SáBADO, 23 DE NOV

El obispo de Lomas de Zamora dijo que «no podemos decir que estamos bien cuando hay desempleo»

"Les recomiendo que recorran la calle y que le pregunten al comerciante o a la gente que está en situación de calle, porque actualmente hay más gente sin trabajo o en situaciones de calle que años anteriores, que me digan como estamos", expresó el obispo durante el encuentro de la Pastoral Social 2019 en Mar del Plata.

 

El obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, advirtió hoy que «cuando vemos desempleo y que no se genera trabajo no podemos decir que estamos bien, cuando estamos mal», al hablar durante el encuentro de la Pastoral Social 2019 que se realizó en la ciudad de Mar del Plata.

«Les recomiendo que recorran la calle y que le pregunten al comerciante o a la gente que está en situación de calle, porque actualmente hay más gente sin trabajo o en situaciones de calle que años anteriores, que me digan como estamos», expresó el obispo.

En ese sentido, sostuvo que «ha crecido el número de niños en merenderos o en comedores, y no hacen falta las estadísticas, sino el simple hecho de recorrer la calle o escuchar al pueblo, al trabajador y aquel que acaba de perder su puesto».

Lugones brindó su conferencia sobre el tema «La persona humana y el trabajo» y agregó: «El diálogo es cuando uno se puede sentar a la mesa y escuchar al otro, poder interpretar los reclamos que tiene el otro y ver desde una posición un poco más arriba como es el Estado o un Gobierno, e ir dando soluciones rápidas a lo que nos piden para poder paliar las situaciones tanto en el corto plazo como en el mediano plazo».

«En un diálogo -agregó- hay que escuchar, y respetarse y cuando realmente se dice que hay consenso que realmente se lleven a cabo y se respeten esos diálogos».

Sostuvo, además, que «cuando el modelo de desarrollo económico se basa solamente en el aspecto material de la persona, termina beneficiando solo a algunos, y daña el medio ambiente».

En ese caso, acotó, «genera un clamor -tanto de los pobres como de la tierra-, que nos reclama otro rumbo, un rumbo que, para ser sostenible, necesita colocar en el centro del sistema económico a la persona humana -que siempre es un trabajador y una trabajadora-, integrando la problemática laboral con la ambiental».

Lugones también destacó la necesidad de políticas públicas para promover el empleo al señalar que «la cuestión laboral reclama la responsabilidad del Estado, al cual compete la función de promover las condiciones para la creación de oportunidades de trabajo, incentivando para ello tanto al mundo productivo y de la economía social, como al científico-tecnológico y cultural».

Luego de citar al papa Francisco sostuvo la necesidad de que el trabajo se coloque en el centro de la problemática, dado que «la falta de trabajo destruye el tejido social que permite a la persona humana expresar su dignidad».

Agregó que «cuando en un sistema social las relaciones del trabajo no son de solidaridad sino de egoísmo, la persona poco a poco es excluida, entrando en procesos de despersonalización que matan; y cuando la desocupación llega a ser estructural, las personas excluidas dejan de estar explotadas y pasan a estar descartadas, como advierte el Papa Francisco».

También sostuvo que «si los convenios colectivos de trabajo son la prioridad efectiva del diálogo social, entonces es fundamental que el Estado mantenga este diálogo intacto entre los trabajadores, asalariados, desempleados y empresarios».

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