Pandemia: escándalo en la Alemania de Merkel respecto fiabilidad del test PCR
El analista e historiador F. William Engdahl recientemente publico una nota referida al escándalo que se ha suscitado recientemente en Alemania en relación a la veracidad del test PCR, originado en este país, para detectar la Covid – 19.
- Por los medios
- Dic 23, 2020
El analista e historiador F. William Engdahl recientemente publico una nota referida al escándalo que se ha suscitado recientemente en Alemania en relación a la veracidad del test PCR, originado en este país, para detectar la Covid – 19. Ante la posibilidad de que este arrojando una enorme cantidad de falsos positivos, avalando así la existencia de una pandemia que ha puesto patas para arriba al mundo, que en tal caso no sería tal.
A lo que se agrega que el ideador de ese PCR, que ha cambiado la faz de la tierra, Dr. Christian Drosten, ha sido acusado de obtener un título fraudulento de doctor. Y que el gabinete de Salud de la primer ministro Merkel está infectado de personajes vinculados con la Big Pharma, en donde brilla la influencia de quien ahora pese no ser médico, ha pasado a ser el máximo personaje de la salud mundial, Billy Gates.
Atento la enorme importancia de la cuestión, y la nula cobertura brindada al respecto por la prensa supuestamente independiente, seguidamente brindamos a nuestros lectores una traducción de la nota, que tiene por título original Coronavirus Scandal Breaking in Merkel’s Germany (Escándalo de coronavirus se desata en la Alemania de Merkel).
Engdahl obtuvo un título en ingeniería y jurisprudencia en la Universidad de Princeton en 1966, seguido de un posgrado en economía comparada en la Universidad de Estocolmo en 1969 a 1970. Luego trabajó como economista y periodista independiente en Nueva York y en Europa, especializado en el análisis geopolítico de la economía política internacional, la seguridad alimentaria, la economía, la energía y los asuntos internacionales.
Es autor de varios libros polémicos, con gran éxito de ventas internacionales, encontrándose entre otros, con sus títulos traducidos al español: “Un siglo de guerra: la política petrolera angloamericana y el nuevo orden mundial” (2004), “Semillas de Destrución: La agenda oculta de la Manipulación Genetica” (2007); “El Espectro de la Dominación a pleno: Democracia totalitaria en el Nuevo Orden Mundial” (2009); “Dioses y Dinero: Wall Street y la muerte del siglo estadounidense” (2010); “El hegemón perdido: a quien los dioses destruirían”, 2016; “Destino Manifiesto: La Democracia disonante” (2018).
Asimismo ganó un “Premio Project Censored” por las mejores historias censuradas de 2007-08 debido a sus provocativos análisis. Actualmente se desempeña como economista consultor de riesgos políticos para los principales bancos e inversores privados europeos.
Escándalo de coronavirus se desata en la Alemania de Merkel
Por F. William Engdahl .En williamengdahl.com . Traducción de Leonardo Del Grosso en exclusiva para Striptease del Poder.
El ampliamente elogiado modelo alemán del régimen de Angela Merkel para lidiar con la pandemia de COVID-19 ahora está envuelto en una serie de escándalos potencialmente devastadores que van al corazón mismo de los tests y los consejos médicos que se utilizan para declarar cierres económicos draconianos y, seguidamente, vacunas obligatorias de facto. Los escándalos involucran a un profesor en el corazón del grupo asesor de coronavirus de Merkel. Las implicaciones van mucho más allá de las fronteras alemanas hasta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus recomendaciones globales.
Todo el argumento para el cierre de emergencia de negocios, escuelas, iglesias y otras áreas sociales en todo el mundo ordenado por la OMS, se basa en una prueba introducida, sorprendentemente temprano, en la saga del coronavirus de Wuhan, China.
