El campo que trabaja, respeta y multiplica la tierra celebra un año de producción soberana

El sábado 15 de junio Desvío a la Raíz invita a compartir una jornada plagada de lucha y resistencia. A un imponente festival musical, se le sumara una feria campesina, conversatorios, cocina de monte y siembra colectiva de trigo orgánico soberano.

Por Alejandro Maidana

El Polo Agrario Campesino sigue resistiendo los embates de un modelo agroindustrial concentrador, explotador y envenenador. Por ello el Espacio de Producción, Ambiente y Sociedad busca ramificarse desde Desvío Arijón hacia cada porción de tierra fértil de la provincia y el país.

A poco más de 140 km de la ciudad de Rosario se encuentra Desvío Arijón, un pequeño pueblo frutillero que busca discutir la profunda injerencia del modelo productivo imperante. Desvío a la Raíz es un espacio donde la agricultura ancestral emerge desde la simiente y se expande desde la dignidad.

Desvío a la Raíz, sigue aportando las llaves que pueden permitir abrir las puertas hacia un nuevo paradigma en la manera de producir desde hace 16 años. Desde la frondosidad de un monte resiliente, esta imprescindible trinchera sigue librando la más dura de las batallas. Tierra subversiva, en donde los saberes ancestrales se manifiestan sin pedirle permiso a nadie, mientras que los pájaros se regodean en un elixir de colores y olores.

Cuando hablamos de Agricultura Ancestral, la definimos social, cultural y políticamente, como la labor que llevan adelante agricultoras y agricultores de soberanía y memoria. Es el puente, la senda, el idioma que nos permite reencontrarnos en la palabra de un abuelo que nuevamente va preparando la tierra, la semilla en cada historia que vuelve a contar.

Por ello, desde Desvío a la Raíz no dudaron en ir por más, y sumándose al E.P.A.S (Espacio de Producción, Ambiente y Sociedad) están pronto a celebrar un año resignificando la agricultura familiar y campesina. “Vivir no es sobrevivir, por eso surco a surco, patio a patio, en los márgenes de la vía del tren, en todo lugar donde sea nido de una semilla fuimos recuperándonos de esta guerra tóxica, económica, cultural y ambiental”, sostiene Jeremías Chauque productor campesino de Desvío a la Raíz.

“El desafío es volver a hacer del monte nuestra guía, nuestra aula a cielo abierto, asumir su identidad de refugio de la vida, es que su trascendencia depende de esa coherencia. Sin canto de pájaros, pibas y pibes germinando jugando, abuelas contando, agricultores de suelo y agua, abejas guardianas de la flor no hay futuro”, sostienen quienes con las manos en los surcos siguen construyendo soberanía alimenticia.

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