VIERNES, 22 DE NOV

Biografías humanas, una nueva terapia que suma adeptos y detractores

Conclusión entrevistó a una terapeuta que desarrolla el método creado por Laura Gutman. Mientras que también consultó a un psicoanalista que está convencido que todo el tema es una "mentira". 

Por: Florencia Vizzi 

La construcción de Biografías Humanas puede entenderse como un método terapéutico que fue desarrollado por la psicóloga y escritora argentina Laura Gutman.

Gutman ha escrito más de una decenas de libros, entre ellos los exitosísimos “El poder del discurso materno”, “La revolución de las madres” y “la Maternidad y el encuentro con la propia sombra” lauragutman-revolucionen los que aborda principalmente la cuestión de la maternidad y los diversos traumas que signarán las infancias de acuerdo a las calidades de maternaje que han obtenido.

La terapeuta establece como base que todos los seres humanos construyen un “personaje” típico, para superar, como, puede las sensaciones de desamparo y violencia de la que todos, cuando niño, han sido víctimas. Así aparecen el maltratador, la víctima, el caprichoso, el enfermizo, que establecerán un patrón de conducta que repetirán a lo largo de toda su vida.

Con legiones de seguidores en todo el mundo y un importante número de detractores sobre sus teorías, es dado reconocer que Laura Gutman ha creado un tipo de terapia que cada vez gana más adeptos.

Rosario no ha sido ajena  a este movimiento, y ya son varios los especialistas que se formaron en esta nueva modalidad. Conclusión entrevistó a Laura Alarcón, una joven terapeuta formada en la metodología creada por Gutman, que desde hace dos años se dedica de lleno a la construcción de Biografías Humanas (BH)

—¿Qué es una Biografía Humana y cómo se construye?

La biografía humana es un método de conocimiento personal. Un método honesto de interrogación profunda que sirve para conocernos más a nosotros mismo, con la certeza de que al conocernos más vamos a tener una visión más amplia, más objetiva y profunda de nosotros mismos, y nos posibilitará tomar decisiones más conscientes, parados desde otro lugar, diferente al que estábamos y mejor.  Es una tarea de detective, tiene que ver con eso.  Es decir, vamos a tratar de encontrar qué es lo que le pasó a la persona durante su infancia básicamente, y con eso vamos a tratar de establecer qué hicimos con eso que nos pasó,  una lógica que, indefectiblemente, tiene que ocurrir a raíz de esa historia personal. Es diferente al piscoanálisis en el sentido de que no escuchamos  al paciente. A ver, con esto no quiero decir que no conversemos y escuchemos los datos que nos da y la historia que nos cuenta. Pero una vez que hemos hecho esto, se irá estableciendo un determinado escenario y entre los dos iremos viendo que, si eso fue lo que ocurrió en su infancia, no puede pasar algo muy distinto en su vida. Uno de los típicos ejemplos es que si tenemos de escenario un desierto, vamos a encontrar animales típicos de la zona desértica, va a haber vegetación característica de esos lugares, va a haber mucho sol y viento y arena. No vamos a encontrar parques, ni edificios, ni Mac Donalds… Va a haber un escenario  que por lógica no va a dar frutos totalmente diferentes a los que pueden salir de ese escenario. Entonces la tarea es bucear en la historia de esa persona y comprender qué tuvimos que hacer para desenvolvernos en ellos.

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«Vamos a buscar esa calidad de maternaje, cuan amados y cuan violentados hemos sido en nuestro desarrollo».  

—¿Cuáles son los motivos de consulta sobre los que se puede trabajar con este método?