El 23 de enero de 2020, en la revista científica Eurosurveillance, del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de la Unión Europea, el Dr. Christian Drosten, junto con varios colegas del Instituto de Virología de Berlín del Hospital Charite, junto con el director de una pequeña empresa de biotecnología de Berlín, TIB Molbiol Syntheselabor GmbH, publicó un estudio que afirma haber desarrollado la primera prueba eficaz para detectar si alguien está infectado con el nuevo coronavirus, identificado por primera vez solo unos días antes en Wuhan. El artículo de Drosten se tituló “Detección del nuevo coronavirus de 2019 (2019-nCoV) mediante RT-PCR en tiempo real” [Eurosurveillance 25 (8) 2020].
La noticia fue recibida con el respaldo inmediato del corrupto Director General de la Organización Mundial de la Salus, Tedros Adhanom, el primer no médico en dirigir la OMS. Desde entonces, el test respaldado por Drosten para el virus, llamado test en tiempo real o RT-PCR, se ha extendido a través de la OMS en todo el mundo, como el protocolo de prueba más utilizado para determinar si una persona podría tener COVID-19, la enfermedad.
El 27 de noviembre, un grupo muy respetado de 23 virólogos, microbiólogos y científicos internacionales y relacionados entre sí, publicó una convocatoria para que Eurosurveillance se retractara del artículo de Drosten del 23 de enero de 2020. Su cuidadoso análisis de la pieza original es condenatorio. La suya es una auténtica “revisión por pares”. Acusan a Drosten y cohortes de incompetencia científica “fatal” y fallas en la promoción de su test.
Para empezar, como revelan los científicos críticos, el documento que estableció el test de PCR Drosten para la cepa de coronavirus de Wuhan, test que posteriormente fue adoptado con indecente prisa por el gobierno de Merkel junto con la OMS para uso mundial, lo que resultó en graves bloqueos a nivel mundial y un catástrofe económica y social; nunca fue revisado por pares antes de su publicación por la revista Eurosurveillance.
Los críticos señalan que “el artículo de Corman-Drosten se envió a Eurosurveillance el 21 de enero de 2020 y se aceptó para su publicación el 22 de enero de 2020. El 23 de enero de 2020 el artículo estaba en línea”. Increíblemente, el protocolo de prueba Drosten, que ya había sido enviado a la OMS en Ginebra el 17 de enero, fue recomendado oficialmente por la OMS como la prueba mundial para determinar la presencia del coronavirus de Wuhan, incluso antes de que el artículo fuera publicado.
Como señalan los autores críticos, para un tema tan complejo e importante para la salud y la seguridad mundiales, no es posible una seria “revisión por pares” de 24 horas, con al menos dos expertos en el campo. Los críticos señalan que Drosten y su coautora, la Dra. Chantal Reusken, no revelaron un evidente conflicto de intereses. Ambos también fueron miembros del consejo editorial de Eurosurveillance. Además, como informaron BBC y Google Statistics, el 21 de enero hubo un total mundial de 6 muertes atribuidas al virus de Wuhan.
Ellos preguntan, “¿Por qué los autores asumieron un desafío para los laboratorios de salud pública cuando no había evidencia sustancial, hasta ese momento, para indicar que el brote estaba más extendido de lo que se pensaba inicialmente?”. Otro coautor del artículo de Drosten que dio una cobertura de aparente credibilidad científica al procedimiento de PCR de Drosten, fue Olfert Landt. Director de la empresa que desarrolló la prueba de Tib-Molbiol radicada en Berlín, que se comercializa hoy por cientos de millones, con la bendición de la OMS, pero Landt tampoco reveló ese hecho pertinente en el artículo de Drosten.
Ciertamente, nada sospechoso o inapropiado aquí, ¿o? Sería relevante saber si Drosten, el principal asesor científico de Merkel para COVID-19, el “Tony Fauci” de facto de Alemania, obtiene un porcentaje por cada prueba vendida por Tib-Molbiol, en su acuerdo de marketing global con Roche.
¿Falsos positivos?
Desde finales de enero de 2020, los principales medios de comunicación mundiales nos han inundado a todos con aterradoras actualizaciones cada hora sobre “la cantidad total de infectados de coronavirus”. Por lo general, simplemente suman cada aumento diario a un total global de “casos confirmados”, que actualmente superan los 66 millones. Alarmante, pero por el hecho de que, como señalan Pieter Borger y sus colegas científicos colaboradores, los “casos confirmados” son un número sin sentido. ¿Por qué?
