Entre vallas y festejos, las dos caras del Día de la Bandera
La celebración reflejó dos aristas, por un lado aquella enmarcada por el protocolo y la formalidad, y por el otro una más indeseada, marcada por los límites de acceso y por las agresiones de parte de las fuerzas federales.
Por Jennifer Hartkopf
Una vez más, Rosario volvió a ser sede de los festejos por el Día de la Bandera. El histórico Monumento se vistió de celeste y blanco y poco a poco, niños, familias, comerciantes y público 
en general empezó a acercarse a las inmediaciones.
Desde temprano, el sol se puso en el cielo turquesa regalando un día glorioso y especial para disfrutar de los festejos que contaron con la presencia del presidente Mauricio Macri, quien por primera vez encabezó la ceremonia del acto.
Un dato curioso del evento es que no sólo fue el debut del Presidente en esta fecha patria, sino que también fue la primera vez que la ceremonia por el Día de la Bandera se realizó en el Patio Cívico del Monumento.
Con una capacidad para 12.000 personas -8.000 sentadas-, alrededor de 5.000 niños de diferentes escuelas de todo el país, acompañados por maestros o padres, empezaron a llenar las escalinatas a la espera del inicio oficial del acto, mientras agitaban los globos celestes y blancos, que momentos después iban a ser lanzados al aire.
En la previa, los alumnos, ansiosos, dejaron escapar algunos globos mientras empezaban a aparecer los primeros cánticos haciendo referencia a los lugares de procedencia de las escuelas presentes: «Córdoba, Córdoba», gritaban algunos, «Rosario, Rosario», se escuchaba desde otra punta. Hasta que todos se unieron en un solo grito: «Argentina, Argentina».
Minutos después de las 11, el Gabinete nacional -completo- se hizo presente en el Patio Cívico y los distintos funcionarios empezaron a ocupar sus lugares junto a las autoridades locales y provinciales que ya estaban desde antes en el palco ubicado a la izquierda del escenario central.
Al rato hizo su ingreso el primer mandatario acompañado por su esposa, Juliana Awada, por la intendenta de la ciudad, Mónica Fein y por el gobernador provincial, Miguel Lifschitz.
Seguidamente, se entonaron las estrofas del Himno Nacional argentino, interpretadas por Ángela Torres para luego invitar al Presidente a firmar el Libro de Firmas de Honor del Monumento 
Nacional a la Bandera.
«El orgullo de haber sido elegidos como comunidad para semejante acto heroico y rebelde con el que empezamos a decirle al mundo entero quiénes éramos, a partir del símbolo que nos identifica a todos”, inició Fein.
Por su parte, el gobernador destacó que «los niños representan lo mejor que tiene la Argentina» y agregó: “Rosario abre generosamente sus brazos para recibir a todos, piensen como piensen, vengan de donde vengan”, y llamó a unirse “bajo los colores de la celeste y blanca”.
Concluidas las palabras de Lifschitz, se produjo la toma de la promesa por parte de la figura del General Manuel Belgrano, quien luego dio lugar al discurso del Presidente
«La Patria la hacemos entre todos y es la suma de nuestros esfuerzos», expresó Macri y remarcó que «hay que decir la verdad porque es lo que aumenta la confianza y lo que permitirá una Argentina de todos».
«Sí se puede», gritó el Presidente al tiempo que los niños presentes respondieron a coro: «Sí se puede, sí se puede».
Desde los balcones de calle Córdoba, algunos vecinos se asomaron agitando banderas argentinas mientras otros aplaudían y saludaban a quienes se encontraban en el Patio Cívico.
El acto finalizó con la canción «Saludo a la Bandera» y la suelta de globos que realizaron los niños.
La otra cara de la ceremonia
El acto del Día de la Bandera tuvo dos caras: lo que ocurrió en el Patio Cívico -acto protocolar- y lo que sucedió en los alrededores al Monumento, donde se registraron agresiones por parte de las fuerzas federales de Gendarmería.
Así fue que cuando la Multisectorial Contra el Tarifazo, que se manifestaba por calles Laprida y Córdoba y aún lejos de donde se desarrolló el acto central, los agentes de Gendarmería arremetieron contra la misma y lastimaron a varios de sus integrantes, incluido el concejal Eduardo Toniolli.
Asimismo, muchas personas que incluso algunas que llegaban de otras provincias, se quejaron por las medidas de seguridad adoptadas durante la ceremonia que según expresaron a Conclusión impedía «disfrutar del acto» y resultaba «una vergüenza» tener que permanecer afuera.
«Macri, basura, vos sos la dictadura», gritaban algunos, producto del dolor, la bronca y la indignación que les provocó llegar al Monumento y encontrarse con gran cantidad de vallas y gendarmes que custodiaban el ingreso del público en general.
Con todo, hubo quienes estuvieron contentos con el desarrollo del acto y otros, gran cantidad, que cuestionaron la organización, la forma en que se llevó a cabo la ceremonia y la imposibilidad de disfrutar del 20 de junio en libertad.
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