Maleficios y hechizos: relatos y testimonios del exorcista padre Gabriele Amorth

Cuando le preguntaron si existen los maleficios contestó: “Claro que sí, es hacer mal a una persona por medio del demonio”.

 

El padre Gabriele Amorth, fundador de la Asociación Internacional de Exorcistas, dijo que tenía guardados más de 2 kilos de clavos, algunos de hasta 10 cm de largo, muñecos de plástico, muchos trozos de hierro y objetos de todo tipo, expulsados por víctimas de maleficios que trató.

Estos objetos se materializan en cuanto salen por la boca o por el intestino de la víctima. De modo que si unos momentos antes de la materialización le hicieran una radiografía al paciente, no se vería nada.

Cuando lo entrevistaron y le preguntaron si existían los maleficios contestó: “Claro que sí, es hacer mal a una persona por medio del demonio”.

Ante los relatos de objetos que salían de una persona le preguntaron, ¿cómo consiguieron entrar en la persona?

Por vía maligna, por vía mágica, mediante un maleficio, o sea, a través de la acción del demonio. A veces sucede que una persona no logra dormir. Mira dentro de la almohada y descubre objetos extraños que han sido colocados dentro: mechones de pelo, cuerdas atadas, estampitas.

El caso más insólito que encontró fue un sapo vivo. Para liberarse, las víctimas necesitan deshacerse de los objetos que les han metido en la almohada, en la ropa, en la casa, en el estómago. Por ejemplo, vio que personas vomitaron cadenas metálicas, abrelatas, pilas.

Incluso tuvo el caso de una persona a quien el demonio le dijo que le haría vomitar un radiotransmisor completo.

Pero a veces la liberación de la maldición no es tan fácil, y cuenta un caso impresionante.Fue a verle un matrimonio que llevaba año y medio de casados, y en todo este tiempo ella no había tenido la menstruación.

De vez en cuando se desmayaba. Y tenía alergia a los platos condimentados con aceite o grasas, que le provocaban disentería, o sea inflamación del intestino.

Amorth le realiza la plegaria de curación y en su segunda visita, la mujer le dice que puede comer platos condimentados sin problemas. Y le aconseja que revise las almohadas.

En una de ellas se encuentra una medalla y su marido la destruye siguiendo los métodos habituales. Después de destruirla, la mujer está muy mal y vomita una medalla igual que la destruida, que tiene grabada la imagen de una custodia.

En el aniversario de la aparición de Lourdes, lo llaman de noche, la joven está en coma. Amorth va, reza por ella y despierta, pero vuelve a entrar en coma poco después. Reza de nuevo y sale del estado de coma, pero está completamente paralizada.

Reza de nuevo imponiendo las manos en distintas partes de su cuerpo, y tras dos horas y media de oración, se levanta y anda. Desde ese momento, las parálisis, especialmente en las extremidades inferiores, se repiten con cierta frecuencia.

A veces, si su marido le da un masaje con óleo exorcizado y reza unas oraciones que le ha sugerido Amorth, las piernas de la mujer vuelven a moverse.

Otras veces es necesaria la intervención del exorcista, que veía a esta joven pareja todas las semanas. Pero con el tiempo, las cosas empeoran: larga litros y litros de disentería de varios colores, como si el cuerpo fuera un contenedor donde no cupiera todo aquel líquido.

La casa está infestada y la situación va de mal en peor. La mujer ya no retenía la comida y vomita continuamente. Incluso vomita cosas muy raras: cristales, clavos, gasas, hebillas de metal, pequeños objetos en forma de animal. En 15 días entra en coma tres veces.

La primera vez, después de rezar, Amorth le levanta los párpados y no ve más que el blanco de los ojos. Y cuando por fin bajan las pupilas, Amorth le muestra el crucifijo recitando: «Huid, partes adversas» en latín y sale del coma.

La segunda vez, tras la oración, invoca al Padre Pío, le pone sobre la cabeza una reliquia y sale del coma. La tercera vez, en vista de la ineficacia del exorcismo recitado, le dice una frase, inspirada en un episodio de las Florecillas, que a veces surte efecto.  La mujer forcejea y vuelve en sí.

Pero no puede aguantar más de dos horas en casa y siempre con el estómago vacío.

Al año siguiente se instalan en casa de los padres de ella, aunque procuran ocultarles en todo lo posible la situación.

Reaparecen los vómitos continuos. Y la joven se ve obligada a comer sin parar. Gastan un dineral al día en comida.

Primero devuelve comida y luego cosas raras. Y con el vómito empiezan a salir trozos de papel que encajan como un rompecabezas.

Primero aparece una figura femenina tamaño postal con el nombre de la mujer y la fecha de su boda. Después, imágenes sagradas y oraciones, dos iconos, un crucifijo del siglo XVII, un rostro de Cristo.

Eran imágenes que el párroco dejaba en las casas cuando iba a bendecirlas. Y ven que el papel está cubierto por una capa fina.

La retiran y aparece una lista de lo que el brujo le ha hecho a la mujer: un maleficio de muerte con todos los fenómenos programados por días y una fecha límite.

La joven debe morir a causa de una hemorragia antes de las 12 de la noche del 17 de marzo.

La víspera del día establecido para el fallecimiento, la pareja y los padres de ella decidieron irse a la Liguria. Amorth los acompañó e implicó en la oración a varios monasterios de clausura.

El día 17, la mujer no deja de vomitar comida y trozos de papel escritos a bolígrafo.

A las 23:55 nos dicen, dice Amorth, que si se desmaya debemos extraerle de la vagina un objeto punzante. Efectivamente, le extraen un cable retorcido de 15 cm de longitud.

Y a diferencia de cuanto había programado el brujo, la mujer no muere, sino que se producirá la liberación.

Pero la liberación va a tardar, porque la persona que encargó el maleficio le ha entregado otra suma considerable al brujo.

En imágenes vomitadas aparece la persona que ha provocado el maleficio: un enamorado que había sido rechazado.

Pagó por ellos casi 2 millones de euros.

Amorth guardó fotocopiada la planificación del enamorado rechazado, con su firma y la firma de su padre, que fue quien le pagó al brujo. Y también la planificación del brujo firmada por él.

Puede ser que el enamorado haya muerto, ya que se comprometió a morir junto a su amada, no lo saben.

La mujer adelgazó casi 30 kg y sentía unos dolores terribles, pero se recuperó bebiendo agua exorcizada. Amorth dice que es increíble que no muriera durante aquellos meses en los que no podía alimentarse.

Pero lo que se repite una y otra vez es que quienes han pedido el trabajo y el brujo, terminan condenados y muriendo de la peor manera, por hacer el mal y poner su confianza en el demonio.

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