Durante el fin de semana arrestaron a once sacerdotes y un diácono en Nicaragua

La mayoría de los clérigos detenidos pertenecen a la diócesis de Matagalpa, de la que es obispo Monseñor Rolando Álvarez, hoy exiliado en Roma. Las autoridades aún no han proporcionado información oficial sobre los lugares donde han sido llevados ni los motivos de las detenciones.

 

La Iglesia en Nicaragua vive una nueva ola de detenciones de sacerdotes. El fin de semana se pudo conocer el balance general de las acciones llevadas a cabo por agentes del régimen, quienes, según la prensa independiente, detuvieron a once sacerdotes y un diácono. Se trata de una serie de auténticos secuestros, ya que no hay noticias de ellos. El viernes 2 de agosto, fueron detenidos ocho curas y un diácono, la mayoría pertenecientes a la diócesis de Matagalpa, de la que es obispo monseñor Rolando Álvarez, actualmente exiliado en Roma; es decir, nueve personas, además de las tres detenidas en los últimos días.

Los sacerdotes detenidos, según el sitio independiente «Despacho 505», son: Jairo Pravia, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción; Víctor Godoy, vicario del mismo templo; Marlon Velásquez, administrador de la iglesia Santa Lucía; Antonio López, párroco de Nuestro Señor de Veracruz, de Ciudad Darío; el diácono Erwin Aguirre, de la misma iglesia; Raúl Villegas, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, de Matiguás; Francisco Tercero, párroco de la iglesia Santa Faustina Kowalska, de Solingalpa; y Silvio Romero, párroco de la iglesia San Francisco de Asís, de la diócesis de Juigalpa.

El organismo «Nunca Más» de Derechos Humanos en Nicaragua confirmó que «varias parroquias fueron sitiadas y, al menos, doce sacerdotes han sido detenidos arbitrariamente, algunos de los cuales se desconoce dónde están y se encuentran, por lo tanto, en situación de desaparición forzada».

Esa escalada de detenciones comenzó el pasado 27 de julio, con la detención del sacerdote Frutos Constantino Valle Salmerón, de casi ochenta años, administrador ad Omnia de la diócesis de Estelí. Luego, el 1º de agosto, otros dos sacerdotes fueron detenidos durante la festividad religiosa de Santo Domingo de Guzmán.

El sacerdote Marcos Somarriba, de origen nicaragüense, párroco de Santa Ágatha, en Miami, denunció en su prédica dominical el secuestro de los 11 sacerdotes nicaragüenses, perseguidos por representar a la Iglesia Católica en Nicaragua.

«Hay miles de fieles que no van a tener misa este domingo por los caprichos de los que supuestamente mandan, que tienen la autoridad y el arma en la mano, y han encarcelado a 11 sacerdotes sin ningún motivo, más que por ser sacerdotes. ¿Cuánta gente se pierde hoy de recibir al Señor porque no están ellos? Porque si no hay sacerdote, no hay Eucaristía», denunció el padre Somarriba.

Desde el púlpito, Somarriba emitió uno de los mensajes más contundentes, en apoyo a los sacerdotes, los que llevan el «Pan» a través de la Eucaristía. «Este verdadero pan está siendo amenazado y quiere ser eliminado, se le quiere sacar del medio, porque este pan contagia, alimenta, fortalece contra el mal, contra el egoísmo y la maldad», dijo el sacerdote.

 

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