Por el coronavirus, la reforma constitucional del Papa podría retrasarse hasta 2021
Francisco se vio obligado a suspender dos encuentros pautados para abril y junio con su consejo asesor de seis cardenales. Con la nueva Carta Magna se planea fusionar varias oficinas del Vaticano, y entre otras áreas, modificar aspectos vinculados a la Cultura.
- Religión y espiritualidad
- Jun 30, 2020
La presentación de la nueva Constitución Apostólica en la que el papa Francisco trabaja desde 2013 podría retrasarse hasta inicios del año próximo debido a la pandemia de coronavirus, que ha obligado a suspender dos encuentros del pontífice con su consejo asesor de cardenales en los que preveían dar las últimas correcciones al texto.
La pandemia, por la que el Vaticano debió reprogramar gran parte de los eventos previstos para 2020, obligó también al papa Francisco a retrasar la presentación de «Prediquen el Evangelio», la nueva Constitución apostólica, prevista originalmente para el primer semestre de este año y con la que dará un nuevo organigrama y funciones a la estructura de la Santa Sede.
El pontífice y su consejo asesor de seis cardenales tienen prácticamente terminada la nueva Carta Magna, según dijeron fuentes vaticanas a la agencia de noticias Télam, aunque la situación generada por la pandemia obligó a suspender los encuentros pautados para abril y junio, en los que esperaban dar los retoques finales al texto.
Así, la promulgación de la nueva Constitución, con la que planea sustituir a la vigente «Pastor Bonus», de 1988, podría dilatarse incluso hasta 2021.
«El texto de la nueva Constitución Apostólica, reelaborado a la luz de las contribuciones ofrecidas por los Dicasterios de la Curia romana y por algunos expertos, ha sido objeto de una lectura y revisión en profundidad por parte del Consejo, también siguiendo algunas sugerencias recibidas en las últimas semanas de los Cardenales residentes en Roma que aún no había tenido la oportunidad de enviar sus propuestas», afirmó el Vaticano al concluir la reunión del denominado «C6» en febrero, la número 33 desde su creación.
Creado en octubre de 2013, el consejo asesor de cardenales para el gobierno de la Iglesia y la reforma de la Constitución tuvo primero ocho miembros, luego nueve y finalmente alcanzó los seis actuales para la etapa de revisión final de la nueva Carta Magna.
Una primera versión de la nueva constitución ya fue enviada a los jefes de los Dicasterios de la Curia y a las principales conferencias episcopales del mundo, que entregaron una serie de sugerencias de corrección que están bajo evaluación del Papa.
Entre los puntos más importantes, la nueva Carta Magna prevé la creación de un nuevo Dicasterio dedicado a la Evangelización y la fusión de varias oficinas vaticanas, como por ejemplo en el área de Cultura.
El C6, que con distintos formatos se reúne cada tres meses con el Papa desde 2013, está compuesto por los cardenales Pietro Parolin, Óscar Rodríguez Maradiaga, Reinhard Marx, Seán Patrick O’Malley, Giuseppe Bertello y Oswald Gracias.
También son parte del grupo los dos encargados de traducir el texto al lenguaje canónico para su redacción final, los secretarios Marcello Semeraro y Marco Mellino.
La nueva Carta Magna reemplazará a la «Pastor Bonus», la Constitución Apostólica promulgada por Juan Pablo II, en vigor desde el 28 de junio de 1988, compuesta por 193 artículos, 2 anexos y posteriores modificaciones introducidas por Benedicto XVI y Francisco.
Debido a la pandemia, 2020 podría ser además el primer año sin viajes papales desde 1978, en un contexto en el que el Papa mantiene suspendidos sus tradicionales audiencias generales de los miércoles en la Plaza San Pedro para evitar la aglomeración de fieles.