El informe Borger identifica lo que ellos denominan “diez problemas fatales” en el artículo de Drosten del pasado mes de enero. Aquí tomamos lo más evidente que puede ser comprendido fácilmente por la mayoría de los ciudadanos del mundo.
Drosten & Co. proporcionó confusas y no especificadas secuencias de detonador y prueba. Los críticos señalan: “Este alto número de variantes no solo es inusual, sino que también es muy confuso para los laboratorios. Estas seis posiciones no especificadas podrían fácilmente dar como resultado el diseño de varias secuencias de detonadores alternativos diferentes que no se relacionan con el SARS-CoV-2… la descripción confusa inespecífica en el artículo de Corman-Drosten no es adecuada como Protocolo Operativo Estándar. Estas posiciones no especificadas deberían haber sido diseñadas de manera inequívoca”.
Añaden que “no se recomienda la RT-PCR para el diagnóstico primario de infección. Esta es la razón por la que la prueba RT-PCR utilizada en la rutina clínica para la detección de COVID-19, no está indicada para el diagnóstico de COVID-19 sobre una base regulatoria”.
Ciclos de amplificación
¡Pero aún más condenatorio para Drosten es el hecho de que no mencionó en ninguna parte que una prueba sea positiva o negativa, o de hecho lo que define un resultado como positivo o negativo! El informe de Borger señala: “Estos tipos de pruebas de diagnóstico virológico deben basarse en un SOP (Protocolo Operativo Estándar), incluyendo un número fijo y validado de ciclos de PCR (valor Ct) después de los cuales una muestra se considera positiva o negativa. El valor Ct máximo razonablemente confiable es de 30 ciclos. Por encima de un Ct de 35 ciclos, debe esperarse un número rápidamente creciente de falsos positivos … los estudios científicos muestran que solo los virus no infecciosos (muertos) se detectan con valores de Ct de 35″. (énfasis añadido).
La OMS y Drosten recomiendan un Ct de 45 ciclos y, según se informa, actualmente los funcionarios de salud alemanes también lo hacen. No es de extrañar que a medida que aumenta el número de pruebas en el inicio de la temporada de gripe invernal, los “positivos” de PCR en Alemania y en otros lugares exploten. Como señalan los autores críticos, si las autoridades sanitarias especificaran 35 ciclos como máximo, ¡el número de coronavirus positivo sería solo menos del 3% del número actual!
Señalan que “un resultado analítico con un valor de Ct de 45 no tiene ningún significado científico y diagnóstico (un valor de Ct razonable no debe exceder de 30). Todo esto debe comunicarse muy claramente. Es un error significativo que el artículo de Corman-Drosten no mencione el valor máximo de Ct en el que una muestra puede considerarse inequívocamente como un resultado de prueba positivo o negativo. Este importante límite de umbral de ciclo tampoco se especifica en ninguna presentación de seguimiento hasta la fecha”.
Los autores añaden: “El hecho de que estos productos de PCR no hayan sido validados a nivel molecular es otro error sorprendente del protocolo, lo que hace que cualquier prueba basada en él sea inútil como herramienta de diagnóstico específica para identificar el virus SARS-CoV-2”. (énfasis añadido).
En un castellano simple, todo el edificio de la fundación Gates, el gobierno de Merkel, la OMS y el WEF (World Economic Forum), así como el caso de las vacunas forzadas de facto no probadas, se basa en los resultados de una prueba de PCR para el coronavirus que no vale un puñado de porotos. La prueba de Drosten y la OMS es, más o menos, una porquería científica.
¿Falta la prueba del doctor también?
Esta crítica devastadora de veintitrés científicos líderes en el mundo, incluidos científicos que tienen patentes relacionadas con PCR, aislamiento y secuenciación de ADN, y un ex científico jefe de Pfizer, es condenatoria, pero no es el único problema al que se enfrenta el profesor Dr. Christian Drosten en la actualidad.
