No se aceptan tarjetas: en estaciones de servicio, restaurant y ropa la crisis lleva a priorizar el cash
Con estacioneros a la cabeza, la maniobra también se hace sentir en la gastronomía y la venta de indumentaria. Comercios exigen retribuciones más rápidas.
- Por los medios
- Sep 28, 2018
Si bien muchos se cuidan al momento de establecer comparaciones, lo cierto es que se multiplican las voces del rubro comercial que observan a la actual crisis económica como la peor en al menos una década.
Al mismo tiempo, reconocen que el contexto de recesión alienta las decisiones desesperadas, y de ahí la profundización de una tendencia cada vez más visible en toda la Argentina: la suspensión de los pagos con tarjeta de crédito.
Con las estaciones de servicio a la cabeza, el rechazo al plástico también viene haciéndose sentir en ámbitos como la gastronomía y la comercialización de ropa, tanto en Capital como en el interior.
«La negativa es cada vez más notoria. Son varios los que ponen como excusa estar sin sistema. Hay otros que directamente ya no aceptan tarjetas, ni de crédito ni de débito. Y no faltan quienes establecen un precio en efectivo y uno diferente si no se paga en cash. Aunque existen obligaciones legales, parece que a muchos no les importan las normas”, afirmó a iProfesional Héctor Polino, referente de Consumidores Libres.
Desde los segmentos que vienen aplicando el recorte, el argumento es el mismo: como los reintegros se extienden hasta el mes de facturada la mercadería vendida o el servicio prestado, mantener esa opción implica perder liquidez en un contexto de alta inflación y en que se trata de preservar el capital de trabajo.
No obstante, señalan que lo que está ocurriendo con variables clave -como la disparada de costos, el encarecimiento del crédito y la caída del consumo– ha inducido a numerosos comerciantes a inclinarse por el efectivo. Y advierten que abundan los empresarios que evitan las tarjetas para reducir la carga impositiva.
«Se repite una situación que ya hemos visto en otras crisis económicas. Los comerciantes apelan a estas medidas para eludir obligaciones tributarias y no tanto por la demora en los reintegros, como muchos argumentan. Afrontan problemas financieros, saben que las tarjetas hacen retenciones para el fisco y entonces optan por esquivar la posibilidad de pago electrónico, para así achicar gastos», explicó a iProfesional un alto ejecutivo cercano a las emisoras.
Entre los más reticentes a los plásticos aparecen los empresarios del expendio de naftas. Sostienen que en este último tiempo las estaciones de servicio afrontaron hasta dos aumentos de combustibles en un mismo mes, mientras que los ingresos por ventas recién se les acredita en alrededor de 28 días.
De ahí el ultimátum extendido por los estacioneros a la Secretaría de Comercio días atrás: o el Gobierno acuerda con las tarjetas una reducción significativa de los tiempos de reintegro o, en el término de dos semanas, se avanzará en una suspensión masiva de este tipo de pagos en todos los puntos de expendio de la Argentina.
Según indicaron a iProfesional voceros de CECHA, la confederación que nuclea al empresariado del ramo, ya cada uno tiene «libertad de acción» para aceptar o no esta modalidad.
«En las estaciones de servicio lo que se vende hoy se cobra en 28 días. Y esto es una barbaridad en un contexto de aumentos permanentes. En su momento tuvimos reuniones con las emisoras pero no se avanzó en nada. Ahora el Gobierno quedó en aportar soluciones. Si no se presenta una salida conveniente, las confederaciones tomarán las decisiones que convengan», dijo a este medio Guillermo Lego, gerente de CECHA.
Gastronómicos preocupados
Detrás de este bloque duro se encolumna, de manera más silenciosa, los gastronómicos. En zonas como el transitado centro porteño, viene creciendo la cantidad de bares y restaurants que le dicen no a las tarjetas.
En cuanto se abordan las causas que empujan a tomar esta decisión, queda a la vista que esta actividad, en general, enfrenta complicaciones similares a la de los estacioneros.
Consultado por iProfesional, Camilo Suárez, titular de la porteña Asociación de Hoteles, Restaurantes, Cafés y Confiterías, se refirió a «los tiempos prolongados que manejan las emisoras».
