Por Pablo Martínez

Tai Chi Chuan es una disciplina milenaria china basada en suaves movimientos corporales, armónicos y pausados, acompañados de una respiración natural y profunda. Para conocer el aprendizaje, Conclusión dialogó con el profesor Adolfo Angelini, que dicta cursos en el club Fortín Barracas.

Angelini comenzó la charla hablando de los orígenes del arte marcial: “Por los libros y la revelación de un maestro chino, el Tai Chi Chuan nace por el año 1600, cuando después de las guerras un miembro de la familia Chen, tras quedar jubilado, desilusionado por quedar apartado, empezó a crear su propio estilo de kung fu, de ahí se fue sucediendo entre los familiares. Con el tiempo, tuvieron un criado que a escondidas, aprendía las formas y al tener tanta capacidad lo tomaron como discípulo: esa persona era Ian Chen Fu, que llevó su capacidad a diferentes escuelas de China, transmitiéndolo a través de generaciones hasta lo que es hoy, el Tai Chi Chuan, que tiene cinco estilos reconocidos. Tiene tres ramas definidas: la parte marcial, la de meditación (relajación y el bienestar de la salud) y de exhibición”.

El profesor de la disciplina habló de su encuentro con la misma: “Yo empecé con un compañero de trabajo, que daba la actividad en Granadero Baigorria, ahí empecé a seguirlo, después dejé un par de años, empecé en 1998”.

Por otra parte, describió las diversas maneras de ejecutar las formas: “Hay estilos que tienen formas, de 98 a 108 movimientos, las formas son  una serie de movimientos suaves y encadenados, que es por número sin nombres y se cortaron a 24 movimientos, se empezó con la 16 y la 10. Para que la gente lo pueda hacer en Occidente, se acortó para que se vayan incorporando, de la 10 en adelante, con estilos combinados y en mi escuela, la espada, el abanico y con esferas”.

“Cuando uno comienza Tai Chi Chuan, se debe tener 6 meses a un año para que empiece a fluir, a destrabarte, para salir de la rutina, salir de lo estructurado y esto te abre la mente. Los movimientos tienen un porque sí, más allá de que venga de un arte marcial, se trabaja todo con energía. Se trabaja con los meridianos del cuerpo, entonces cada movimiento tiene un estiramiento y se relaciona con una serie de órganos, en el cuerpo tenemos 12 meridianos y 8 vasos extraordinarios, que son virtuales”, indicó Angelini.

No sólo es una disciplina deportiva. El profesor indicó que hay un acercamiento con el interior de cada persona: “También se trabaja con las emociones, porque cada uno tiene una emoción distinta que lo afecta, entonces el hecho de practicar cierta forma de respiración trabaja sobre las emociones. La parte espiritual te va llevando suave, te hace buscar tu centro, tu eje, cuando vas buscando la forma, mientras que con el tiempo le vas agregando el intento mental, donde vas a llevar la energía, por lo que es fundamental la respiración, aprender a respirar de nuevo, eso te va calmando y te hace ver tu interior. Nosotros decimos que no es la panacea, que de un día para el otro no te va a curar, pero con el tiempo mejora tu vida y la de tu entorno”.

En cuanto al ideal del Tai Chi, en esta parte del mundo se intenta igualar: “A nivel físico se puede igualar a lo que pasa en Oriente, en la parte marcial, porque hay gente que trabajando duro tiene un muy buen nivel, en otro aspectos también se puede, pero hay que entender la cultura de los chinos, con el Tao o el budismo, porque cuando hacemos Tai Chi, tenemos la perspectiva desde el occidente y cuando se originó era otro mundo también, había tiempo para pensar y meditar”.

“La gente al estar tan acelerada, el stress que causa todo este ritmo vertiginoso, te lleva a una práctica más tranquila, más suave y pausada, entre los campos está el Tai Chi, que logra la relajación en movimi ento”, sentenció Angelini.

Sobre la actividad en la región sur de Santa Fe, señaló: “En Rosario hay varias sedes, tenemos la posibilidad de que nos visiten maestros chinos, que vienen del linaje, entonces uno va practicando y todo esa experiencia, la pasás a tus alumnos”.

“Nosotros tenemos la e speranza que cuando transmitimos el Tai Chi queremos que todo el mundo lo pueda hacer, porque sirve para calmar. El último maestro chino nos comentaba que para ellos practicarlo es como tomar mates a la mañana o a la tarde, la gente grande lo hacen en las plazas, lo toman como un juego, como una competencia tradicional pero no con rivales, sino por distracción”, culminó el maestro del arte marcial chino.

Para terminar, Angelini expresó su deseo: “Ojalá más gente se interiorice. La responsabilidad de quienes la enseñamos es importante, porque un buen profesor hace que la clase sea llevadera y buena, porque hay que enseñar los conceptos básicos con claridad, lleva su tiempo porque es paulatino en la incorporación, dura mucho en el tiempo”.

En el salón del club Fortín Barracas se deja escuchar una música oriental que invita a practicar los movimientos como en cámara lenta. Los alumnos cumplen al pie de la letra, como sintiendo en su interior, la energía que armoniosamente recorre cada rincón del cuerpo y el profesor con sabiduría, difunde el Tai Chi, que trasciende todos los tiempos.