Él y los funcionarios de la Universidad Goethe de Frankfurt, donde afirma haber recibido su doctorado médico en 2003, están siendo acusados de fraude de títulos. Según el Dr. Markus Kühbacher, especialista que investiga tanto el fraude científico como el plagio de tesis, la tesis doctoral del Dr. Drosten por ley debe ser depositada en una fecha determinada ante las autoridades académicas de su Universidad, quienes luego firman un formulario legal, Revisionsschein (en alemán: certificado de revision. Nota del Traductor), verificado con firma, sello de la Universidad y fecha, título de tesis y autor, para ser enviado al archivo de la Universidad. Con eso, se archivan tres copias originales de la tesis.
Kühbacher acusa a la Universidad Goethe de encubrimiento al afirmar, falsamente, que la Revisionsschein de Drosten estaba archivada. Más tarde, el portavoz de la Universidad se vio obligado a admitir que no estaba archivada, al menos no lo pudieron localizar. Además, de las tres copias de archivo obligatorias de su tesis médica, muy relevantes dada la importancia global del artículo sobre el coronavirus de Drosten, dos copias han “desaparecido”, y la única copia restante está dañada por el agua. Kühbacher dice que Drosten probablemente ahora enfrentará cargos judiciales por tener un título de doctorado fraudulento.
Por separado se ha presentado un proceso legal en Berlín contra dos personas responsables del sitio periodístico alemán, Volksverpetzer.de, por calumnias y difamación, presentado por un conocido y crítico médico alemán, Dr. Wolfgang Wodarg. La demanda judicial exige a los acusados 250.000 euros en concepto de daños y perjuicios, por difamación hacia la persona y daños materiales a Wodarg por parte de los acusados en su sitio web, así como en otros medios alemanes, alegando que ellos, viciosamente y sin pruebas, difamaron a Wodarg, llamándolo un “negacionista de COVID”, acusándolo falsamente de ser un extremista de derecha (él es un ex miembro del parlamento, del Partido Socialdemócrata de toda la vida) y muchos otros cargos falsos y dañinos.
El abogado del Dr. Wodarg es un conocido abogado alemán-estadounidense, el Dr. Reiner Fuellmich. En sus cargos contra los acusados, Fuellmich cita en su totalidad los cargos del Dr. Pieter Borger et al contra el test de Drosten para el coronavirus, señalados anteriormente. Lo que está obligando a los acusados a refutar el documento de Borger.
Es un paso importante en el camino para refutar todo el fraude de las pruebas de PCR COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud. Ya un tribunal de apelaciones en Lisboa, Portugal, dictaminó el 11 de noviembre que la prueba de PCR de Drosten y la OMS no era válida para detectar la infección por coronavirus, y no era fundamento para ordenar cierres nacionales o parciales.
Si lo que estuviera en juego no fuera tan mortal para la humanidad, todo sería material para una comedia del absurdo. El zar mundial de la salud, el jefe de la OMS, Tedros, no es un médico, cuya OMS es financiada masivamente por un gerente informático multimillonario que abandonó la universidad, Gates, quien también asesora al gobierno de Merkel sobre las medidas COVID-19.
Billy Gates, premier de Alemania Angela Merkel, premier de Noruega Erna Solberg, y el director Gral de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus
El gobierno de Merkel utiliza el test de PCR de Drosten y a Drosten como un experto “omnisciente” para imponer las consecuencias económicas más draconianas fuera de tiempo de guerra. Su ministro de Salud, Jens Spahn, es un ex-banquero que no tiene título médico, solo un período como cabildero de “Big Pharma” (las grandes farmacéuticas).
El director del Centro de Control de Enfermedades (CDC) alemán, llamado Instituto Robert Koch, Lothar Wieler, no es un virólogo sino un médico de animales, tierarzt (en alemán: veterinario. Nota del Traductor). Con esta tripulación, los alemanes están viendo cómo sus vidas se destruyen por los encierros y medidas sociales nunca antes imaginadas fuera de la Unión Soviética de Stalin. Está la ciencia y luego está la ciencia. Sin embargo, no toda la “ciencia” es válida.
Fuente: https://stripteasedelpoder.com/