Dos rosarinos le escribieron un mail y Macri los llamó por teléfono para ayudarlos
Gastón "Paco" Sanz y Cinthia Cardozo son dos emprendedores de la ciudad que fabrican zapatos para mujeres y le pidieron ayuda al presidente. El miércoles recibieron el llamado. Ahora buscan expandirse.
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- Jun 2, 2017
El presidente Mauricio Macri respondió el miércoles por la noche, por medio de un llamado telefónico, a un pedido vía mail que una pareja de emprendedores de Rosario, que fabrica zapatos exclusivos para mujeres, le escribieron a comienzos de abril solicitándole ayuda.
Los emprendedores Gastón «Paco» Sanz y Cinthia Cardozo tienen una pequeña fábrica de zapatos para mujeres en Rosario y a raíz de la situación por la que atravesaban, ella decidió escribir un mail al presidente Mauricio Macri y este se comunicó por teléfono para ofrecerles ayuda y apoyo para que puedan expandirse.
«Todo comenzó en abril pasado cuando Cinthia, mi novia y socia, decidió escribirle una carta al presidente Macri debido a que habíamos sido seleccionados para exponer en una feria ‘Mican’ en la ciudad de Milán (Italia) y por razones vinculadas a los gastos no pudimos asistir», relató a la agencia Télam Gastón «Paco» Sanz, quien crea y produce zapatos que tienen su nombre como marca.
Al manifestarse «sorprendido» por el llamado del presidente, contó que «el teléfono sonó a las 9.30 del miércoles último, lo atendió Cinthia, que no lo podía creer, y luego pidió hablar conmigo, fue una charla larga. Nos hizo sentir como amigos que nos conocía de tiempo y se interiorizó de todo lo que hacemos con mucho sacrificio».
«Nos prometió apoyo para expandirnos e inmediatamente se comunicaron desde la Secretaría de la Producción para comenzar a gestionar una ayuda para Pymes», relató entusiasmado Paco, quien descubrió a través del dibujo su pasión por el diseño.
«Jamás pensamos que esa comunicación iba a ser subida a las redes sociales por la Presidencia y por suerte no paro de recibir llamadas con potenciales compradores, estamos tan agradecidos como entusiasmados», señaló Paco.
Consultado sobre sus inicios, recordó: «Comencé como vendedor en una zapatería. Luego, y durante seis años, trabajé en una fábrica de zapatos donde adquirí los conocimientos sobre el trabajo de confección».
Sostuvo que tanto él como Cinthia, que se ocupa de la parte administrativa de la Pyme, como los cuatro empleados, «son soñadores», y recordó que comenzaron vendiendo «puerta a puerta».
«Un día, hace cinco años y medio, decidimos ir casa por casa con los rollitos de cuero y los dibujos a visitar a potenciales clientes; a los zapatos los hacía tercerizando porque no teníamos máquinas y a los 20 días los entregaba», apuntó.
Tras esa acción de venta ‘hormiga’, que duró un año, «en 2013, con un capital de 1.500 pesos, decidimos comprar máquinas y alquilar un local para instalar nuestro taller», relató.
«En esa instancia estuvimos parados más de nueve meses porque había un problema con la extensión de la línea eléctrica de la empresa brinda el servicio», se lamentó.
Tras superar esa paralización a fines de 2015 pudieron instalar una pequeña fábrica en la que Paco confecciona junto a dos ayudantes los pedidos que son atendidos por dos empleadas administrativas, mientras que su novia y socia se encarga de la parte de marketing y atiende el local de exhibición y ventas, ubicado en la calle Catamarca al 1700 del centro de Rosario.
Sobre la situación por la que atraviesa el sector del calzado, sostuvo: «Nosotros hoy no nos podemos quejar» aunque admitió «que en general no es el mejor momento para los fabricantes argentinos».
«Nuestros productos, que no se fabrican en serie, se venden en boutiques y este año hemos alcanzado el mercado en provincias del interior», indicó.
Sobre los precios dijo que «si pensamos en la exclusividad, la comodidad y la calidad nuestros productos no son caros, tienen un valor de venta en un salón promedio de 4.000 pesos».