La mandarina que mató a una nena estaba envenenada con agrotóxico prohibido
Los médicos forenses de la Justicia correntina encontraron restos de "Furadán" o "Carbofurano" en el cuerpo de la menor que falleció segundos después de comer una mandarina que encontró en la puerta de una quinta en Mburucuyá.
- Sin categoría
- Sep 20, 2017
La mandarina que mató a una niña de 12 años en la localidad correntina de Mburucuyá estaba envenenada con un agrotóxico letal que se encuentra prohibido en la Argentina, confirmó la Justicia.
Los médicos forenses de la Justicia correntina encontraron restos de «Furadán» o «Carbofurano» en el cuerpo de la menor que falleció segundos después de comer una mandarina que encontró en la puerta de una quinta en Mburucuyá.
El lamentable hecho ocurrió cuando la pequeña de 12 años caminaba junto a su sobrino, de 11 años, hacia una capilla para una clase de catecismo.
A unos 900 metros de su casa, al pasar por el portón de ingreso a un campo, en la citada localidad correntina, encontraron mandarinas en el suelo.
La menor recogió una mandarina, le sacó la cáscara, la ingirió y le convidó la mitad de la fruta a su sobrino: a los pocos minutos, ambos se descompensaron.
Los investigadores dijeron que la fruta había caído de un camión que salió minutos antes de la finca de producción citrícola rumbo a otra finca del mismo propietario.
La menor murió cuando era llevada por familiares al hospital de la ciudad de Saladas, a unos 50 kilómetros de Mburucuyá, y el niño fue internado en grave estado.
El fiscal de Instrucción de la ciudad correntina de Saladas, Osvaldo Ojeda, dijo a la prensa local que «había restos de un agrotóxico prohibido en el país» en el cuerpo de la niña de 12 años que murió el 9 de septiembre».
Ojeda precisó que la autopsia médico forense reveló que en el cuerpo de la menor se encontraron rastros de un agrotóxico denominado Furadán , cuyo uso está prohibido en todo el territorio nacional.
Ese agrotóxico era utilizado para control de plagas y pájaros, pero las autoridades lo prohibieron porque es altamente tóxico para humanos: sólo 1 mililitro puede matar a una persona.