SáBADO, 23 DE NOV

Quince homicidios en 16 días reavivaron el temor a un rebrote de guerra narco en la ciudad

En 2013 la tasa de asesinatos en Rosario era de 21,8 cada cien mil habitantes, el triple de la media nacional. Ahora, las amenazas de venganzas invaden las redes y aumenta el pánico.

Unos 15 homicidios registrados en Rosario durante los primeros 16 días del año y las amenazas de venganzas a través de las redes sociales reavivaron el temor a un rebrote de la guerra narco que en 2013 llevó la tasa de asesinatos de la ciudad al 21,8 cada cien mil habitantes, el triple de la media nacional.

«La guerra no terminó. Va a terminar cuando los mate a todos, hasta la generación más chica», prometió a través de su cuenta de Facebook un joven detenido al enterarse del asesinato de su hermano, ocurrido el 7 de enero.

Otro hermano de esa misma familia, prófugo y con pedido de captura, se sumó a las advertencias: «Juro por mi hija que los mato a todos. Uno por uno los voy a matar a estos giles hijos de puta sin sangre».

Sólo el primer día de enero se produjeron seis homicidios que los investigadores interpretan como disputas entre bandas y ajustes de cuentas, que tuvieron su réplica las semanas siguientes hasta alcanzar las 15 víctimas.

Según las cifras del Ministerio de Seguridad, de los 15 asesinatos ninguno fue en ocasión de robo, dos fueron calificados como femicidios, otros dos como «muerte dudosa» y un quinto -aún sin dilucidar- es el de un hombre degollado en su vivienda.

«Casi todos los demás fueron por la disputa entre los Funes y Alexis Camino», dijo a Télam una fuente de esa cartera, lo que obligó a las autoridades policiales a que esta semana se montara un operativo de saturación de efectivos en los barrios Municipal y Parque del Mercado, al sur de Rosario, donde están afincadas ambas bandas.

El grupo de «Los Camino» está liderado por Alexis (22), hijo del líder de la barrabrava de Newell’s Old Boys, Roberto «Pimpi» Camino, asesinado en marzo de 2010.
Su tía Rosa, hermana de «Pimpi», está detenida en una causa federal por narcotráfico, recordaron voceros judiciales.

«Son los que mandan en el barrio Municipal, son violentos y manejan el narcomenudeo», dijo a esta agencia un investigador policial.

Jorge «Gordo» Funes (44) participó con «Pimpi» de la barra Leprosa y ambos grupos compartían amistosamente el barrio, hasta que en 2013 el primero denunció a la familia de su viejo aliado por un intento de usurpación, añadieron los voceros.

Tras la denuncia, los Funes tuvieron que dejar el barrio y desde entonces el encono se dirimió a los tiros, en una saga que tuvo dos capítulos en los primeros días de este año.

En marzo de 2016 fue asesinada a balazos Mariela Miranda (35), pareja del «Gordo» Funes, y por el crimen fue imputado seis meses después -cuando lo detuvo Gendarmería- Alexis Camino.

Dos meses más tarde, cayó baleado Eugenio «Popy» Solano (26), señalado por los Funes como uno de los que mató a Mariela Miranda.

Por ese homicidio está imputado como partícipe Alan Funes (19), uno de los hijos del «Gordo», quien actualmente está prófugo por violar la prisión domiciliaria que le otorgaron en esa causa, dijeron fuentes judiciales.

El 1° de enero de este año, el «Gordo» fue baleado cuando llegaba a su casa de la localidad santafesina de Alvear, adonde se había retirado para evitar lo que de todos modos le sucedió, indicaron fuentes policiales.

Mientras se reponía de las heridas, seis días más tarde fue asesinado su hijo Ulises Funes (23) en el pasillo de un asentamiento mientras estaba con su novia.

El homicidio de Ulises motivó que su hermano Lautaro «Lamparita» Funes (22) escribiera desde la cárcel la amenaza de «matar hasta la generación más chica» de sus rivales.

Voceros judiciales recordaron que «Lamparita» está detenido desde el año pasado como líder de una asociación ilícita imputada por 14 delitos.

Su hermano Alan fue el que tras el crimen de Ulises juró por su hija en Facecook que «los mato a todos», mientras un fiscal ordenaba su captura luego de la difusión de un video que lo muestra disparando una ametralladora como celebración de Año Nuevo, cuando debía cumplir arresto domiciliario.

Otros dos homicidios ocurridos el 1° de enero de 2018 quedaron ligados al rebrote de la saga narcocriminal.

El futbolista Luis Tourn y la amiga de su novia, Sofía Barreto, fueron alcanzados por las balas que desde un Chevrolet Corsa dispararon contra la familia que celebraba Año Nuevo con una cena en la calle.

Según los investigadores, ese ataque sería «un vuelto» por la balacera contra el «Gordo» Funes ocurrida el mismo día, aunque sus autores erraron el blanco porque al que buscaban era a un pariente de la novia de Tourn que hacía pocos días había salido de la cárcel.

El 14 de este mes se registró el último crimen, hasta ahora, de lo que los investigadores policiales consideran parte de una misma saga de venganzas entre grupos que se disputan el territorio para la venta de drogas.

Marcela Díaz (36) fue baleada cuando se movía en una moto que conducía un joven de 25 años, que resultó herido en las piernas y los brazos.
«Si no te vas después de las Fiestas te vamos a matar», le habían advertido a la mujer, quien dejó su domicilio pero regresó a buscar ropas la noche que la mataron.
Díaz es hermana de Rubén Ariel Segovia (29), «Tubi», ligado al clan Camino y está en prisión desde febrero del año pasado acusado como instigador, coautor o partícipe en cuatro casos de homicidios, entre ellos un intento fallido por matar a «Lamparita» Funes.

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