi tía con sus dos hijas, la viuda del hijo mayor de mis abuelo Tomás con una hija hablaron con el cónsul de España quien les avisó que les daban unas horas para que se vayan del país».
¿Qué consideraciones hacés sobre la dictadura?
Evidentemente se enmarcó dentro de un plan político y económico para todo el hemisferio sur de América como todas las dictaduras. Detrás estuvo la mano del gobierno de Estados Unidos con aquel famoso secretario de Estado que fue Henry Kissinger. El golpe del ’76 fue necesario para aplicar un golpe económico de corte neoliberal, para recortar derechos de los trabajadores, la participación de ellos en las ganancias de las empresas y para disciplinar a la sociedad para que acepte el plan económico que tenían preparado. Ese fue el trasfondo del golpe de Estado, y para eso necesitaban sacar del medio a todas aquellas personas que participaban de la vida política del país, como por ejemplo los militantes políticos, los delegados de fábrica o miembros de sindicatos. El gobierno neoliberal de los ’90 no hubiera sido posible aplicar si no hubiera habido primero un golpe en 1976, con toda su represión, con sus 30.000 desaparecidos, sus miles de exiliados y el tejido social roto.
¿A qué le atribuís la realización del golpe?
Siempre uso las palabras de Rodolfo Walsh cuando decía que lo que quieren las clases dominantes es que las clases populares perdamos la memoria de nuestras luchas, de nuestras conquistas para que tengamos que volver a empezar desde el principio
¿Y qué plantea HIJOS para estos tiempos?
Lo que planteamos es que además de que hay que juzgar a los genocidas, hay que juzgar a quienes fueron los instigadores del golpe, tanto civiles como eclesiásticos, porque detrás del golpe vino el beneficio económico de muchísimos empresarios que brindaron los medios económicos para que se produzca y así salir beneficiados.
¿Qué reflexión te merece la visita de Obama a la Argentina?
Que no es casual. Obama iba a venir en algún momento para brindar apoyo al gobierno de Macri que está aplicando las políticas que los Estados Unidos pretenden se apliquen en los países de América Latina, que es la zona que ellos tradicionalmente han considerado su patio trasero. Entonces viene en ese marco, con la intención de darle a Macri una pátina de estadista, de jefe de Estado con influencia en el resto de los países del continente. Si Macri está capacitado para asumir ese rol o no, esa es otra cuestión.
¿Y que lo haya hecho para esta fecha?
Siempre se habla de que el presidente de Estados Unidos para el último año de su mandato, de lo que se preocupa principalmente es del legado, de lo que van a decir de él una vez que haya dejado de ser presidente. Creo que la visita se da en el marco de esta fecha porque Obama quiere terminar su mandato y quedar como que apoya los derechos humanos como si hubiera hecho algo para ganarse aquel premio Nobel de la paz que le dieron.
¿Cuáles son los objetivos que de acá en adelante tienen con HIJOS?
Nuestros objetivos siguen siendo los mismos, seguimos reclamando que nuestro país tenga políticas de Estado sobre la memoria. Eso implica poner a disposición de la Justicia, todos los medios necesarios para que se juzgue a todos los responsables de la dictadura, tanto a los militares genocidas, como a los instigadores civiles y eclesiásticos. Procuraremos seguir con las políticas de memoria sobre los Sitios de la Memoria, continuar investigando sobre cuáles fueron las condiciones económicas de la dictadura y luchar por los derechos humanos de hoy porque estamos viendo un rebrote de la violencia institucional, signada por el retroceso que notamos en el protocolo respecto a las manifestaciones en la vía pública, como por ejemplo la autorización a la policía de Buenos Aires para que pida documentos en la vía pública por la causa que se les ocurra, lo que habilita a la persecución por portación de cara o lo que sea. También pensamos que hay que terminar con la impunidad de los crímenes de la dictadura, porque es necesario para terminar con la violencia institucional de hoy. No dejamos de lado los derechos humanos de hoy como son el derecho a la vivienda, al agua potable, a la salud, a un trabajo digno y a las buenas condiciones de vida en los barrios, ya que todos esos reclamos siguen presentes. Desde un primer momento, en HIJOS dijimos que veníamos a levantar las banderas de lucha de nuestros compañeros desaparecidos que eran nada más y nada menos que esas, y las siguen siendo. Particularmente estamos trabajando sobre la memoria con jóvenes en cuestiones que tienen que ver con la interpretación de nuestro pasado reciente y en que los juicios que hoy hay en el país se sigan desarrollando.
Fotos: Florencia Vizzi