El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, participó de la V edición del Premio Literario de Embajadores ante la Santa Sede dijo «a veces, parece que el trabajo diplomático produce pocos resultados, pero no debemos cansarnos ni ceder a la tentación de la resignación; la paz es tarea de cada uno de nosotros a partir de nuestra vida cotidiana, en nuestras ciudades, en nuestros países, en el mundo»: estas fueron algunas de las palabras del cardenal Pietro Parolin, en un discurso pronunciado este 2 de julio en la Embajada de Italia ante la Santa Sede.

El premio de este año fue para el periodista de la RAI Piero Damosso, por su libro «¿Puede la Iglesia detener la guerra? Una investigación sesenta años después de Pacem in Terris» (Editorial San Paolo).

El purpurado vaticano recordó la génesis y el contexto histórico en el que maduró la encíclica de San Juan XXIII, que «se desarrolla sobre una partitura hecha de muchos otros pronunciamientos». Reiteró que la paz universal es un bien que concierne a todos, indistintamente.

También hizo memoria del mensaje radiofónico del 13 de abril de 1963, Sábado Santo, en el que ese mismo pontífice expuso la necesidad de la paz con Dios, con todos los pueblos y en el seno de las familias.

La encíclica, dijo el secretario de Estado, «es un testamento», y señaló que «aquellas intensas palabras del papa Roncalli son una herencia que hay que conservar y hacer crecer, asumiendo cada uno sus propias responsabilidades».

Luego, el cardenal Parolin instó a insistir, en los actuales escenarios de conflicto en diversas partes del planeta, con la acción diplomática, con la convicción de que dará frutos, y llamó a la coralidad, la sinergia y la cooperación, para ser realmente artesanos de la paz, como quiere el Papa Francisco.

Parolin alabó el libro premiado que, consideró, «tiene el mérito de hacer aflorar de nuevo el profundo deseo de paz con un método interesante», al contar con la intervención de varios testigos y académicos. El resultado es un volumen que constituye una reflexión global sobre la paz».

Precisamente, el método de investigación y análisis utilizado por el autor (más de cincuenta entrevistas) fue apreciado por el jurado, que señaló en la motivación: «La Iglesia, si bien no tiene el poder real de detener los conflictos, puede llamar a la acción a la conciencia humana universal, para derribar los muros del odio y la enemistad, señalando la fraternidad como perspectiva segura de justicia, solidaridad, inclusión y cuidado de la tierra».

«A través de su investigación, el autor destaca también cómo la fuerza de la oración del pueblo de Dios puede generar proyectos valientes de encuentro y negociación», destacó.

El acto contó con la presencia del embajador italiano Francesco Di Nitto, la embajadora de la Unión Europea ante la Santa Sede, Alexandra Valkenburg, y la presidenta de la Escuela Luiss de Low, Paola Severino, abogada y jurista, que contribuyó de forma importante al texto presentado, junto con otras dos mujeres de diálogo, Edith Bruck y Dacia Maraini.