¡El anticristo ya está aquí! ¿Cómo lo imaginás?
¿Una persona, una doctrina, un sistema, una espiritualidad?
- Religión y espiritualidad
- Dic 18, 2023
En los últimos años hemos visto una búsqueda desenfrenada entre muchos cristianos, especialmente protestantes, del anticristo, tratando de identificarlo entre las diferentes posibilidades del mundo actual. Porque parten de la base que está por aparecer físicamente. Entonces analizan cada figura malvada o que satanizan, y le ponen el mote de anticristo.
Y lo hacen sin considerar cuáles son las características que debería tener. Sin siquiera pensar que para que eventualmente emerja una figura digna de llamarse anticristo, antes deberá haber una doctrina y un sistema que abone su camino y lo sostenga desde el punto de vista funcional. Y una espiritualidad que lo sostenga desde el punto de vista ideológico, porque si aparece, no será un mero dictador sino una figura consensuada.
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¿Qué es el anticristo?
La palabra “anticristo” es una combinación de los términos griegos “anti” y “Christos”. “Anti” significa “contra”, o “lo opuesto a” o “en lugar de”. Y «Christos» significa literalmente, «el ungido» y se refiere a Jesucristo. O sea que el anticristo es lo opuesto a Jesucristo, que le hace la guerra y lo quiere suplantar.
Quien lo ha mencionado más en la Biblia ha sido San Juan en sus cartas y en el Apocalipsis.
En sus cartas dice que en la historia han aparecido muchos anticristos y por lo tanto ya está en el mundo.
Que es todo espíritu y que no reconoce a Jesús. Y que se exalta a sí mismo hasta afirmar que es un dios.
Y en el Apocalipsis lo asocia con la Bestia del Mar, que es el poder político empoderado por Satanás y con la Bestia de la Tierra, que es el poder espiritual, que obliga a la gente a adorar a la Bestia del Mar.
Por su parte, la Iglesia Católica no tiene una doctrina oficial sobre la figura del anticristo, pero lo asocia a eventos apocalípticos y las dos visiones que presenta San Juan han surcado el imaginario cristiano.
Desde los tiempos bíblicos, los cristianos han aplicado la palabra “anticristo” a figuras históricas específicas, generalmente personalidades brutales conocidas por su persecución de la Iglesia.
Y últimamente se tiende a llamar anticristos a personajes políticos malvados, o con los que uno no está de acuerdo.
También hay una tradición cristiana que dice que antes de la Segunda Venida de Cristo, se levantará un líder mundial mesiánico que dirigirá una persecución masiva contra la Iglesia. Y supervisará una dictadura global que controlará la vida de las personas tan a fondo, que si no adoptan la marca de la Bestia que él impondrá, no podrán comprar ni vender.
Y a su vez hay dos sub tradiciones más al respecto: una que dice que el anticristo es una persona, y otra que dice que es un sistema y una espiritualidad, que puede tener una figura notoria como cabeza, pero no necesariamente.
Esta segunda sub tradición parece más completa, porque esperar a una persona que encarne al anticristo tiene la dificultad de que no permitirá identificar el sistema anticristo de opresión que se esté armando, para cuando tal vez llegue el anticristo persona.
Por lo tanto, el anticristo se refiere a un sistema totalmente impío. Un sistema que parece contenerlo todo y poder controlarlo todo. Y puede engañarnos con sus posibilidades si no tenemos cuidado.
Precisamente, la “marca de la Bestia” vista por San Juan en el Apocalipsis, el 666, no es necesariamente una marca literal en la frente o en la mano, aunque podría serlo. Sino los amarres que llevan a la persona a ser esclavo del sistema para poder participar económicamente, es decir, para ganarse la vida.
O sea que hablamos de un Estado que se vuelve totalitario, que absorbe completamente la vida de los ciudadanos. Esto sucede incluso cuando el Estado liberal y democrático, se vuelve totalitario, como en Occidente.
Cuando de la mano de los progresistas, lo utilizarán para erradicar el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia y todo lo demás, imponiendo sus valores anticristianos a todas las personas.
O cuando el Estado nace totalitario, como los regímenes comunistas tipo China, bajo el pretexto de dar el poder a la clase trabajadora.
O sea que el estado totalitario anticristo utiliza su poder para establecer un reino de virtud, que es definido por ellos mismos. Donde no hay lugar para cristianos.
Santa Hildegarda de Bingen del siglo XII, profetizó con extrema exactitud cuáles serían los valores de esta última época de advenimiento de un régimen del anticristo.
A las dos últimas épocas de la historia humana las asocia con dos bestias y revela los principales vicios que se extenderán universalmente.
Habla de un cerdo negro primero y luego un lobo gris. La naturaleza del cerdo, así como su color, el negro, representan los viles vicios sexuales a los que se entregarán los líderes políticos y eclesiásticos del mundo, en una medida nunca antes vista en la historia. Mientras el lobo gris, cuyo color es una mezcla de blanco y negro, simboliza la astucia del robo generalizado, y el engaño y la mentira.
Nos presenta la imposición de una atmósfera de robo totalmente corrupta y una moralidad contraria al cristianismo, que llama doctrina del anticristo.
La difusión de esta doctrina perversa del anticristo conducirá a la justificación de pecados extremos. Y Santa Hildegarda da a entender que un número importante de bautizados le seguirán.
Por ejemplo, la doctrina del anticristo afirmará que todos los mandamientos referentes a la castidad fueron hechos en ignorancia.
Y ya hemos oído decir a modernistas dentro de la Iglesia, que las normas que impone la Biblia no son para nuestro tiempo, sino que responden a la moral del siglo primero. Y por eso los modernistas llevan una guerra contra la tradición.
Esta forma de pensar antitradicional viene acompañada de una perversión total de las enseñanzas teológicas reveladas sobre Dios. Se elimina cualquier mención a la justicia divina.
La doctrina del anticristo de un Dios exclusivamente ‘misericordioso’ permite todos los pecados que no permite el Dios verdadero, bajo el concepto que cada uno haga su propia voluntad según su conciencia.
Se sustituye el auténtico Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo por un anti evangelio que justifica especialmente los pecados sexuales.
Mientras tanto san Pio X se preguntó, ¿cómo explicamos la magnitud de la propagación de las herejías y la creciente apostasía de tantos cristianos? Y la respuesta también es la doctrina perversa del anticristo.
Por el lado de la auto-idolatría del hombre que se idolatra a sí mismo, que ya no respeta la autoridad divina, ni la religión sobrenatural establecida por ella, ni la tradición trasmitida de generación en generación, porque se ha puesto en el lugar de Dios.
Y dice que ésta es la mayor abominación posible y la mayor perversión imaginable, ir a la iglesia no para adorar a Dios Creador de todo lo que existe, sino para adorarse a uno mismo, justificando y racionalizando los propios pecados mediante una doctrina perversa del anticristo.
En lugar de convertirse en templos del Espíritu Santo se convierten en templos del espíritu del anticristo, que busca reemplazarlo tomando Su lugar, y cambiando los dogmas y las enseñanzas morales.