Contigiani y el aborto: un leading case para la representación política
El diputado extrapartidario que representa al socialismo, históricamente a favor de despenalizar, dijo que su posición en contra es definitiva. Una ola de cuestionamientos a nivel partidario y en redes sociales le pide que al menos se abstenga.
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- Jun 5, 2018
“Mi posición es definitiva”, sentenció este lunes el diputado nacional Luis Contigiani cuando Conclusión le preguntó si estaría abierto a revisar su postura en caso que el proyecto de legalización del aborto que debate el Congreso se abra a negociación.
Contigiani está en el centro de la polémica desde que ratificó que votará en contra del proyecto de despenalización del aborto. Hasta ahí no sería novedad porque parece que más de un centenar de legisladores lo harán en el mismo sentido. Lo que vuelve especial su situación es haber llegado al Congreso como representante del Partido Socialista.
Como decía días atrás un histórico dirigente del PJ: “Si hay un partido sobre el que no hay duda, no desde ahora sino siempre, y que tiene postura sentada y fundada sobre la despenalización del aborto es el socialismo. Y ahora que llega el momento, tiene un solo diputado que desoye cualquier razón y les va a votar en contra”.
Más aún. Los primeros proyectos de despenalización del aborto en el Congreso fueron promovidos a mediados de los 90 por los diputados nacionales Eduardo Di Pollina y Alfredo Bravo.
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Contigiani enfrenta una ola de cuestionamientos de dirigentes y militantes del PS que, en reuniones privadas y en público, en medios y redes sociales, le reclaman revisar su posición contraria. Él adelantó que no ocurrirá, ni siquiera en el caso que se morigere la letra del “proyecto extremo”, como lo calificó, presentado por la Campaña Nacional por el Aborto legal, seguro y gratuito.
El huevo o la gallina
Su posición motivó desde marzo hasta aquí un debate interno con pedidos de expulsión, impracticables si se tiene en cuenta que el ex ministro de Producción es un extrapartidario.
En un encuentro con mujeres del PS que hace muchos años militan las causas de género, el aborto entre ellas, le pidieron que al menos considerara abstenerse, pero su posición fue irreductible.
“Una cosa es que por convicciones personales no quiera votar el proyecto y otra es que juegue para el equipo contrario”. Es un argumento que por estos días se escucha en boca de dirigentes de la Campaña Nacional y adherentes a la despenalización del aborto, electores que lo votaron y en redes sociales.
Contigiani responde: “Cuando me fueron a buscar para ser candidato sabían quién era yo”. Recuerda que en la campaña electoral en alguna ocasión le pidieron opinión y adelantó la misma que tiene hoy.
El tuit de la ministra de Ciencia y Tecnología de la provincia, Érica Hynes, sonó a contestación: “En el programa del PS está explícito desde 2002: legalización del aborto. Es nuestra posición histórica. La máxima autoridad –el congreso nacional partidario_ lo ratificó en marzo de 2018. Diputado @luiscontigiani respete el partido que lo llevó a la banca”. Algo así como “cuando aceptaste también vos sabías de qué organización política ibas a ser candidato”.
Sobre ese hilo argumental abundó el constitucionalista Domingo Rondina: “La Justicia Electoral Federal de Santa Fe tiene firmada por Contigiani la plataforma electoral del Partido Socialista adhiriendo a la despenalización del aborto: partidosocialista.org.ar/programa. Nadie va a pedir que se aplique la ley y se lo sancione?”.
Rondina, sin relación con el socialismo, afirmó en un tuit que el diputado debe respetar la plataforma partidaria o renunciar a la banca. Posteriormente incluyó como salidas posibles abstenerse o ausentarse. “No podría ausentarme. Me traicionaría a mí mismo”, rechaza Contigiani. La presión promete ser intensa de propios y ajenos.
Los propios sienten que tira a la basura años de lucha por la causa. En favor del ex ministro puede decirse que no es su responsabilidad que el socialismo haya quedado reducido a una única banca ocupada por un extrapartidario.
Los ajenos sacan cuentas y se agarran la cabeza. Si el poroteo de voluntades entre los 257 diputados es tan parejo como dicen, la definición será voto a voto.
