Las evidencias históricas que dan veracidad a la resurrección de Jesús

Si Jesús resucitó de entre los muertos, entonces todas sus afirmaciones son verdad. Y ahora podemos estar seguros que sí hay vida después de la muerte. Y de sus promesas.

Aunque no hubo testigos de la resurrección, sí los hay del Resucitado.
Las apariciones del Resucitado no fueron visiones subjetivas, sino hechos objetivos, históricos.
Quienes lo vieron comenzaron a decir que el “Crucificado estaba vivo” y así es como surge la Iglesia. Sin embargo hay varias teoría que niegan la resurrección.

PIENSA EN ESTO
En el día que Cristo fue crucificado, la Biblia dice que los apóstoles se dispersaron, huyeron despavoridos.
Su líder había sido detenido, torturado y crucificado.
Huir de la persecución tenía sentido.
Pero sin embargo luego que los apóstoles experimentaron la resurrección de su líder hicieron lo que no tenía sentido para la mentalidad mundana.
Los apóstoles, llenos de celo, recorrieron la tierra en la labor evangelizadora de Jesús.
Hasta el punto que 11 de los 12 fueron martirizados por no abdicar de relatar lo sucedido.
Sólo Juan murió de viejo.
¿Los residentes de Pompeya tuvieron una mejor tasa de supervivencia, no?
Simón Pedro fue martirizado en Roma.
Se cree que pidió ser crucificado cabeza abajo, porque no se sentía digno de ser crucificado de la misma manera que Jesús.
¿Suena como alguien que inventó una historia?
Andrés fue a Grecia, donde debatió un procónsul romano acerca de Cristo.
Andrés sabía que si no se retractaba de su fe sería torturado y ejecutado.
Sin embargo, él ganó el debate; salió victorioso.
Pero su triunfo le significó que fuera azotado, atado a una cruz, y colgó de la cruz por dos días por predicar acerca de Cristo.
Lo que siguió haciendo hasta que murió de una muerte agonizante.
¿Suena como alguien que inventó una historia?
Santiago el Mayor fue muerto por la espada.
Uno de sus acusadores, según los informes, se conmovió por su valentía, al punto que cambió de bando, se convirtió y fue ejecutado justo al lado de Santiago.
Felipe fue azotado, encarcelado y crucificado.
Se podría pensar que para evitar su muerte podría haber mencionado que todo había sido una broma entre amigos.
Lo que ocurrió exactamente a Bartolomé todavía se discute. Pero todos están de acuerdo que terminó muerto de una manera no muy agradable.
Algunos dicen que fue golpeado y crucificado. Otros dicen que fue desollado vivo y luego decapitado. Realmente no fueron buenas cosas.
Tomás fue ejecutado con una lanza.
Mateo, el cobrador de impuestos, fue apuñalado por un espadachín enviado por el rey de Etiopía, irritado porque Mateo criticó su moral.
Tadeo fue crucificado.
Santiago el Menor fue apedreado y golpeado a los 94 años. Y después de eso fue golpeado en la cabeza con un garrote.
Y Simón el cananeo fue crucificado.
Ahora, ¿se puede argumentar que es remotamente posible que los apóstoles inventaron la resurrección?

TOMA EN CUENTA ESTOS ARGUMENTOS
• Jesús mismo predijo su muerte y resurrección, y estos eventos sucedieron exactamente como él los había anunciado.
• Este evento está bien documentado por numerosos recursos históricos y confiables.
Historiadores como Josefo (c.37-110 DC), Ignacio (c.50-115 DC), Justino Mártir (c.100-165 DC) y Tertuliano (c.160-220 DC) estuvieron convencidos de la autenticidad de la resurrección.
Además, otros historiadores del primer y segundo siglo incluyendo a Cornelio Tácito, Suetonio, Plinio Segundo, y Luciano de Samosata reconocieron el impacto que este evento increíble tuvo sobre la gente de esa época.
• La resurrección es la única explicación aceptable del sepulcro vacío.
• Hubieron numerosos testigos de la resurrección.
Después de que él resucitó de entre los muertos, Jesús apareció por lo menos diez veces a los que le conocían y a más de 500 personas a la misma vez.
Estas apariciones no fueron alucinaciones; Jesús comió y habló con sus seguidores y ellos le tocaron su cuerpo resucitado.
• La resurrección es la única explicación lógica para la transformación de los discípulos.

