Plan de gobierno. Sin vueltas: Para Macri «el liderazgo tiene que bancarse» las consecuencias del ajuste y la represión

Por primera vez después del atentado contra Cristina Kirchner, el expresidente Mauricio Macri reapareció en la TV. En el programa de La Nación+, conducido por Luis Majul, desplegó el libreto de siempre: promovió privatizaciones, ataques a los sindicatos, jubilaciones y cualquier tipo de subsidio a los que menos tienen. Todo en pos de generar las supuestas mejores condiciones para los inversionistas, a pesar de que la famosa “lluvia” de inversiones que prometió durante su gobierno nunca llegó y el brutal ajuste solo generó más pobreza y desocupación.

Durante la amistosa entrevista, Macri se refirió al atentado contra la vicepresidenta y hasta se animó a dar casi por cerrada la investigación, señalando que se trató de “un hecho individual” y “de un grupo de loquitos”. Una afirmación que parece querer abstraerlo de las condiciones políticas y sociales en las que se produjo.

El expresidente habló también sobre las candidaturas presidenciales de cara al 2023 y mencionó a Patricia Bullrich, a Horacio Rodríguez Larreta y a María Eugenia Vidal, a quienes dijo estar ayudándolos por igual. Acerca de una posible candidatura suya, señaló no “estar buscando revancha”.

Pero el momento más importante de la entrevista se dio cuando se despachó sobre lo que sería su plan de gobierno, hablando de la necesidad de avanzar en privatizaciones para cumplir con la gastada receta neoliberal de terminar con el déficit fiscal del Estado. Con Aerolíneas Argentinas como ejemplo preferido, Macri planteó que está a favor de que esta directamente «desaparezca», si «el colectivo que vuela» (como la definió burdamente) no puede cubrir los costos con los ingresos que genera la venta de pasajes.

Ante la propuesta de Macri, Majul le advirtió: «Esto que usted plantea genera mucha gente en la calle, fuerzas de seguridad y, perdón, eventualmente muertos… ¿Se los bancan?». La respuesta de Macri fue tan brutal como sincera: «El liderazgo tiene que bancárselo. Tiene que bancarse lo que venga».

Majul insistió, probablemente con el fin de que reflexione sobre lo que acababa de decir: «¿El liderazgo se tiene que bancar los muertos también, si sucede?» Ante la repregunta, Macri recalculó e intentó arreglarla: «Eh, no… Bueno, digamos… No debería haber muertos, debería haber un debate serio de ideas». Y completó: «La Argentina tiene que acabar con los bloqueos de los gremios».

La brutal respuesta del fundador de Juntos por el Cambio fue un verdadero sincericidio. No dudó en contestar que ante las protestas que generaría un plan de ajuste como el que propone, un eventual gobierno de su coalición no dudarían en reprimir. Una confesión de que un ajuste salvaje no pasa sin represión, como ha quedado demostrado en distintos momentos (inclusive bajo este gobierno, como con la represión a las familias de Guernica que luchaban por tierra y por vivienda).

Ese es el plan que prepara la oposición de derecha para profundizar el camino que viene llevando adelante el Gobierno del Frente de Todos, con un duro ajuste sobre las mayorías trabajadoras para seguir cumpliendo con el programa del FMI y “honrar” la odiosa deuda externa.

Un plan de ajuste y represión que encuentra en la actual gestión del Frente de Todos, que se encargó de consolidar la herencia macrista, un terreno propicio para ser propuesto sin eufemismos.