El presidente del PS provincial, Enrique Estévez, consultado para este artículo, aclaró que el partido mantiene la posición histórica del socialismo, ratificada en los congresos partidarios provincial y nacional en marzo y abril pasados. “Seguiremos en estos días intentando hacerle ver a Luis que lo colectivo es más importante que lo personal y que una forma de fortalecer la política es haciendo honor a las plataformas electorales y las posiciones definidas históricamente por los partidos”.
Caso particular
El caso tiene ribetes de caso testigo o leading case. A diferencia de otros conflictos entre diputados y las fuerzas que los promovieron a esa banca, Contigiani no encuadra en lo que se conoce como la borocotización de la política (sentarse en la banca y paasarse al otro bando); tampoco hay un partido presionándolo para que traicione a su electorado; ni un diputado que romperá una promesa de campaña ya que personalmente siempre dijo que no estaba de acuerdo.
Es un caso distinto con particularidades. Es fácil de deducir que nadie eligió o dejó de elegir a Contigiani por su posición sobre el aborto. El tema no estaba en agenda de campaña (ni siquiera se tocó en los debates de candidatos). Es aquí donde cobra enorme relevancia la plataforma electoral a la que suscribió y representó. También el bajo caudal de votos que consiguió esa lista indica que no hubo un apoyo heterogéneo sino que concentró el apoyo de votantes del núcleo duro del socialismo. Parece bastante claro qué votantes representa esa banca.
Posición irreductible
Contigiani difundió en las últimas horas el documento “La respuesta a un mundo injusto no puede ser un acto injusto”, en el cual explica sus motivaciones personales y ensaya argumentos jurídicos, filosóficos y científicos que se pueden leer aquí.
Sostiene que se trata de un “tema de conciencia” y habla del aborto como resultado del neoliberalismo, al que califica como un “proyecto de aniquilación de la vida y del planeta. Genera una sociedad abortiva de la dignidad del hombre”. Más adelante afirma que el capitalismo desarrollado ve al aborto “como un anticonceptivo más, para el control poblacional de los países en desarrollo y pobres del mundo”. Alude a “foros internacionales desde mediados del siglo pasado al presente”.
Efectivamente eso ocurrió. La Alianza para el Progreso de 1963 fue uno de esos foros que intentó imponer en la región el control de la natalidad, pero no tiene el más mínimo punto de contacto con el histórico (y ya indetenible) proceso social y político que se viene dando en Argentina y otros países en materia de lucha de derechos de la mujer. Además, en los países centrales donde el aborto está legalizado no necesitan control de natalidad ni funciona como tal.
Contigiani también recurre a argumentos científicos. Si bien existen dos bibliotecas, una a favor y otra en contra, hay aspectos centrales sobre los que la ciencia vino dando pasos que achican el margen de opinabilidad.
El Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (su titular Lino Barañao es profesor de bioética y de biología de la reproducción) aportó a los diputados el documento elaborado por el Comité de Ética sobre estatus del embrión y el comienzo de la vida, por entender que el punto central de la discusión está en si en la etapa inicial el embrión es equivalente o no a una persona. La explicación está en el final de esta entrevista que concedió a la TV pública de Santa Fe aquí: Entrevista Lino Barañao Cabe aclarar que ese trabajo también fue un insumo relevante durante el anterior período presidencial para la reforma completa del Código Civil y Comercial.
El caso Contigiani ganará intensidad hasta el miércoles de la semana próxima, cuando se espera que pueda votarse el proyecto. Una abstención aparece como el camino salomónico entre el partido y la plataforma electoral que lo llevaron a la banca y la convicción del diputado.
Sin embargo, el ex ministro de Producción no se muestra predispuesto a ceder por tratarse de un proyecto con “puntos extremos, entre lo que cita las 14 semanas como límite para la interrupción, la eliminación de la objeción de conciencia de los profesionales médicos y la causal de afectación psicológica de la madre en cualquier etapa de gestación”, según enumero a Conclusión. Si bien están entre los aspectos que se someterán a negociación en el Congreso, Contigiani afirmó que “su posición es definitiva”.