Ellos abandonaron y negaron a Jesús antes de su juicio público.
Y después de su muerte ellos estaban desalentados y temerosos.
Pero después de su resurrección y su experiencia en Pentecostés, estos mismos desalentados hombres y mujeres fueron transformados por el poder sobrenatural de Cristo resucitado.
En su nombre, ellos pusieron de cabeza al mundo.

• La resurrección es la única explicación razonable para el comienzo del movimiento Cristiano.
La Iglesia Cristiana nació en la misma ciudad donde Jesús fue públicamente ejecutado y sepultado.
La creencia en un Jesús resucitado tuvo que haber sido auténtica para haberse enraizado en Jerusalén y crecido hasta abarcar el mundo entero.
Para probar más en profundidad la realidad de la resurrección de Jesucristo, nos bastará dejar establecido que verdaderamente estaba muerto cuando le pusieron en el sepulcro, y que, después, apareció lleno de vida.

JESUCRISTO ESTABA REALMENTE MUERTO CUANDO LO BAJARON DE LA CRUZ
San Juan, testigo ocular, afirma que Jesús expiró en la cruz, y los tres Evangelistas nos dan el mismo testimonio.
Por otra parte, no puede dudarse de ello, si se tienen en cuenta las torturas atroces que sufrió antes de ser clavado en cruz.
Los soldados encargados de quebrarle las piernas, se abstuvieron de hacerlo porque vieron que estaba muerto.
La lanzada que recibió en aquellos momentos habría bastado para quitarle el último soplo de vida.
Pilatos no concedió el cuerpo de Jesús a José de Arimatea sino bajo la aseveración oficial del centurión de que Jesús había muerto realmente.
Los mismos judíos estaban bien persuadidos de ello y es de creer que pondrían buen cuidado en asegurarse del hecho.

JESUCRISTO SE MOSTRÓ LLENO DE VIDA DESPUÉS DE SU MUERTE
Este hecho aparece comprobado por numerosos testigos oculares que le volvieron  a ver.
No lo soñaron mientras dormían, sino que le vieron en pleno día y estando en posesión de sus facultades.
Escucharon sus palabras, recibieron sus órdenes, tocaron y palparon su carne y sus heridas, y comieron juntamente con Él.
Esto sucedió en el espacio de cuarenta días y en circunstancias las más diversas.
Porque ocurrieron junto al mismo sepulcro del Salvador, en el camino de Emaús, en el Cenáculo, en la ribera del lago, en el monte de los olivos, etc.
Ni fueron siempre los mismos los que le vieron, se habla en los evangelios de más de 500.
Lo que da más autoridad es que todos estos testigos no dudarán en sufrir una muerte atroz en testimonio de la resurrección de Jesucristo.
ERA IMPOSIBLE TODO FRAUDE CON RESPECTO A LA RESURRECCIÓN
Los discípulos no pudieron robar el cuerpo de Jesucristo.
No hay hombre que se meta en aventuras, por extremo peligrosas, sin motivos verdaderamente graves.
Porque la sustracción del cuerpo hubiera sido absolutamente inútil.
¿Qué les probaba a hombres que habían perdido las esperanzas?
Por otro lado, alrededor de ellos no veían sino enemigos de Jesús.
Y tan encarnizados, que acababan de tratarle de la manera más cruel, no parando hasta quitarle la vida.
Y de parte de Dios, tenían que temer los castigos reservados a la mentira y la blasfemia.
Además, su impostura habría de averiguarse al fin, forzosamente.
Porque si no hubo tal resurrección, Jesús no hubiera ya sido en adelante, a los ojos de sus discípulos, más que un embaucador, y el autor culpable de su vergüenza y de su miseria.