—Muchas veces los motivos de consulta tienen que ver con problemas cotidianos, con tristezas con dolores, con cosas que nos pasan a todos. La gente se acerca con problemas variados. A veces parece que esos problemas no tuvieran nada que ver con nosotros mismos, muchas veces ocurren cosas que desatan crisis,  por ejemplo, el contador me estafó, o mi hijo se hace pis en la cama y tiene 7 años, o mi marido se fue con otra, o mi papá se está muriendo y no lo puedo soportar, o tengo problemas en el trabajo. No sé, el problema que tengamos que nos da la sensación que se armó hace poquito y que tenemos que encontrarle una solución ahora. Y nosotros tenemos la certeza de que nada de lo que nos acontece es ajeno a nosotros. O dicho de otra manera, nada nos puede acontecer que no nos pertenezca. Los llamamos motivos de consulta aparente. Cuando alguien llega a la consulta conversamos, tomamos los datos, establecemos hipótesis sobre como desempeñar nuestro trabajo de detective y le pedimos algún motivo de consulta que nos puede dar pistas o no.  Pero en general, los motivos de consulta se diluyen. Porque empezamos a ver que el problema de fondo no es el vecino molesto sino la desconexión con los hijos, o con la familia…A veces el motivo de consulta se desmaterializa porque empiezan a verse otras cosas, otras razones que tienen que ver con algo más primario.

¿O sea, la premisa sería que aquellas cosas, cualquier cosa que nos ocurra en nuestra vida cotidiana tienen que ver con nuestra historia y nuestras conductas?

—Sí, básicamente lo que nos ocurre está en nuestro entramado, porque somos personas que estamos en vínculos con otras. Entonces, nunca nos van a ocurrir cosas tan aisladas como que aparezca un yuppie de portafolio en medio del desierto. Nos van a ocurrir cosas que ocurren dónde estamos, y dónde estamos tiene mucho que ver con lo que nosotros decidimos, aunque sea inconscientemente. Aunque no tengamos registro y conocimiento de eso, hemos llegado dónde llegamos y tenemos los vínculos que tenemos y la vida que tenemos a raíz de nuestras decisiones.  Aunque se mude un vecino molesto, y vos me dirás ¿qué tiene que ver conmigo este tipo, si yo viví aquí 20 años y este hombre apareció ahora? Y sí, aunque sean cosas que parecen tan ajenas, nos recontra pertenece. Serían como los acontecimientos que vienen a mostrarnos nuestras sombras, las partes sombrías que no conocemos de nosotros mismos

¿De qué se trata esto del “personaje” del que se habla en esta terapia, y que sostiene que construimos todos los seres humanos?

—El personaje es ese que hemos ido construyendo a partir de nuestras carencias para poder soportarlas y sobrevivir a ellas. La biografía humana es algo que parte del nacimiento, sabiendo que es un recorte, pero por algún lado tenemos que empezar. Si en algo nos basamos es en el diseño original que tienen todos los cachorros mamíferos humanos, todos  nacen en las mismas condiciones. Todos nacemos dependientes de los cuidados de un adulto, un bebé no puede valerse por sí mismo durante mucho tiempo. Imaginate que pasan nueve meses hasta que un bebé podría reptar y llegar a la teta, que es lo que hace en horas cualquier otro cachorro mamífero. Y es algo tan importante como el sustento. Y para poder lograr eso, necesitamos como un embarazo adicional, de alimento amor, de calor, de cobijo, de ritmo, de todo lo que teníamos dentro del vientre. ¿Para qué? Para poder desplegar todo lo que traemos, una exquisita y completa y espectacular capacidad de amar. Y eso que tenemos para desarrollar, y vamos a poder hacerlo en la medida en que nos encontremos con una tierra fértil que cobije esa semilla. Esa tierra fértil se va a traducir en eso, en principio en cuidados y después en muchas otras cosas más. Entre ellas, palabras que nombran lo que nos pasa,  que en general, las personas que nombran lo que nos pasa, principalmente mamá, muy pocas veces puede nombrar lo que nos pasa a nosotros. Entonces, empezamos a conocer lo que somos o quienes somos a través de cómo somos nombrados por nuestra madres, “sos malo”, “sos caprichoso”, “te portás mal”, “me tomaste el tiempo”… Si partimos del parto, y vamos a preguntarle a mamá como fue mi nacimiento, lo más probable es que mamá cuente lo que le pasó a ella. “Casi me muero”, “casi me desangro”, “un dolor tremendo”, etc. Va a contar lo que le pasó a ella, y eso ocurre de generación en generación y así vamos separando y empezando a tener una especie de desconocimiento de lo que nos va pasando a nosotros. Entonces se va armando una especie de confusión y de distancia entre lo que realmente nos pasa y los que nombran los que nos pasa, que nosotros lo vamos adquiriendo y  lo vamos transformando en recuerdos… eso si viene del psicoanálisis, los recuerdos son construcciones que se arman a través del lenguaje. Si alguien nombra algo lo podremos recordar, si nos ocurrió algo y no fue nombrado no lo vamos a recordar por más que lo hayamos vivido, o por lo menos, no espontáneamente. Entonces la tarea es empezar a detectar la distancia entre lo que según nuestro diseño original necesitábamos recibir y lo que hemos obtenido. Vamos a buscar esa calidad de maternaje, cuan amados y cuan violentados hemos sido en nuestro desarrollo.  