«Los comercios reciben el dinero recién a los 30 días de haber efectuado la transacción, y para colmo perciben sólo el 88% del monto. Entre las comisiones y varios conceptos como las retenciones en Ganancias, IVA, Ingresos Brutos e impuestos a los movimientos bancarios, entre otros, los restaurantes y bares pierden el 12%. Con la recesión que hay, es lógico que dejen de aceptarlas», expresó.
Suárez tildó a este rechazo como una «autodefensa» del comercio ya que, dado el contexto actual, debe «poner en marcha medidas desesperadas para hacerse de liquidez y seguir funcionando».
«El tiempo que demoran las tarjetas de crédito para acreditar atenta directamente contra la supervivencia. Financiar durante 30 días el consumo resulta un disparate. Cuando el proveedor toca la puerta del restaurante, el empresario abona la mercadería que recibe en el momento. Lamentablemente, hoy los comerciantes están frente a un cuello de botella que los obliga a tomar este tipo de decisiones», sentenció.
En la primera quincena de este mes, iProfesional expuso que, como no sucedía en casi una década, el rubro gastronómico sufre una crisis que pone en riesgo la subsistencia hasta de los «peso pesados» del rubro.
Y todo indica que el escenario se complicará aún más en los próximos meses por efecto de la suba de tarifas, el incremento de los costos operativos y, especialmente, la pérdida de poder adquisitivo.
Por estos días, el consenso entre asociaciones y cámaras de esta rama de actividad es que en los últimos doce meses el número de clientes se redujo 30% en promedio, si bien en varias zonas esa cifra es incluso mayor.
También en la ropa
Polino, de Consumidores Libres, también incluyó a los comerciantes de la indumentaria y el calzado entre los que empezaron a vetar las operaciones con plásticos. Además, señalo que en Capital «es usual que haya locales en los que desde hace un tiempo no se acepta el débito».
«Es algo que viene pasando en los comercios más diversos. A los consumidores, sobre todo en los casos de rechazo al débito, les queda quejarse vía una denuncia en la AFIP. Lo que está ocurriendo es que muchos quieren eludir las comisiones. Incluso, estamos viendo más negocios que cobran un precio mayor con tarjeta. Si uno tiene intención de abonar en un pago, no tendrían que aplicar recargos. Esto es algo ilegal pero ocurre», aseguró.
Desde el Centro de Educación al Consumidor su presidenta, Susana Andrada, lejos de observar el rechazo al plástico en casos puntuales, indicó que ya es «una constante entre comerciantes».
«Quieren achicar gastos y lo que hacen es eludir la comisión bancaria. Claro que esto termina perjudicando a los consumidores. Este tipo de acciones amerita el accionar de las autoridades», sostuvo a iProfesional.
Andrada comentó que la retribución a los 28 o 30 días que perciben quienes permiten el pago con crédito no representaba una gran complicación en la previa a la crisis.
«Con estabilidad o un mejor panorama, esa dilación tiene otro efecto. Pero, como están las cosas, es evidente que a los comercios se les complica, priorizan el cash, algunos aplican recargos por compras financiadas y esto termina afectando al último eslabón de la cadena», dijo.
En el interior se siente
El rechazo a las tarjetas de crédito también se siente fuerte en el interior de la Argentina. En Mendoza, por ejemplo, a principios de este mes un número creciente de comercios de la capital comenzó a no aceptar pagos con plástico.
En la zona cuyana, se aplican adicionales de hasta el 20% en el precio final de productos como el calzado.
Algo similar se observa en algunas ciudades de provincias como Corrientes o Entre Ríos. Tras los últimos movimientos fuertes del dólar, incluso los negocios dedicados a la venta de electrodomésticos suspendieron las operaciones con tarjeta.
El ramo en el que prevalece la medida a nivel nacional es, sin dudas, el expendio de combustibles. En ese caso, prácticamente en todos los distritos se da que numerosas bocas de expendio ya anularon esta opción.
“Hoy el cobro con tarjeta es un problema para el expendedor, por los tiempos de acreditación de los importes. Esto cobra más relevancia si se tiene en cuenta que el 40% de la facturación responde a esta modalidad. Semejante volumen pone contra las cuerdas a las estaciones de servicio. Si el Gobierno no acerca una solución en breve, el corte podría extenderse a todas las redes», concluyó Lego, de CECHA.