NO LO HUBIERAN PODIDO HACER FÁCTICAMENTE
El sepulcro estaba cavado en la roca, su entrada obstruida con una pesada losa, la cual a su vez, estaba sellada y guardada por un buen número de soldados.
Sólo tres formas pueden imaginarse para obtener el cuerpo: o la violencia, o la corrupción, o la astucia.
Pero, en el caso presente, las tres resultan impracticables.
La violencia hubiera sido imposible pues los apóstoles acababan de huir cobardemente, dejando abandonado a su divino Maestro en la hora de su pasión.
¿Y con qué habrían podido corromper a los guardias, si siempre fue verdaderamente tradicional su extrema pobreza?
¿Y qué otros recursos quedan? ¿Por qué camino hubieran llegado al sepulcro? ¿Por un conducto subterráneo?
¿Y cómo o en qué tiempo lo hubieran abierto en la roca viva, sin llamar la atención de ningún guarda?
Y una vez abierto ¿cómo lograr rellenarlo luego para que no quedara rastro de su obra?
¿Y CÓMO HUBIERAN MANTENIDO LA MENTIRA DE LA RESURRECCIÓN?
Aun admitiendo, que los apóstoles hubiesen robado el cuerpo de Jesús, todos los cómplices de esta intriga debieran haberse entendido entre sí para acreditar su embuste y comprometerse a sostenerlo.
Y también hubiera sido necesario seducir a los numerosos discípulos que no habían entrado en el complot.
Induciéndolos a creer en las apariciones puramente fingidas de Jesús e inspirarles una fe tan robusta que fuesen capaces de afrontar los más horribles tormentos.
Hubiera sido necesario engañar no solamente a los gentiles que rechazaban la severa moral de Cristo y también a los judíos que odiaban a Jesucristo y le hiciron morir ignominiosamente.
Recuerda que al escuchar la primera predicación de San Pedro, se convirtieron nada menos que 3000 judíos; y que, en la 2ª este número subió a 5000.
¿Estos hombres completamente faltos de capacidad de seducir a las masas, vendrían a ser los verdaderos causantes del cambio maravilloso del mundo entero?.

¿Y esto sin auxilios divinos?
Veamos ahora las teorías que manejan quienes son contrarios a la resurrección. Y la respuesta a ellas.

TEORÍAS CONTRARIAS A LA RESURRECCIÓN
Cuatro teorías han intentado una explicación de que la resurrección no existió, aunque las dos primeras tienen escasos defensores hoy en día.

TEORÍA DEL DESVANECIMIENTO
Existe la teoría de aquellos que afirman que Cristo no murió realmente en la cruz, que su supuesta muerte fue un desvanecimiento temporal, y su resurrección simplemente un volver a la conciencia.
La flagelación y la coronación de espinos, el cargar la cruz y la crucifixión, las tres horas en la cruz, y la posterior lanzada del centurión no hubieron tenido como consecuencia un simple desvanecimiento.
Sin embargo su permanencia de 36 horas en el sepulcro sellado, en un ambiente envenenado por cientos de libras de especies, hubieran bastado para causarle la muerte.
Pero si Jesús hubiese simplemente vuelto a la conciencia luego de desvanecerse, los sentimientos de aquella mañana hubieran sido de conmiseración.
Antes que de júbilo y triunfo, porque estaban ante un débil y destrozado cuerpo de Jesús, al que debían haber cuidado durante semanas para recuperar.

TEORÍA DE LA IMPOSICIÓN
Se dice que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús de la tumba, y luego proclamaron a los hombres que su Señor había resucitado.
Esta teoría había sido anticipada por los judíos.
Las razones de esta imposibilidad fáctica ya la expusimos arriba.
Pero asumir que los Apóstoles hubieran predicado un reino de verdad y de justicia como un gran esfuerzo durante toda su vida, y que por razón de ese reino hayan sufrido hasta la muerte, sería asumir una imposibilidad moral.

Compartír nota

Tópicos

Últimas Noticias