JUEVES, 21 DE NOV

Siguió el juicio por el crimen de Sarjanovic con una jornada estremecedora

Este lunes fue el turno de escuchar a uno de los testigos más esperados. Se trata de Álvaro Fluxa, el mejor amigo del empresario asesinado a puñaladas en septiembre de 2015.

«Era mi mejor amigo, nos conocíamos de toda la vida». Con estas palabras, y conteniendo las lágrimas, respondió Álvaro Fluxa al fiscal Miguel Moreno cuando le preguntó que relación lo unía a Diego Sarjanovic.

Momentos difíciles se vivieron en los Tribunales Provinciales de Rosario cuando el mejor amigo del entonces gerente financiero de MC Catering, se enfrentó con las acusadas de haberlo asesinado a puñaladas. Fue un testimonio plagado de momentos difíciles y lleno de tensiones e ira contenida, que finalizó con una escena en medio de la sala de audiencias. Y también se manifestaron ciertas contradicciones con algunas de sus declaraciones anteriores que la defensa intentó evidenciar.

Álvaro Fluxa sostuvo, en todo momento, que Diego Sarjanovic era permanentemente engañado por Virginia Carolina Seguer , en quien confiaba casi ciegamente, «con todo tipo de mentiras» con las que conseguía que le prestara grandes cantidades de dinero una y otra vez.

«Ella le hizo creer que participaba en un negocio. Pero en realidad no participaba en nada, ella le hizo creer mentira tras mentira», dijo Fluxa sobre la naturaleza de la relación de su amigo con Seguer.  «Lo hacía participar de ciertas cosas, lo consultaba sobre como manejarse con los pagos, cosas así, y le hacía sentir que la asesoraba, pero no era así. Lo estafaban».

Puntos oscuros

En varios momentos, durante su testimonio Álvaro Fluxa habló de las «mentiras absurdas» que Virginia Carolina Seguer, a «quien tachó de psicópata»,  lograba hacerle creer a Diego Sarjanovic.

«Primero era un negocio de zapatos, luego un emprendimiento textil, después un puesto en La Salada, más tarde un fideicomiso, y así… Eran todas mentiras absurdas de una psicópata que lo engañaba todo el tiempo», relató Fluxa sobre los negocios que Seguer y Sarjanovic tenían en común.

Del testimonio de Álvaro Fluxa se desprendieron ciertos puntos y determinadas contradicciones sobre los que la defensa avanzó. Por un lado, la naturaleza de la relación entre la imputada y el empresario gastronómico. En una primera instancia, requerido por el fiscal Miguel Moreno, Fluxa manifestó que «se conocían por el trabajo» y que en un determinado momento Diego Sarjanovic le contó que habían comenzado una relación comercial. Sin embargo, cuando el representante legal de la acusada, Jorge García Cupé volvió sobre el tema, Fluxa reconoció que su amigo, en una oportunidad, tuvo una relación íntima con Seguer. «Él me contó que ella le consultaba muchas cosas, siempre recurría y se apoyaba en él, y estuvieron juntos una vez».

Pero, lejos de dar el tema por cerrado, García Cupé volvió minutos después a la carga, y presentó la declaración de Álvaro Fluxa en el Ministerio Público de la Acusación, en la que consta que dijo que «Seguer era la mina que andaba con Diego». En ese punto, y por más que Fluxa intentó explicar eso diciendo que pasaban tiempo juntos y que trabajaban juntos, sobrevoló la duda sobre sus contradicciones.

Otra de las cuestiones que no quedó dirimida fue la cuestión de las deudas y las actividades financieras. Si bien, Fluxa responasbilizó a Virginia Seguer por los problemas financieros y económicos de Diego Sarjanovic, se vio obligado a admitir que no podía asegurar el origen de las mismas. También relató que en una oportunidad en que la víctima salió de viaje con su familia, le dejó a Seguer $250.000 «para que se maneje con el descubierto», lo cual contradeciría los supuestos desconocimiento y poca participación de su amigo en las negocios de la acusada. De igual forma quedó evidenciado que no puede demostrar la responsabilidad de la mujer en la cantidad de dinero que Sarjanovic parecía deber.

El hombre también reveló que en una oportunidad le ofreció a su amigo prestarle dinero, pero él se negó. Con la voz quebrada, relató: «Lo veía muy convencido de lo que ella le decía y en una oportunidad le ofrecí prestarle mis ahorros. Estaba por empezar con un proyecto que tenia, que era el de tener mi casa propia…. y le ofrecí darle toda mi plata, un millón de pesos.  Él me dijo ¿vos estás loco? Quédate tranquilo si Carolina me va a devolver la plata».

«Un buenazo»

Al momento de hablar de su amigo como persona, Álvaro Fluxa volvió a quebrarse. Y lo mismo ocurrió con muchos de sus familiares y amigos, presentes en la sala de audiencias. «Era un gran tipo. Amaba a sus hijos, y amaba a mis hijos…. Impactaba cuando entraba al club, porque lo saludaban todos, desde el más chico al más grande. Quería a su familia… era el padrino de mi hijo…. confiaba en la gente. Era lo que suelen decir «un buenazo», cerró entre lágrimas.

Esa misma emoción contenida fue la que momentos después, cuando le tocó retirarse de la sala, produjo el estallido de Álvaro Fluxa. Se incorporó y parecía que se encaminaba hacia la puerta pero, en un rápido movimiento, llegó a la mitad de la sala, a escaso medio metro del lugar destinado para las acusadas y sus defensores, y a voz en cuello, exclamo: «Espero que te pudras en la cárcel, hija de remil puta».Luego, en medio de una gran conmoción y un sepulcral silencio, fue conducido fuera dela sala por un oficial de justicia del Tribunal»

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