La ola de secuestros dejó seis millones de pesos
Por un total de 116 privaciones de la libertad las bandas delictivas que operan en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano se hicieron de sumas millonarias, según denunció una ONG especializada en la temática.
- Policiales
- May 27, 2016
En lo que va del año ya se registraron 116 secuestros por los que se pagaron unos seis millones de pesos en rescates a bandas que operan en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense denunció una ONG especializada en la temática.
Según la ONG Defendamos la República Argentina la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense son escenarios de una alarmante «ola de secuestros». Asimismo, se indica que hay más de 20 casos que no se han denunciado.
«Las cifras que están obteniendo las bandas en algunos casos son importantes como la del político del PRO Osvaldo Mércuri», dijo el titular de la ONG, el abogado Javier Miglino. En ese marco, el letrado dijo al Diario Popular, que «por una razón de orden solo tomaremos los 116 secuestros denunciados en la justicia. A partir de esa cantidad de hechos pudimos establecer que entre todos ellos hubo un botín de 5.800.000 pesos a un promedio de 50.000 pesos por cada uno».
«La justicia ha detenido ya a tres bandas y tiene en la mira por lo menos a 10 más con lo que presumiblemente hay en las calles de la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano bonaerense, con preferencia en la zona sur; un verdadero ejército de secuestradores formado por entre 100 y 150 delincuentes que están convirtiendo a la ciudad porteña y al Conurbano en un verdadero infierno de secuestros», dijo.
El informe de la organización destaca, entre los últimos casos, «el resonante episodio de hace pocas horas padecido por Osvaldo Mércuri y su esposa, la diputada bonaerense María Elena Torresi», dijo Miglino.
«El hecho ocurrió la semana pasada, pero trascendió en las últimas horas, y sólo se supo que comenzó en la puerta de la casa de unos amigos que viven al igual que el dirigente del PRO en el barrio de Banfield, al sur del Conurbano y terminó cuando se pago el rescate. El encargado de negociar por la liberación de las víctimas fue otro de sus hijos», destacó.
Señaló luego que un hombre, su esposa y su hija adolescente fueron asaltados cuando regresaban de una cena con amigos en La Matanza por delincuentes que se los llevaron cautivos y los liberaron luego del pago de un rescate.
«Este último hecho comenzó hace un par de día en horas de la noche, en la calle Entre Ríos al 1530, en la localidad bonaerense de Villa Luzuriaga, en el oeste del conurbano, cuando la familia regresaba a su casa a bordo de un auto Fiat 500 tras participar de una cena con amigos», dijo Miglino.
Mencionó también el caso del nene de 10 años secuestrado en la Villa Zavaleta en el Barrio de Barracas en la Ciudad de Buenos Aires por una mujer que lo llevó engañado a un hotel en Constitución, donde lo sedaron, lo ataron de pies y manos a una cama.
«Los secuestradores llamaron a la familia y exigieron 200.000 pesos de rescate para liberarlo. La víctima fue liberada tras casi dos días de cautiverio por la División Antisecuestros de la Policía Federal en el porteño barrio de Constitución», dijo Miglino.
Lomas de Zamora, zona muy peligrosa
El informe de la organización Defendamos la República Argentina explicita los secuestros extorsivos por las zonas donde comenzaron. Así, se viene registrando una mayoría de hechos en el sur del Conurbano, donde las víctimas son «levantadas», para luego resultar liberadas en otros lugares.
Javier Miglino, abogado de la ONG, indicó que «hay muchísimos casos, calculamos que más de 20, que nunca se denuncian con lo que la cifra de secuestros es superior, lo que aumenta la ansiedad y el miedo de la gente que ya no sale de noche por temor al crimen».
«Las zonas más complicadas son el centro de Lomas de Zamora, y otras localidades del sur, pero también San Justo, Ramos Mejía, San Martín, Morón y San Isidro, en la Provincia de Buenos Aires y Palermo Soho, Palermo Hollywood, Las Cañitas, Centro y Flores, en Capital Federal», dijo el abogado.