—¿Qué se logra construyendo la biografía humana?

—El objetivo es encontrar lo que había en ese escenario de la infancia y lo que hicimos con él, y así comprender cada uno de nuestros días. Y lo que se logra es tener una mirada más amplia y más profunda sobre nosotros mismos y eso, indefectiblemente, hace que uno pueda tomar otro tipo de decisiones y hacerse más responsable.  Y además, una vez que nos comprendemos a nosotros hace que sea imposible no comprender al otro, así sea nuestro máximo enemigo. Cuando se logra determinar esa distancia de la que hablaba antes entre lo que necesitábamos y lo que obtuvimos,  vamos a ver qué es lo que hicimos con eso que nos pasaba, porque si estamos acá es porque hemos sobrevivido,  y hemos sobrevivido con algunos mecanismos que van determinando nuestro personaje. Es un personaje el que armamos, que tiene que ver con algo de nuestra esencia, de nuestra impronta, pero en definitiva son todas cosas que no nos pertenecen, sino que hemos tomado como herramientas o estrategias para sobrevivir, para no sentir tanto dolor. Y que estuvieron buenas porque sobrevivimos, pero a la vez nos traen bastante sufrimiento… pero también nos traen algunas ventajas, que es por lo cual nos cuesta mucho dejarlas. Son nuestros mecanismos inconscientes que cuando lo hacemos conscientes a veces es difícil desprenderse de ellos.

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«Es raro que nos encontremos con que alguien sabía lo que le pasaba a ese niño. Ni mamá, ni papá, ni la tía, ni la maestra… Nadie sabía lo que le dolía»

—¿No hay niños que la pasaran bien, familias que la pasaran bien? ¿Es un premisa esta? Siempre que sos niño la pasás mal?

—No es que sea una premisa, nosotros hacemos esta comparación entre diseño, necesidades y lo que hay… y lo que hay es un sistema de dominación patriarcal, el más poderoso sobre el menos poderoso, el más grande sobre el más chico, el que tiene más plata sobre el que es pobre… el que tiene más conocimiento sobre el que tiene menos. No tenemos un sistema solidario… y a eso nosotros lo llamamos violencia o abuso.. .y ese es el sistema en que vivimos. Cuando hacemos la típica pregunta ¿Quién sabía lo que te pasaba? Es raro que nos encontremos con que alguien sabía lo que le pasaba a ese niño. Ni mamá, ni papá, ni la tía, ni la maestra… Nadie sabía lo que le dolía…Y todo eso fue mandado a la sombra, y lo que le quedó es que papá era malo, y que yo era un niño terrible, y que me portaba mal y me iba mal en la escuela;  o por el contrario, que era obediente, madura, buena, inteligente.

—¿Qué es lo más importante que debe saber quién quiere empezar a conocer esta terapia?

