VIERNES, 22 DE NOV

Alemania enfrenta una crisis institucional de difícil resolución

El presidente del país europeo, Frank-Walter Steinmeier, procuraba anoche conciliar a los liberales, conservadores y verdes en una mesa de la que se levantaron los primeros. Busca junto a la canciller Ángela Merkel solucionar el conflicto.

El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, instó hoy a los partidos a dialogar y «asumir su responsabilidad y negociar» ante el fracaso de las conversaciones para formar un gobierno tripartito de coalición, en lo que calificó como «una situación inédita en casi 70 años» en la mayor potencia de Europa.

«El encargo de formar gobierno es el más alto que pueden recibir los partidos políticos. El 24 de septiembre los partidos se ofrecieron a asumir responsabilidad y eso es algo que no pueden devolver sin más a los electores», dijo Steinmeier, tras reunirse con la canciller Angela Merkel, artífice de la mesa de negociación que anoche se frustró con el retiro de los liberales.

La situación, tras cinco semanas de negociaciones, concluyó anoche con el peor de los escenarios políticos, sobre todo para Merkel.

Finalmente, no hubo alianza Jamaica -por los colores de los tres partidos- entre los liberales de FDP, los conservadores -la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su partido hermano bávaro (CSU)- de la canciller y los Verdes para gobernar.

Los liberales se levantaron de la mesa; los verdes no lograron conciliar y los conservadores de Merkel quedaron a la deriva. Refugiados, cambio climático y la adhesión a la Unión Europea (UE) con Turquía fueron los puntos irreconciliables.

Una Merkel preocupada llamó a la «reflexión», dijo que hará lo posible «para dirigir como corresponde al país en estas semanas difíciles» y habló hoy con el jefe de Estado, Steinmeier, para afrontar el dilema.

Conciliador, el presidente, el hombre que tiene las llaves institucionales para destrabar la crisis, pidió públicamente que los partidos revean sus posturas. «Espero de todos que estén dispuestos a hablar», instó para evitar un nuevo llamado a elecciones, una de las tres posibilidades para salir de este escollo político.

Además de un llamado a nuevos comicios, la segunda posibilidad es un gobierno de minoría, algo que huele a inestabilidad. La tercera opción sería reeditar una nueva gran coalición con los socialdemócratas.

Esta última alternativa fue sepultada hoy por el líder de esa facción, Martin Schulz, quien apostó por la convocatoria de nuevas elecciones en el país. «No estamos disponibles para entrar en una gran coalición», manifestó tras reunirse la dirección del partido.

Así, ratificó el paso a la oposición del Partido Socialdemócrata (SPD), después de registrar su peor resultado en unas elecciones del 24 de septiembre.

Sin dudas, el gabinete tripartito era la única fórmula que le daba a Merkel una mayoría parlamentaria estable ante la avanzada del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), tercera y pujante fuerza política, que apuesta también a una nueva votación, con ambiciones de mejorar su perfomance.

La hoja de ruta, ahora, está en manos de Steinmeier, que tiene la prerrogativa de proponer al parlamento un candidato o candidata a la cancillería.

Teóricamente, Steinmeier podría proponer al Bundestag a Merkel, que necesitaría mayoría absoluta en la primera y la segunda votación, que se realizaría 14 días después, pero sólo una mayoría simple en una tercera.

Tras el logro de la mayoría simple, Steinmeier podría decidir si nombra efectivamente a Merkel como canciller, a la cabeza de un gobierno de minoría, o si convoca a nuevas elecciones.

Antes, tratará de evitar cualquiera de los escenarios de debilidad y se reunirá con los jefes de los otros partidos, con los presidentes del Bundestag, Wolfgang Schäuble, y del Tribunal Constitucional, Andreas Vosskühle, así como con el presidente de turno del Bundesrat, la cámara alta del Parlamento donde están representados los gobiernos regionales.

Pero también forjará encuentros con aquellos con los que matemáticamente sería posible gobernar, los renuentes socialdemócratas.

«La preocupación es grande tanto dentro como fuera de nuestro país», punzó para recordar que dirigen la mayor economía de Europa y que, de manera casi inédita, no puede alcanzar un acuerdo gubernamental.

Por el momento, en Alemania, la incertidumbre parece ganar la partida.

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