—La regla fundamental de esta terapia es que no juzgamos. No nos importa si mamá mintió, o si papá tal cosa… no estamos para juzgar a nadie, solo tratamos de ver la realidad… los hechos concretos. Lo que vamos a hacer es buscar lo que nos pasó, y después, que hicimos con eso que nos pasó. Y no nos interesa juzgar, no se trata de eso. Se trata de conocer íntimamente nuestra propia historia, para entenderla y empezar a tomar otro tipo de decisiones. Es muy difícil y muy doloroso comprender lo que nos pasó y contraponerlo con lo que podría haber sido, pero es importante poder emprender ese camino. Vinimos a este mundo a amar, y vaya como nos vaya y estemos como estemos, lo más importante es si queremos y si estamos dispuestos, a buscar las herramientas para desplegar eso que se está perdiendo el universo de nosotros.

Las voces disidentes y la cuestión del discurso materno

Dentro del ámbito del psicoanálisis y la psicoterapia no hay una visión amable sobre las teorías de Laura Gutman y el método terapéutico que propone. De hecho, son muchas las voces que se han alzado sobre el “recorte” que supone sobre la cuestión del inconsciente, el concepto del discurso materno, y por algunas de sus concepciones en cuanto al abuso sexual  infantil y la violencia de género.

El psicoanalista, docente y escritor Jose Luis Comas emitió su opinión sobre el tema y consideró que se trata de una “mentira, sostenida con mucho marketing”.

—¿Por qué considera la construcción de Biografías Humanas como una mentira?

—En primer lugar, tengo que señalar el nivel de pobreza de sus conceptos y fundamentos teóricos. Y yo digo que está basado en una mentira porque está basado en una construcción biográfica, y cualquier versión de psicoterapia está basada en los aspectos inconscientes del sujeto, eso es obvio, que es lo que aquí no se ve. ¿Dónde uno puede ver la historia de un sujeto? En el inconsciente. Estas terapias, sostenidas desde la consciencia no son otra cosa más que una neurociencia más sostenidas con mucho marketing. Un punto fundamental en que se toma en esta supuesta terapia es la construcción del discurso materno. Pero hay un punto que aquí se ignora, y es fundamental, que es lo que uno recibió de la madre y el padre no lo puede saber nunca a nivel consciente. Y allí está la cuestión, porque sólo puede conocerse a nivel inconsciente.

«Lo que uno recibió de la madre y el padre no lo puede saber nunca a nivel consciente. Y allí está la cuestión, porque sólo puede conocerse a nivel inconsciente».

Acá te lo disfrazan de discurso materno y parece que fuera otra cosa, te confunde. Pero nosotros también podemos decir que desde el psicoanálisis lo que se aborda es el discurso materno, el  paterno, el Edipo, es una terapéutica basada en el Edipo. Y ¿cómo hago, como veo el Edipo? ¿Le voy sacando fotos? No, porque estamos trabajando desde el inconsciente. ¿Y quién hace lo cronología? Aparte hay una muy mala concepción de lo que es la historia y una muy mala concepción de lo que es el lenguaje. Porque deberían poder definir que es el lenguaje. ¿Qué es la historia? La historia es la historia contada y ¿quién cuenta la historia? Entonces esa historia estará cargada de intereses y subjetividades…Por eso hay que comprender que para poder hacer una terapia de este tipo sólo se puede abordar desde lo inconsciente.

Por último, es fundamental preguntarse, en este contexto, ¿qué es el discurso materno? El discurso materno no es lo que mamá dice, lo que mamá verbaliza, “sos bueno”, “sos malo”,  “te portás mal”. El discurso materno no es eso, sino que funciona como una especie de super yo moral, de norma digamos, de aquella persona imaginaria que mamá desea que uno sea, y eso funciona de forma absolutamente inconsciente, tanto para la madre como para el hijo… y juega mucho el deseo materno de haberte tenido y el lugar que ocupa el sujeto en la economía psíquica de la otra persona, en el lazo. Y también se habla el goce materno que, por lo que sé, ni siquiera es tenido en cuenta en esta metodología.

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